drogas, estaba claro que yo estaba hecho para ello, había superado todos los límites, pues la vergüenza que me había dado, no la soportaba ninguna perra, le encantaba, porque así me quería, siempre quiso un parcero* y estaba feliz de haberlo encontrado. Sabía que me gustaba el Rolo y Michín, pero que no le importaba, sabía perfectamente cómo eran los dos y que yo me convertiría en el ‘bebé’ de todos.
No sabía bien qué me quería decir con ello, pero me gustaba y sonreí porque al final había disfrutado mucho de aquella experiencia con todos y sobre todo me había encantado la fiesta.
Al llegar a Sameco no me dejó salir del carro y me dijo que tenían que venir ellos a atenderme, así que pude ver que Aracelly se acercó a la camioneta y cuando él abrió la ventana, se llevó una sorpresa al verme allí con él, empezó a hacernos bromas y el Tieso le respondía, en una de ellas le dejó claro que yo era su bebé, eso le dejó muy seria, yo solo me reía y encendí un porro mientras ella iba a servir lo que le habíamos pedido.
Podíamos ver que todos hablaban y miraban hacia el carro, seguro que estaban hablando mal de mí, porque los conocía y sabía a la perfección cómo se expresaban todos, abrí la ventana y saqué una buena bocanada de humo de marihuana para que sintieran el olor, fue un rotundo “me importa un culo lo que pensáis de mí”.
Al terminar me llevó a casa de mi madre, era hora de descansar y además no quería que me pasara todo el día loco de drogas. Al llegar a casa de mi madre sacó 500.000 pesos y me los dio, me sentí fatal, pero me obligó a que los recibiera, porque él se encargaría de mis cosas de ahora en adelante, me dijo que mantuviese operativo el teléfono, que me estaría llamando para vernos.
Cuando abrí la puerta de mi casa, mi madre saltó, porque llevaba cinco días sin aparecer y ya estaba muy preocupada, pero al verme quedó muy tranquila, le dije que me había ido de fiesta y luego me fui a la finca de mi amigo. Me duché, luego me puse en el salón y le di 300.000 pesos para los gastos, me preguntó que de donde había sacado ese dinero y le dije que me lo había dado mi amigo, se quedó callada y no hizo más preguntas.
En la noche pude ver que mi amigo Julián, estaba trabajando en el negocio, salí y me puse a charlar con él sobre la fiesta, mientras él me preparaba algo especial para comer. Yo no pensaba desistir de él, me daba muchísimo morbo mi amigo el costeño, así que empecé a contarle lo que aconteció, se sentó frente a mí y pude notar que la polla se le puso dura, de solo escuchar lo que le estaba contando y fue tanto mi descaro que le dije: “¡Wow! se ve que la tienes bien grande”, a lo que él con una risa nerviosa me contestó: “Que era normal, que todo eso se la pone dura a cualquiera”, le dije que si quería le podía dar una mamada y me respondió: “Que yo no era capaz con su polla, ya que él era costeño y estaba acostumbrado a comer burra*”, no entendí en ese momento lo que me quiso decir, pero le reté y le dije que me probara, nos entramos hacia donde se guardaban las cosas del negocio y al entrar, con mi mano le agarré el bulto y pude sentir que la tenía demasiada dura.
Inmediatamente la sacó, me puso de rodillas y empecé a chupársela. Era gorda y larga, incluso más que la del Tieso, pero nunca las comparé, porque cualquier polla dura me encantaba, dependiendo del momento el morbo puede ser diferente y estaba muy caliente, solo de pensar que Julián, me estaba dejando chupar su polla, sin darme cuenta sentí como su leche salía por mi boca, hasta tal punto de inundarme la nariz, sin querer me tragué toda la leche.
Sin duda le había gustado, al verme con la leche en la boca, me cogió la cara y me besó, pero después de unos segundos, sintió tanta vergüenza que me pidió que me fuera, porque podría venir su jefe y darse cuenta, me reí, pero entendí que en aquel momento, aunque lo disfrutó, se arrepintiera. Era la primera vez que hacía algo sexual con otro hombre, yo me fui caliente, me quedé con las ganas de sentir esa polla en mi culo, pero la oportunidad de follarme su polla, era algo que no iba a dejar pasar.
Ni el Tieso, ni mi amigo Julián, volvieron a aparecer durante esa semana. Pero el fin de semana, Julián volvió a abrir el negocio, venía con otro compañero, así que salí por la ventana y le saludé, me fui al negocio, pero esta vez él tenía mucha confianza y le comentó a su compañero que yo era al que le gustaba chupar pollas. Yo me sorprendí, porque me vi al descubierto, pero en vez de alarmarse, me dijo que tenía que darle el culito para completar el menú, a lo que yo le respondí: “A por eso vengo”, los dos soltaron a reírse y Julián me dijo que sacara mi equipo de sonido para poner música ese día.
Les presté mi equipo de sonido y luego entré para ducharme y prepararme, pues la noche pintaba muy bien para los tres.
Cuando llegó la noche, me fui a platicar con ellos y empezamos a hablar de sexo y los dos se pusieron calientes, Julián le dijo a su compañero que me entrara con él y lo hicimos pues su compañero a pesar de ser más bajo tenía buena polla, este ni corto ni perezoso me puso a mamársela, pero no se conformó solo con que se la chupara, me puso de pie, me bajó los pantalones, me escupió el culo y empezó a metérmela. Al principio dolió, pero a la segunda volvió a escupirme el culo, me la metió de golpe y empezó a follarme tan fuerte, que nos caímos sobre unas canastas de gaseosas.
Julián entró para ver qué había pasado y cuando entró, vio que me estaba follando, así que le dijo que cuando terminara le avisara, para él también darme verga, porque me veía un buen culo y su compañero le dijo que eso seguro.
No controlaba la situación, me sentí un poco nervioso, pero sabía que yo lo había buscado, así que me dejé utilizar por esos dos machos y pude sentir que el compañero de Julián, follaba tan rico que me dio por besarle la boca y este me abofeteó, al momento se corrió dentro de mi culo, sacó la polla y con unas servilletas se limpió, llamó a Julián y le dijo que ahí le dejaba ese culo listo para que le diera, Julián entró y ya venía con la polla dura, esta vez no quiso que se la mamara y de inmediato me la metió, mientras me escurría la leche de su compañero por todo mi culo.
Con Julián fue diferente a pesar de tener la polla más grande y ser más alto, se sentó y me hizo sentarme en su polla, pero era tan alto y fuerte que no hacía falta que yo me moviese, pues él me manejaba como si fuese un muñeco, me folló a su ritmo y me dio tanto placer que me corrí mientras lo hacía y él al ver que estaba corriéndome encima, también se corrió dentro de mi culo.
Al terminar salimos, su compañero había hecho hamburguesas para los tres, nos sentamos a comer y en medio conversamos de la experiencia, pues había sido el primer culo que se habían follado y estaban encantados de repetir, porque les había gustado lo perra que yo era. Yo solo pude reír, pues me había quedado muy a gusto de haberme follado esas dos pollas.
El Tieso seguía sin aparecer, ni llamar, pero quería seguir teniendo morbos con mi amigo Julián, entonces le quité una columna a la rejilla de mi ventana y cada vez que mi madre dormía y Julián cerraba el negocio, lo entraba a mi habitación para poder follar con él, pues me gustaba muchísimo, disfrutaba de su polla y a él, le encantaba mi culo, empezó a chupármelo y follármelo cada vez mejor, entre los dos había una complicidad mutua y después de cada follada nos fumábamos un porro y nos dormíamos, hasta que él podía volver a salir para coger el transporte, mi madre jamás se llegó a enterar.
La megafiesta
El Tieso llamó y esta vez de nuevo quería llevarme a una fiesta y como habían pasado varios días, estaba encantado de repetir la historia de drogas, fiestas, mucho sexo y por supuesto él era el indicado. Ese mismo día pasó a por mí y no pude aguantar, le besé mientras se la tocaba, no pude contenerme de chupársela mientras conducía.
Estaba de cumpleaños y estaba haciendo una fiesta privada en su chalet del lago Calima, así que teníamos que pasar a por otras personas que venían con él, pero me daba vergüenza, pues el carro olía a semen, ya que me había tragado su leche y tuvimos que comprar algunos chicles para mi boca, pero íbamos por la Avenida Sexta, una de las avenidas principales de la ciudad, recuerdo que eran las 11:00 de la noche, bajé del coche para comprar cigarrillos y en la esquina había una chica rubia con una cara preciosa, se estaba prostituyendo, me dio mucha pena y me acerqué a ella y le pregunté que,