SAMC

Diario de un adolescente precoz colombiano


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varios días y había perdido la esperanza de contactar con el Tieso, hasta días después que apareció Michín solo en un coche, me llamó y me aconsejó que le llamara, le dije lo que había pasado y que me tocó dar el dinero, así que Michín me dijo: “Ya vuelvo”. Pero esta vez regresó con tres coches más.

      Recuerdo que pude ver el coche de Michín y no sabía de quién eran los otros coches, los cristales eran oscuro, así que no podía ver quien había adentro, me acerqué al coche de Michín y me dijo que fuese a la camioneta oscura, era una camioneta Ford F150 azul, al llegar allí tuve que subirme al escalón porque no llegaba a la ventanilla y cuando bajo la ventanilla, vi su cara riéndose de verme haciendo piruetas para poder alcanzar.

      Nada más verme, abrió la puerta y dijo que me sentara, luego salió del coche y fue a donde Don Hernando, le pago lo que yo ganaba de salario y le pidió algunas cosas para comer en el coche, yo estaba muy nervioso pues no sabía realmente que quería el Tieso, pero me dejé llevar, me gustó la forma de cómo les trato y que trabajasen para él, mientras hablábamos dentro de su coche.

      Lo primero que me dijo fue su nombre, Martín, me pareció igual de hermoso que él y me empezó a contar que estaba interesado en establecer una amistad conmigo, ellos me habían visto desde unos años atrás y estaba deseando tener un amigo como yo. No comprendía exactamente lo que me quería decir, pero sospechaba que era algo sexual.

      Le dejé claro que era menor de edad y que no podía decidir nada aun, porque no tenía la experiencia, era mi escape a lo que me estaba proponiendo, no le conocía y por su pinta seguro que se dedicaba a negocios turbios, y debido a mi experiencia en Zarzal, ya había tenido suficiente. Así que él entendió y aceptó, pero no regresó a Sameco por mucho tiempo.

      Pero Michín y Rolo venían constantemente a Sameco con diferentes amigas y siempre les atendía yo, porque sabía perfectamente lo que les gustaba, un día Don Hernando y yo nos pusimos a discutir y ellos estaban presentes, fue tanto mi enfado, que me quité el delantal y dejé de trabajar, ellos al ver cómo me trataron, se bajaron del coche y me invitaron a una fiesta que estaban haciendo en su casa.

      Acepté pues tenía ganas de salir corriendo. En camino a su casa pude ver que estábamos yendo hacia la zona noble del norte de la ciudad, cuando llegamos a la casa del Rolo, había muchísima gente y hasta DJ, la música solo era electrónica, sin duda me sentí en mi sitio, desde que llegué, bailé hasta que me quedé dormido en la habitación del Rolo, él me había dado éxtasis en la bebida y me había sentado muy mal.

      Al despertar ese día a las 02:00 de la tarde, el Rolo estaba dormido a mi lado y al lado de él, estaba una mujer muy hermosa, los dos estaban completamente desnudos y pude ver que su polla estaba muy dura mientras dormía y no sé qué me pasó, mi impulso fue darle una mamada. Él despertó y al ver que estaba pegado a su polla, lo único que se le ocurrió fue follarme la boca y correrse en mi boca y volver a quedarse dormido.

      No di crédito a lo que había vivido esa madrugada, pues había renunciado a mi trabajo y me había ido con dos completos desconocidos para mí, pero que se habían ganado mi confianza con nuestras complicidades en Sameco.

      Esa tarde después de todo bajé a la casa de Doña Aracelly, necesitaba que ella me diera trabajo y como vivía cerca, me fui caminando a su casa, allí me puse a hablar con ella hasta que logré que me diera trabajo y me dejase vivir de nuevo en su casa, así que me dirigí hacia Remansos a casa de Don Hernando y al llegar tuve que aguantar las impertinencias de su hija Alba y de todos, pero ya tenían mis cosas en bolsas de basuras y con esas mismas, salí de esa casa, cogí un autobús y me fui a casa de su hermana Aracelly.

      Para su sorpresa, esa madrugada vieron que estaba trabajando para Doña Aracelly una vez más, se enfadaron muchísimo con ella y pasaron varios días hasta que le volvieran a hablar, pero antes fueron días de discusiones y enfados para todos, pero yo estaba enfocado en trabajar y estudiar, quería terminar mis estudios, Doña Aracelly me apoyaba para que pudiese terminarlos, pero la situación en Sameco empeoró, empezaron a hacer unas construcciones allí, lo que no facilitaba las ventas que cayeron drásticamente.

      Tuve una idea y se la comenté a Doña Aracelly, ella se ilusionó mucho, vio que me preocupaba también por ella, ya que tenía muchos gastos, tanto en Sameco como en su casa, así que encantada me apoyó. Consistía en llevar cosas en canastas, en termos y vender en una zona donde había muchos coches para la revisión tecno mecánica y al no haber nada parecido allí, seguro que con un café estarían encantados.

      Nada más llegar con las cosas para vender, empecé a gritar para que me escucharan: “Tinto*, café en leche y chocolate”, empezaron a salir una gran masa de gente y en menos de veinte minutos ya había terminado todo lo que había llevado, pero no había alcanzado a terminar la fila de coches, pues era una fila de casi dos kilómetros. Las ventas se habían triplicado, cuando su hermano se enteró, empezó a venirse para hacerme la competencia.

      Le pedí a Aracelly venir más temprano, sobre 10:30 de la noche, para que me diera tiempo a organizar, preparar y así cuando fuesen las 12:00 de la mañana, ella llegaría y me podría ir antes y no perder clientes. Un día cuando llegué, Michín estaba en el parking donde nosotros estábamos y se sorprendió al verme tan temprano allí y sobre todo solo.

      Esa noche él estaba solo, se bajó de su coche y vino adonde yo estaba, mientras organizaba, él me hablaba, pero como siempre terminábamos hablando de sexo, se rio de mí porque el Rolo le había contado que ese día le había hecho una mamada mientras él dormía, le respondí que no me pude contener, que el Rolo tenía una polla muy grande, que me encantaba y me dio morbo con solo pensar que se había follado a esa chica y vérsela, que aún estando dormido, estaba muy dura y entonces no lo dejé pasar.

      Michín al escuchar lo que le decía, se le puso la polla dura y me mostraba el capullo entre la cremallera del pantalón, me pidió que se la mamara, yo ni corto ni perezoso, me lo llevé hacia una parte oscura, me arrodille y empecé a chupársela, pero esta vez me puso contra unas tablas, me bajó los pantalones y me empezó a meter esa polla gorda, estaba tan caliente que vio la mía dura y empezó a tocármela y me dijo que me la quería chupar, le dije que lo hiciera, mientras la chupaba se corrió en su mano y le dije que pusiera su leche en mi polla y que la chupara, para luego yo correrme en su cara.

      Sin duda fue un momento muy morboso, Michín era el típico machote que no pensé que le pudiera gustar mamar una polla, pero a mí me lo hizo. Me puse de nuevo la ropa y fui al puesto para traer servilletas, pude notar que uno de los vigilantes del parqueadero* nos había estado espiando.

      Michín vino, se tomó un café, se fumó un cigarrillo y al momento su carro ya estaba listo y así pudo irse, pero el vigilante vino y empezó a ponerme conversación, me dijo que le había gustado mucho lo que vio, que le encantaría correrse en mi cara mientras yo le hacía una mamada, me puse a reír y le dije que, si tenía buena polla y me dijo si quieres vamos y la ves.

      Fuimos al mismo sitio y sin duda la tenía grande, se la mamé, pero me había quedado con ganas de que me la metieran por el culo, así que me puse de espalda para que lo hiciera, me folló hasta el punto de correrse dentro.

      Fue su primera experiencia sexual con un hombre y en especial con un chico de catorce años, me dijo que le había encantado y que cuando yo quisiera, él me follaba de nuevo.

      Sin duda esa noche había tenido mucho morbo, tanto que cuando llegó Aracelly y todos regresaron de vender, me puse a buscar al vigilante porque quería mamarle de nuevo la polla y así lo hice dentro de un carro.

      Habían pasado casi dos meses y su hermana Dora, había regresado de nuevo a Cali para hacerse una cirugía estética y se iba a quedar en casa de Aracelly, en muchas ocasiones, noté que no le caía del todo bien, pues yo me encargaba del negocio mientras Aracelly cuidaba de ella.

      Sin embargo, en ocasiones su sobrino Robinson venía a ayudarme, pero varias veces le pillé robando, igual que a Yeison. Un día me cansé y les despedí provocando así un tsunami familiar, pues Dora no aceptaba que yo tuviera esa capacidad de despedirles, sabiendo que ellos eran familia y yo no, en un momento de discusión en casa, me trató