aunque nunca hicimos nada gay, siempre le respeté y él a mí, pero estaba claro que sus intenciones, al igual que las mías, era vernos nuestras pollas. Aunque él no la tenía muy grande me ponía muchísimo cómo se calentaba, viendo cómo se me ponía dura e incluso en varias ocasiones, con los otros colegas, nos juntábamos en su casa para ver porno y así masturbarnos todos juntos, era todo muy morboso, aunque ninguno daba el paso para hacer algo más, pero yo siempre esperé por si en algún momento pasaba.
En el transcurso de los días y las clases, empecé a tener novia, para que ninguno de mis amigos pensase que me gustaban los chicos, incluso llegué a tener tres novias, que todas se llamaban Diana, Diana Carolina, Diana Marcela y Diana Paola. Todas sabían que las engañaba, pero les gustaba tanto que me lo pasaban por alto, ¿y todo por qué?, porque les gustaba chuparme la polla. En los descansos casi siempre me llevaban a una zona privada para chupármela y follarse mi polla. Esto nunca me gustó y aunque eran chicas muy guapas yo siempre extrañaba tocar una polla.
Un día en medio de una fiesta que había hecho nuestro colegio, habíamos quedado todos los chicos del salón* para ir juntos a la fiesta, pero yo no lo hice, simplemente porque quería llegar solo y si no era de mi gusto, me volvía a mi casa. Pero en el camino me encontré con mi amigo Luis, que era el moreno del grupo.
Él era un chico inteligente y era sin duda el que sacaba mejores notas, también tenía un rostro hermoso, ya que era una mezcla de madre rubia y padre moreno, sus ojos verdes siempre me habían impactado desde que los vi. Esa tarde cuando nos encontramos en el camino renegamos de la fiesta, así que me subí en su moto y fuimos directo a su casa.
En muchas ocasiones, en casa de Carlos José, cuando nos hacíamos pajas juntos, él se me quedaba mirando y yo a él. Esa tarde al llegar a su casa pude notar que estaba solo, me dijo que sus padres estaban de viaje, así que estaba solo ese día y el fin de semana. Podía hacer lo que quisiese, pero yo para hacerme el machito le dije que invitáramos a las chicas y él respondió que para qué, si lo podemos pasar mejor nosotros solos, yo me hice el desentendido y me puse a reír, pero en el fondo sabía que se refería a alguna complicidad entre los dos.
Me trajo un vaso de Coca-Cola, ya se había quitado la ropa y venía en bóxer blanco, yo no quise prestarle mucha atención, pero pude notar su polla, pues éramos de los del grupo con mejores pollas, él y yo lo sabíamos.
Cuando tomé el vaso, él rozó sus dedos entre mis manos y lo puso en el escritorio, para luego cogerme la cara y besarme, me hice el sorprendido para no caer rendido a su boca, pero me fue imposible, porque al levantarme tenía la polla parada y él lo pudo notar.
Al haberme descubierto, le tuve que confesar que su boca me encantaba, le besé mientras le tocaba la polla y él mi culo. Luego hubo un silencio en la habitación y me invitó al salón a ver TV, me dijo que me pusiera cómodo, así que me quedé en ropa interior, igual que él.
Viendo nuestro canal preferido, Fox Kids, él puso mi mano en su pierna para que le acariciara y lo hice, porque lo deseaba, para luego besarnos un largo tiempo. Era la primera vez que podía sentir “amor” por un chico y no solo morbo, porque deseaba que no terminase ese día, me di cuenta de que él me gustaba más que Carlos José y esa tarde se lo demostré, después del beso, él se quitó el bóxer, me puso el culo y me pidió que le metiera la polla.
Yo era primerizo en sexo anal, así que por mi falta de experiencia solo sabía que había que ponerle saliva y dejar que entrase, demoramos horas en corrernos y parecíamos dos novios disfrutando de las caricias, besos, mientras yo le follaba muy lentamente el culo, hasta que después de casi dos horas, me corrí en su culo, a continuación, aún con mi polla en su culo, él se masturbó y se corrió dejando caer el semen por la suya y por los huevos, nada más sacársela, me acerqué y se la mamé, aún con su semen y luego le besé la boca.
Esa tarde me perdí una fiesta, pero estaba feliz de haber ganado un cómplice, sabía que volvería a ocurrir, porque sabía que nos había gustado a los dos, acabamos la tarde hablando de las chicas y le confesé parte de mi historia y él la suya, luego pidió unas hamburguesas y cenamos juntos en su casa. Después me llevó a mi casa.
Pasó algún tiempo y Luis se alejó de mí, nunca más volvimos a hablar, yo me alejé de los amigos, porque siempre se burlaban de cómo vivía, así que dejó de interesarme su amistad y también me dejaron de importar los estudios.
En los días siguientes estábamos sentados en la puerta de nuestra casa que estaba sobre la avenida principal y pudimos ver que pasaban muchas camionetas conocidas, con múltiples señales de disparos y sangre saliendo por su puerta, pero detrás venían otras camionetas que pararon en nuestra puerta, se dirigieron hacia mi madre diciéndole que se marchara del pueblo, pues si no lo hacía, podíamos correr el riesgo de que nos mataran a todos.
Esa noche casi no pudimos dormir del susto y sin contar que mi madre era prima de Don William Andrés Valencia Espinoza, que nos hacía más vulnerables, porque no contábamos con ninguna seguridad. Por la mañana mi madre se fue a casa de Leidy y esta le dijo que todos teníamos que irnos del pueblo, sin preocuparse de nuestro futuro, ella y Don William, junto con su madre, se marcharon y nos dejaron solos en Zarzal.
Fueron días de mucha angustia, mi madre había pactado con Rosalba que le pagase un dinero y así mamá le traspasaba nuestra casa, pero Doña Rosalba no lo cumplió y de esa manera se adueñó de nuestra casa y le enviaba dinero a mi madre, que nos servía solo para comer. A los pocos días apareció un hombre llamado Ramiro, había venido antes por casa, pero nunca le tomé en cuenta, pues no significaba nada para mí, pero una tarde vino y habló con mi madre durante horas.
Al finalizar la conversación nos comunicaron a mi hermana y a mí, que nos regresábamos a Cali, a vivir en Jamundí y que Ramiro iba a ser nuestro padrastro, eso provocó en mí un rechazo, pero no hubo opción de elegir pues era una decisión tomada por mamá.
Así que mi madre se regresaba primero con mi hermana Vanessa y las gemelas, dejándolas con su madrina en Remansos de Comfandi, yo me quedaría en casa de una amiga en Zarzal, para así tener tiempo de recuperar mis notas y ella se fue con Ramiro a Jamundí a buscar casa, para después irnos todos a vivir allí.
Donde me había dejado mamá, a mí me gustaba, porque la señora me daba comida a cambio de lavar los platos del restaurante y además tenía un hijo que me gustaba mucho y que era primo de Leidy. Se llamaba Óscar Marino y era el chico más loco, también guapo y vestía siempre con ropas caras, así que imaginaba la idea de que algo podría descubrir de él.
Al llegar por la noche a su casa, su madre me recibió y me enseñó mi habitación, yo ya conocía a Óscar, no hizo falta presentaciones, pasó por mi lado y me saludó.
Me tocaba madrugar para ir a estudiar, después del colegio debía ir a comer a una fundación, luego bajar de nuevo para ir a la casa de Óscar. Hasta que un día Óscar y yo estuvimos solos en la casa.
Esa tarde, su madre tenía que permanecer más tiempo en el trabajo con su padre, estaba yo llegando de la fundación y al abrir la puerta, Óscar estaba sentado en el sofá del salón totalmente desnudo y masturbándose, me encantó verle y fue mayor mi sorpresa cuando él me dijo: “Siéntese y hágase usted su paja”, le hice caso y antes de estar sentado ya tenía mi polla dura, pues me había dado muchísimo morbo aquella escena.
Óscar tenía las piernas como un futbolista, su culo grande y con algo de vello que le hacía más sexy, pude ver el pectoral marcado y su rostro fijándose en mi polla y yo en la de él. Luego me miró a la cara y me dijo: “Tremenda verga huevón*” y me dijo directamente: “Vos ya has chupado verga”, le dije que sí, se puso a reír y me pidió si me la podía chupar y respondí que sí.
Me chupó la polla como nadie hasta el momento, se pegó a ella como si no hubiese un mañana y me encantaba ver a ese macho, así de rendido por la polla que tenía, él no la tenía muy grande, pero proporcionada a su cuerpo y mientras me la chupaba pude ver como soltaba la leche que salía de su polla y en el preciso momento en que me estaba corriendo en su boca, llegó su madre y su padre. Vieron aquella escena, echándole mi leche en su boca, quedamos devastados y su madre