Cristóbal Villalobos

Ciudadanías, educación y juventudes


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las y los estudiantes exigieron mayores libertades y establecieron que lo fundamental era que fueran escuchados: “A veces las instituciones apagan incendios constantemente, sin saber cómo realmente podrían funcionar las cosas, y con escuchar se puede avanzar mucho más. Con solo darle los medios a la gente para que puedan trabajar en lo que creen, porque ahí están las necesidades reales” comenta Alejandra al respecto.

      Con estas nuevas exigencias ya establecidas, la UGeSex comenzó a desarrollarse de forma más natural y a generar grandes convocatorias. Así, tenían reuniones semanales donde analizaban temas que pasaban en la comunidad desde diferentes perspectivas, y a partir de eso se pensaba qué acciones tomar. “Siempre había una escucha muy activa respecto a cuáles eran las necesidades y a partir de eso generaban foros, conversatorios y trabajos en aula” menciona Chiara.

      Alejandra agrega que, si bien cuando comenzaron, a muchas personas les resultaba ajeno el tema, con el tiempo se fue democratizando el proceso, consultando a las y los estudiantes los temas que querían discutir, y a partir de eso fueron llamando la atención de cada vez más gente. “Siempre tuvo interés porque se nos daban los espacios. Hubo harto interés y acogió a mucha gente. Al estar siempre activas, porque estábamos constantemente trabajando, la recepción fue súper buena y para el colegio fue algo súper bueno” destaca la estudiante de psicología. Chiara se suma a las palabras de su compañera y menciona que le sorprendió mucho que la iniciativa tuviese tanto apoyo por parte de las y los profesores y de la directiva, y resalta que “al menos cuando yo estuve, sentí que hubo mucho apoyo por parte de toda la comunidad. Hubo muy buena recepción”.

      Los temas que ha motivado la UGeSex han sido múltiples. Al principio, hacían talleres sobre consentimiento, competencia entre mujeres, y había otros que eran solo para hombres, relacionado a temas de sexualidad y masculinidad. Además, a las niñas más pequeñas les hacían ciclos de menarquía, así como talleres para discutir y definir bien lo que era el acoso y el abuso sexual. Luego, se fueron expandiendo a otros temas. Así, se impulsaron conversatorios sobre diversidades sexuales, métodos anticonceptivos, placer y sexualidad, pornografía, aborto, consentimiento y deseo, etc., los cuales en muchas ocasiones eran dictados por especialistas en el tema. “Algo que pasó fue que con estos talleres y foros cada vez surgieron más campos específicos de los que se podía conversar y discutir. Sirvió mucho para los profes y directivos que se dieron cuenta que esto hacía mucha falta en el currículum” destaca Alejandra.

      La unidad sigue funcionando hasta el día de hoy, sin embargo, la pandemia frenó mucho el proceso debido a la imposibilidad de generar convocatorias presenciales, lo que desmotivó a muchos de las y los alumnos. De todas formas, ambas exalumnas rescatan que es una muy buena señal que la unidad siga funcionando después de tantos años, lo cual puede estar mostrando una proyección para una proyección hacia el futuro.

       Estudiantes UGESEX 2019

      Expresamos a través de esta carta diferentes ideas, deseos, y visiones desde la experiencia conjunta del trabajo colectivo feminista y disidente en torno a diversidades sexuales y de género, derechos sexuales, sociales y reproductivos, transformación con enfoque interseccional de la sociedad que habitamos, con énfasis en el cuidado de la salud mental, sexual y física de todas las personas y con el esfuerzo constante de construir comunidades no discriminatorias, empáticas y respetuosas.

      Dilucidar el motor de tanto ruido y movimiento.

      Nos gustaría escribirles a las comunidades, a las instituciones y a las individualidades, decirles que escuchen a quienes buscan una voz y un lugar. Es fácil caer en rutinas que nos adaptan y moldean quietxs y silenciosxs, pero creemos en el cambio. Nos gustaría que escucharan las ambiciones de la juventud y la niñez, sin avaricia y sin reproche, que se abran los espacios para incorporar ideas y generar debates en los que construyamos siempre con una participación transversal. Que se generen dentro de las instituciones los espacios para educar en estas materias, con enfoque de género, desde la inclusión y la aceptación. Que los mismos liceos/universidades, y por sobre todo sus “Autoridades”, se hagan cargo de poner sobre la mesa estos temas y abrirse al diálogo, construir con toda la comunidad un lugar seguro e inclusivo. La construcción de la ciudadanía a través de estos espacios trae consigo muchas posibilidades y aprendizajes. Se vuelve urgente insertar en las comunidades, organismos y espacios para la diversidad presente en ellos.

      CAPÍTULO 01

      LA MIGRACIÓN Y LA DIVERSIDAD CULTURAL COMO FENÓMENOS QUE DESAFÍAN LA ENSEÑANZA DE LA CIUDADANÍA

      ANDREA RIEDEMANN

      Centro de Investigación para la Educación Inclusiva,

      Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

      Centro de Investigación en Educación,

      Universidad Bernardo O'Higgins

      PABLO ROESSLER

      Fundación Servicio Jesuita a Migrantes,

      Chile

      FERNANDA STANG

      Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Juventud (CISJU),

      Universidad Católica Silva Henríquez

       Andrea Riedemann

      Investigadora colaboradora del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), PIA ANID 160009. Socióloga. Magíster en Educación Intercultural y Doctora en Ciencias Históricas y Culturales, Universidad Libre de Berlín. Sus intereses y temas de investigación versan en torno a la educación intercultural y antirracista.

      Contacto: [email protected]

       Pablo Roessler

      Responsable de Estudios, Fundación Servicio Jesuita a Migrantes. Sociólogo y Magíster en Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chile. Sus intereses y temas de investigación son las migraciones internacionales y los estudios sobre las sociedades receptoras de migración.

      Contacto: [email protected]

       Fernanda Stang

      Académica investigadora en el Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Juventud, de la Universidad Silva Henríquez (CISJU-UCSH), Chile. Doctora en Estudios Sociales de América Latina, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Sus líneas temáticas de interés son: migración, educación e interculturalidad; migración, género y diversidad sexual, y migración y política (normativa y políticas migratorias; migración, Estado y ciudadanía; luchas y participación política y social de las personas migrantes).

      Contacto: [email protected]

      1. INTRODUCCIÓN

      En 2020, cuarenta años después de promulgada la Constitución Política vigente, creada durante la dictadura militar (1973-1990), Chile comienza por fin un proceso de elaboración de una nueva Constitución. Tras el plebiscito del 25 de octubre de 2020 y el triunfo de las opciones “Apruebo” (el sí a una nueva Constitución obtuvo el 78% de los votos) y “Convención Constitucional” (el órgano que fue elegido para redactarla estará compuesto solo por ciudadanos, sin representantes del parlamento actual), el país está iniciando un proceso muy particular, entre otros aspectos, porque se trata de la primera Constitución a nivel mundial que será redactada por un organismo en el que habrá paridad de género y escaños reservados para representantes de los pueblos indígenas.

      En este marco, el concepto de ciudadanía ha emergido con fuerza en el debate público. En el contexto nacional, las movilizaciones sociales que durante las dos últimas décadas fueron expresando el malestar ciudadano (en varios temas, que van desde acceso a educación