aspectos lingüísticos por parte de un receptor. Mucho se ha dicho sobre el proceso de enculturación en personas que inmigran a otros países. La enculturación infiere la adaptación de los aspectos socioculturales de una cultura a otra. Pero ¿cuán inmerso puede estar un ciudadano a ese proceso si mantiene lazos sociales y de residencia con personas de su propio origen? He aquí un cuestionamiento que va más allá de una simple suposición. Los expertos en comunicación deben auscultar si las poblaciones de inmigrantes cautivos en un país, y que mantienen lazos de convivencia común con personas de su mismo lugar de origen, pueden asignar el significado que se pretende en un mensaje no obstante a que las estructuras del lenguaje utilizadas no necesariamente están presentes en su estructura mental regida por la esencia de la cultura.
Samovar et al. (1988) exponen que existe un problema inherente cuando un mensaje es codificado por un miembro de una cultura y decodificado por otra. Esto debido a que los individuos están fuertemente inclinados a aceptar y creer lo que su cultura les ha hablado desde niños. Dicha situación puede inducir a que la gente tienda a ignorar o bloquear aquello que es contrario a sus creencias o realidades culturales.
El medio principal por el que una cultura transmite sus creencias, valores y normas es el lenguaje. Este es un sistema de símbolos aprendido, usado para representar las experiencias de una comunidad geográfica o cultural, además es el principal medio de pensamiento e interacción con otros miembros de una cultura (Rice, D’ Ambra y More 1998). Edward Sapir y Benjamin Whorf van más allá y concluyen que el lenguaje sirve como una guía a la realidad social.
Noam Chomsky (citado por Littlejhon, 1987) define el lenguaje como una estructura que cambia de acuerdo con el contexto cultural. El lenguaje no es solo un idioma: es una estructura gramatical e ideológica. El modo de articular el lenguaje (incluyendo la conducta no verbal) modifica la percepción. El aprendizaje del lenguaje es parte integral del proceso de enculturación desde tres perspectivas: el lenguaje es parte de la cultura, del cuerpo de conocimientos, actitudes y habilidades transmitidos de una generación a otra; el lenguaje es el medio primario a través del cual otros aspectos de la cultura se transmiten; y, por último, el lenguaje es una herramienta que puede usarse para explorar y manipular el ambiente social y establecer el estatus y las relaciones dentro de él.
Gallois y Callens (1997) mencionan cómo el lenguaje en muchas culturas es usado cuando la gente quiere obtener ideas e información eficientemente, aunque estos no sean necesariamente efectivos en la realización de dicha tarea. Podemos inferir de lo expuesto por Gallois y Callens que el lenguaje es fácil de recordar cuando sigue reglas estrictas de la propia cultura. Si este difiere de los valores y reglas dadas por la cultura que recibe la información puede haber interferencias en la interpretación y por consiguiente adjudicación de significados.
En suma, se puede deducir luego del análisis teórico realizado que las características propias del lenguaje, incluyendo el aspecto cultural inmerso en su estructura, pueden tener alguna injerencia significativa en los resultados finales de un proceso de comunicación social. Es importante entonces que los expertos del campo de la comunicación profundicen sobre las teorías del lenguaje y culturales para que de esta forma puedan integrar a sus esfuerzos los conocimientos derivados de estos planteamientos teóricos. Al así hacerlo, promueven que haya equidad del lenguaje en un proceso de intercambio de información, incrementando las probabilidades de lograr los objetivos de la comunicación.
2.3 Actividad
Realizar un diagrama de flujo.
¿Qué es?
Es un diagrama jerárquico que permite identificar un proceso. Tiene una simbología específica para una adecuada lectura.
La simbología se compone básicamente de:
• Óvalo: Inicio y término del proceso.
• Rectángulo: Actividad o procedimientos.
• Rombo: Decisión, formula una pregunta o cuestión.
• Círculo: Conector, es el enlace de actividades dentro de un procedimiento.
• Flechas: Indican la direccionalidad del proceso.
¿Cómo se realiza?
a. Se identifica el proceso a ilustrar.
b. Se elabora una lista de pasos, actividades o subprocesos que conforman el proceso.
c. Se establece qué se espera del proceso.
d. Se formulan preguntas clave de los subprocesos.
e. Se elabora el diagrama de flujo con base en la simbología predeterminada.
f. Se verifica el proceso.
¿Para qué se utiliza?
El diagrama de flujo permite:
• Esquematizar procesos que requieren una serie de actividades, subprocesos o pasos definidos y sobre los cuales hay que tomar decisiones.
• Analizar un proceso.
• Plantear hipótesis.
• Enfocar al aprendizaje sobre actividades específicas, en esa labor auxilia al profesor y al estudiante.
• Redefinir procesos de acuerdo con los resultados de haberlo implementado.
TEMA 3
LA ACCIÓN COMUNICATIVA COMO UNA FORMA DE ENTENDER LA INTEGRACIÓN DE LA SOCIEDAD
3.1 La teoría de la acción comunicativa
Habermas y la teoría de la acción comunicativa
Introducción
Jürgen Habermas es, sin lugar a duda, uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Proveniente de una formación en filosofía, este autor ha desarrollado significativos aportes en la Teoría Sociológica moderna, fundamentalmente, a partir de sus teorías sobre la Democracia deliberativa y la Acción comunicativa. Para muchos pensadores, Habermas es uno de los intelectuales más influyentes de la llamada segunda generación de la Escuela de Frankfurt en Alemania.
Su obra proviene de una influyente tradición de investigación seguida por los intereses de esta escuela de pensamiento, los cuales apuntaban al análisis de la racionalidad, el sujeto, los regímenes políticos, la democracia, la modernidad, la dialéctica, entre otros. En este contexto, el trabajo de Habermas estuvo dirigido a explicar y superar las contradicciones entre los métodos materialistas y trascendentales en torno: a una nueva teoría crítica de la sociedad, a retomar la teoría social marxista contemplando las posturas individualistas propias del racionalismo crítico, y en torno al análisis de las relaciones entre los fenómenos socio-estructurales culturales con los psicológicos y de la estructura económica de la sociedad moderna.
En términos generales, el pensamiento Habermasiano ha contribuido significativamente en la filosofía analítica del lenguaje, en el desarrollo de la hermenéutica desde de la polémica con Gadamer sobre su pretensión de universalidad (García, 2006), en el llamado giro lingüístico de la Teoría Crítica (McCarthy, 1987) y en la discusión con Niklas Luhmann sobre los fundamentos de una teoría comprehensiva de la comunicación social (Leydesdorff, 1999). Para variados autores, (McCarthy, 1987; Ureña, 1998; Vallespín, 1995), la obra de Habermas ha logrado consolidar la relación entre el análisis fenomenológico y trascendental dentro de una teoría materialista de la evolución social, entendida como parte de una teoría reflexiva trascendental de sabiduría emancipadora social reflexiva a partir de la evolución cultural. En este sentido, la naturaleza empírica y trascendental de esta sabiduría constituye la base del pensamiento crítico bajo esta perspectiva.
La idea de sabiduría emancipadora constituye un referente de la acción social. En este sentido, Habermas analiza las condiciones de la racionalidad de la acción social