y la capacidad de generar acción que tiene para un emisor y el receptor. Dicho aspecto es medular dentro de los estudios relacionados al lenguaje.
Luria (1977) expone que lenguaje es un sistema de códigos con la ayuda de los cuales se designan los objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los mismos. Esta definición la considero interesante dada la importancia que le presta a los códigos para la delineación de objetos, ya sean concretos o abstractos, los cuales en gran medida nos ayudan a visualizar el mundo que nos rodea considerando nuestros preceptos socioculturales.
Bronckart (1977) define el lenguaje como la instancia o facultad que se invoca para explicar que todos los hombres hablan entre sí. La definición de Bronckart la considero un poco tímida y profunda, ya que deja a un lado la posible injerencia que tiene la cultura en un acto comunicativo entre un receptor y el emisor.
Pavio y Begg (1981) indican que el lenguaje es un sistema de comunicación biológico especializado en la transmisión de información significativa e intraindividualmente, a través de signos lingüísticos. La definición de estos autores entrelaza de forma soslayada diversas disciplinas de pensamiento para describir los procesos de transmisión de información lo cual la hace multidisciplinaria.
Según Sapir citado por Hernando (1995) el lenguaje es un método exclusivamente humano, y no instintivo, de comunicar ideas, emociones y deseos por medio de un sistema de símbolos producidos de manera deliberada. De esta definición, se desprende que el lenguaje, como medio de comunicación humana, frente a los medios de comunicación animal (o de cualquier otro tipo), reúne estas propiedades: a) ser un fenómeno exclusivamente humano, b) servirse de la voz como vehículo de transmisión, c) no ser instintivo, d) utilizar un sistema de signos y e) estar articulado a partir de determinadas unidades mínimas.
Debemos destacar el elemento sistema de símbolos citado por Hernando, el cual es atendido en los análisis de la lingüística textual, cuyo objeto de estudio no necesariamente es la palabra o la oración aisladas, sino el texto, considerado la unidad básica de manifestación del lenguaje, dado que los seres humanos se comunican en muchas ocasiones por medio de pasajes y dado que existen fenómenos lingüísticos que solo pueden ser explicados como propios de un texto.
Calabro, Taylor y Kapadia (1996) exponen que dependiendo de cuán complejo o sencillo esté estructurado el lenguaje, tanto verbal como escrito, puede variar significativamente el nivel de pensamiento y entendimiento en el individuo. Esta definición resalta la importancia que tiene para los estudiosos de la comunicación la estructura del lenguaje debido a su posible influencia en la comprensión de la información por parte de un receptor. Aspecto que puede ser determinante en esfuerzos masivos de comunicación pública.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001) define el lenguaje como estilo y modo de hablar y escribir de cada persona en particular. La Real Academia presenta una definición simple tomando en consideración la comunicación verbal y escrita sin adentrarse en las particularidades lingüísticas que puedan estar inmersas en las personas, sean emisores o receptores.
Como se puede observar existe una gran cantidad de definiciones otorgadas al término lenguaje. Cada una de ellas con sus propias particularidades. No obstante, pese a su disparidad, estas definiciones del lenguaje permiten entrever ciertas regularidades. Una de ellas, quizás la más importante, es que, de un modo u otro, todas las definiciones recogen o dan cuenta de alguno de los siguientes hechos:
• El lenguaje puede interpretarse como un sistema compuesto por unidades (signos lingüísticos).
• La adquisición y uso de un lenguaje por parte de los organismos posibilita en estas formas peculiares (y específicas) de relación y de acción sobre el medio social.
• El lenguaje da lugar a formas concretas de conducta, lo que permite su interpretación o tipo de comportamiento.
Desde la perspectiva de la comunicación social, la diversidad de signos lingüísticos inmersos en una población puede ser una amenaza, al pretender comunicar un mensaje que requiera acciones en el receptor. El desconocimiento de las características lingüísticas que distinguen la población a la cual se pretende dirigir un mensaje, puede tener influencia en el proceso de comunicación por la ausencia de empatía lingüística inmersa en la estructura del lenguaje utilizado.
Teoría sociocultural del lenguaje de Vygotsky
La Teoría del lenguaje de Vygotsky, propone que desde el punto de vista de la comunicación el significado de cada palabra es una generalización o un concepto. Si las generalizaciones y conceptos son innegablemente actos del pensamiento podemos considerar el significado como un fenómeno inherente al pensamiento. Sin embargo, el nexo entre palabra (o significado) y pensamiento no es constante (Vygotsky, 1987; 1977).
Según Vygotsky (1987), esto se debe a que en la evolución histórica del lenguaje los significados de las palabras sufren un proceso de trasformación. Debido a este proceso el significado de las palabras varía. Una variación en la estructura interna del significado de la palabra equivale a un cambio en la relación entre pensamiento y palabra (Siguán, 1987). Los planteamientos de Vygotsky presentan una transformación histórica del lenguaje y a la variación continua que se da en el significado de las palabras. La idea fundamental es que la relación entre palabra y pensamiento no es un hecho, sino un proceso. Un continuo ir y venir del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento.
En este proceso de ir y venir la palabra sufre cambios que pueden ser considerados como desarrollo en sentido funcional. Vygotsky (1987) propone que el lenguaje que acompaña la acción cumple distintas funciones. A veces un mero acompañamiento sonoro que subraya y refuerza los puntos culminantes de la actividad. Para Vygotsky las palabras tienen un papel destacado tanto en el desarrollo del pensamiento como en el desarrollo histórico de la conciencia en su totalidad. Vygotsky citado por Santiuste (1990) considera la socialización como la estructura fundamental de la formación lingüística.
Vygotsky (1987) señala en su teoría que las palabras dan forma a ese sistema de signos que llamamos lenguaje, el cual lejos de ser estático y universal, es dinámico, cambiante y flexible. En el lenguaje se permite la codificación y decodificación de significados. Además, puede considerarse como una herramienta de reconstrucción del pensamiento. Precisamente uno de los planteamientos centrales de la obra de este teórico fue presentar la función mediadora del lenguaje como signo en la conducta humana (Siguán, 1987). Los postulados de Vygotsky son interesantes por la importancia que les brindan a las estructuras mentales como parte de la adjudicación de significados a las palabras.
El trabajo de Vygotsky recibió mucha influencia de los postulados de Iván Pavlov sobre el lenguaje como segundo sistema de señales (Ramírez, 1987). Pavlov había señalado que el lenguaje juega un papel importante como mecanismo de abstracción y generalización de señales provenientes del medio externo. Desde esta perspectiva el lenguaje aporta al ser humano una forma peculiar de aprender (Ramírez, 1987).
Más allá de las ideas del aprendizaje asociativo de la Gestalt y de la linealidad mecánica del estímulo-respuesta de los conductistas pavlovianos, Vygotsky lleva su pensamiento hacia una visión constructivista del conocimiento, en la que se advierte una relación dialéctica —no una mera relación causal— entre el entorno histórico y cultural y el individuo. Una relación dialéctica y, por consiguiente, dinámica, que acompaña al ser social durante su existencia, período en el que se depuran los procesos cognitivos. Hay, pues, un espacio para el protagonismo o la autonomía negociadora del individuo con su entorno, para la construcción de su propio conocimiento, de su propia cosmovisión. Pudiéramos decir que es la formación social de la mente, la cual estará enmarcada por las experiencias adquiridas desde la niñez.
En esta fase, el individuo desarrolla aquellos mecanismos mentales que le permiten entender y relacionarse con el ambiente social y cultural según los postulados de Vygotsky. Para que la interacción (ambiente-individuo) se produzca es necesario un proceso de mediación a través de instrumentos de comunicación como la lengua, los símbolos y otras extensiones comunicativas o instrumentos conectivos de una sociedad dada con el individuo que