y la palabra parabolē aparece como título de las subdivisiones de esta parte del libro.79 En esta sección hay diez parábolas, pero son más como imágenes o visiones que parábolas, similares a las explicaciones de las visiones apocalípticas, que son aclaraciones más extensas que las vinculadas a las parábolas en los Evangelios o en el material rabínico. Hay dos parábolas que merecen mención: la parábola del olmo y la vid (Sim. 2.1-10) y la parábola del campo y el siervo (Sim. 5.2.1–5.7.3). Representa la dependencia que tiene la vid del olmo para producir buen fruto con la relación dependiente del rico con el pobre para ser verdaderamente productivo. La parábola del campo y el siervo, influenciada por las parábola de Jesús sobre los labradores malvados (Mt 21.33-45/Mr 12.1-2; Lc 20.9-19), habla de un siervo que hace más de lo que su señor le ordena en el cuidado de la viña. En la explicación, extensa y detallada, el siervo es el Hijo de Dios, la viña es el pueblo de Dios, las cercas son los ángeles, las malezas son las iniquidades, y se da significado teológico a otros detalles que aparecen en la parábola. La parábola novena presenta la imagen de doce montañas, y la explicación regresa a las imágenes de la torre y las piedras de la Visión 3.2.4–3.8.11, para dar una explicación alegórica más detallada de la iglesia y la evaluación divina de la validez de los componentes de la iglesia. Varios textos señalan la relevancia que las parábolas se deben interpretar.80
Para ser completos, debemos añadir los Hechos de Felipe 135, que tiene una colección de parábolas interrogativas,81 y los Hechos de Juan 67, que ofrece cuatro analogías para mostrar que la validez de la fe es obvia solamente al final de la vida.
Antes de terminar con este material, es necesaria una evaluación. Ninguno de los detalles que ella contiene es semejante a las parábolas de los Evangelios Sinópticos. Los escritores consideran que las parábolas necesitan explicación, y suponen que tenga detalles de correspondencias entre imagen y realidad. Pero, al menos con la evidencia que tenemos, ningún cristiano imita a Jesús en el relato de parábolas.
Escritos judíos tardíos
Los escritos judíos tardíos son materiales que datan de los siglos segundo y séptimo después de Cristo, o aún posteriores. Es posible que algún material de los escritos judíos tempranos encajen aquí, pero el enfoque en esta sección está en los escritos rabínicos.
Con las parábolas rabínicas de repente la discusión cambia. Aquí hay abundante material,82 y parte de ella es idéntica o muy similar a las parábolas de Jesús en cuanto a estructura, fórmulas de introducción,83 imágenes utilizadas (amos, siervos, y otros), argumentos, interpretaciones y fórmulas usadas como transición a las interpretaciones.84 Las semejanzas son tan fuertes que a menudo los eruditos suponen que Jesús empleó un inventario de parábolas rabínicas. Esto es posible, incluso probable, pero no se puede probar, porque no se sabe con certeza que existían estas parábolas rabínicas tardías antes del ministerio de Jesús. Además, la Mishná, el documento más antiguo entre los materiales rabínicos, no tiene ninguna parábola narrativa. Se debe tener sumo cuidado porque, aunque haya semejanzas, también habrá diferencias significativas entre las parábolas de Jesús y las de los rabinos, principalmente respecto a los motivos y la teología. Las parábolas rabínicas por lo general se proponen interpretar los textos de las Escrituras o los reglamentos halákicos a fin de aplicarlas a la vida cotidiana, mientras que las parábolas de Jesús explican o proclaman el Reino.85
R. M. Johnston sugiere que muchas de las parábolas de Jesús aparentan tener la intención de cambiar los valores convencionales, mientras que las parábolas rabínicas tenían la intención de reforzarlos, lo cual merece reflexión aunque sea cierto solo parcialmente, como el mismo Johnston reconoce.86 Las parábolas rabínicas con frecuencia no tienen el carácter profético de las parábolas del Antiguo Testamento o de las de Jesús, y son menos antagónicas. Independientemente de las diferencias, las semejanzas de las parábolas rabínicas a los dichos de Jesús excluye la idea de ignorar este material.
Debemos tratar una cuestión preliminar, la interrogante del idioma original de las parábolas rabínicas. David Flusser señala que las parábolas rabínicas por lo general provienen del judaísmo palestino, no de la diáspora babilónica, de la cual proviene el Talmud de Babilonia, y asegura que sólo hay parábolas en hebreo, no en arameo.87 Aunque un rabí hablara arameo, cambiaba al hebreo cuando decía una parábola. Flusser sabía que ocasionalmente encontramos expresiones y diálogos en arameo, pero consideraba que los marcos de las parábolas siempre estaban en hebreo. Por esto, expresa que también Jesús enseñó sus parábolas en hebreo.88 C. Thoma y S. Lauer tienen una perspectiva un tanto diferente. Ellos indican que, de las ciento treinta y tres parábolas en la Pesiqta de Raba Kahana, treinta y seis tienen frases o expresiones en arameo, principalmente en discursos o conversaciones, y que dos parábolas son casi completamente en arameo y otra en una serie de parábolas en arameo.89 Ellos sugieren que el arameo se emplea en discursos o conversaciones para que la parábola (o a veces, el nimshal, la explicación) sea en lenguaje popular, pero no reconocen todo el arameo al lenguaje popular. Sugieren que hubo un renacimiento hebreo alrededor del año 500 d.C. y que en ese tiempo las parábolas arameas volvieron al hebreo.90 Sin lugar a dudas, el debate sobre por qué las parábolas aparecen principalmente en hebreo continuará,91pero no creo que el idioma de las parábolas rabínicas nos dé alguna información de qué idioma Jesús enseñó sus parábolas. Para todos los efectos, la Palestina del primer siglo era trilingüe,92 y puede que Jesús haya enseñado en hebreo. Aun así, supongo que Jesús empleó más el arameo para enseñar y también relató sus parábolas en arameo.
Los siguientes capítulos proveen fuentes primarias de varios sectores que son paralelos y que arrojan luz sobre las parábolas de Jesús. Con frecuencia, esos paralelos vienen de las parábolas rabínicas. Algunas veces, una parábola judía es tan similar a una de Jesús que se sugiere una dependencia de la una sobre la otra. Sin embargo, no presento un material principal porque crea que haya dependencia en cualquier dirección o que exista alguna relación genética.93 Excepto por las Escrituras hebreas y algunos lugares donde una parábola de Jesús pueda aludir a un escrito judío, mi interés está en mostrar una forma de pensar y cómo funcionan las parábolas, y no en alguna teoría de dependencia. Además, lo tardío de algún material nos urge a usarlo con suma precaución. No se puede trazar una línea recta de una parábola rabínica específica, o de las parábolas rabínicas en general, hacia las parábolas de Jesús. Sin embargo, podemos aprender mucho de las parábolas rabínicas sobre las formas y funciones parabólicas, sobre el proceso del pensamiento analógico y sobre la cultura judía. Mayor atención a estas parábolas habrían prevenido las exageraciones que Jülicher y otros popularizaron. En este punto, se podría considerar una inmensa cantidad de material, pero sólo mencionaré el más importante y representativo, y se dará otro material relevante en la discusión de las parábolas individuales.
Hay que recordar que Aristóteles distinguió dos tipos de ejemplos (el histórico y el ficticio), el material rabínico usa dos tipos de pruebas: el ma‘aseh (precedente) y el mashal (analogía/parábola). Sin embargo, hay una gran diferencia entre la argumentación de Aristóteles y la de los rabinos, debido a la cosmovisión y lo que compete a ambos grupos. Uno puede estar tentado a considerar las llamadas “historias ejemplo” y similitudes/parábolas detrás del ma‘aseh y el mashal respectivamente, pero eso sería una equivocación. Existen semejanzas, pero con las llamadas “historias ejemplo”, mejor llamadas narrativas simples indirectas, Jesús no daba precedentes de la misma forma que los rabinos convenían para los dictámenes halákicos, y tampoco especulaba sobre sucesos históricos. Solo hay que verificar dónde se usa ma‘aseh para notar cuán diferentes son las historias de Jesús.94 Un discurso indirecto de Jesús respecto a un tema de interés no equivale a dar un precedente para una decisión rabínica.
Además, y de vital importancia, es reconocer que ma‘aseh y mashal tienen diferente significado en distintos documentos rabínicos. En un análisis detallado de parábolas y precedentes rabínicos, Jacob Neusner ha documentado el desarrollo de ambas palabras y ha mostrado que no podemos hablar genéricamente de parábolas rabínicas.95 El significado de mashal comprende desde un simple símil