un papel importante durante algunos años; trabajaron ahí grandes cineastas como Luis Mandoki, Óscar Menéndez, Henner Hofmann, Juan Carlos Colín, Eduardo Maldonado, Juan Francisco Urrusti, Alberto Becerril, Luis Lupone, entre muchos otros. El AEA se mantuvo activo y muy productivo desde 1978 hasta mediados de los noventa: durante ese tiempo se filmaron alrededor de cincuenta películas y se produjo mucho material fílmico sin editar, en diferentes formatos y soportes audiovisuales.
La producción del AEA estaba motivada por la necesidad de salvaguardar el patrimonio cultural de los grupos étnicos, que tras cinco décadas de políticas indigenistas —que buscaron transformar a los “indios primitivos” en “ciudadanos modernos”—, estaban dejando de hablar su lengua, usar su vestimenta tradicional y practicar sus rituales. Con un espíritu de rescate o salvamento de culturas en peligro de extinción, se proyectaba una mirada folclorista atenta a las expresiones más vistosas de los pueblos originarios. La labor del AEA se nutrió de viejas corrientes y nuevos paradigmas dentro de la antropología, como el relativismo, el particularismo y el multiculturalismo, que promueven el respeto de la diversidad cultural.
En principio, el AEA no pretendía realizar películas para el público general, sino hacer un registro visual sistemático de los modos de vida tradicionales para futuras investigaciones, para la docencia y la formación de nuevas generaciones de etnógrafos, más en la lógica de un museo que pensando en la exhibición de cine. Se contrató a cineastas y antropólogos profesionales que lograron filmes de alta calidad técnica, bien informados por investigaciones antropológicas, que recaen entre la creación, la investigación y la propaganda, a veces logrando una armonía estética y epistemológica, otras veces mostrando cierta tensión entre el cine y la antropología. En los textos de este libro y en las películas mismas resulta interesante rastrear y analizar estos encuentros y desencuentros disciplinarios en aras de un diálogo más productivo entre las ciencias antropológicas y las artes audiovisuales.
Los filmes del AEA reflejan la forma de mirar la alteridad cultural propia de una época particular; condensan una manera de concebir el cine etnográfico, de entender la práctica documental, y representan una singular relación entre el cine, la antropología y las políticas públicas. Nos dejan comprender críticamente los modos en que el gobierno diseñó políticas públicas e implementó acciones para la atención de los grupos étnicos, revelan preocupaciones recurrentes y problemáticas comunes. Dan cuenta de un punto de inflexión o transición en la relación entre el gobierno, la sociedad civil y los pueblos indígenas. Nos obligan a repensar los múltiples significados, imaginarios, estereotipos y representaciones en torno a los pueblos indígenas.
La producción del AEA está resguardada en el Acervo de Cine y Video Alfonso Muñoz del INPI. Está casi toda digitalizada y editada en DVD en las colecciones “Cine indigenista” y “Pueblos indígenas de México”, disponibles para consulta y a la venta. Se trata de un archivo que, como los propios pueblos indígenas, ha demostrado gran resiliencia, sobreviviendo a transiciones gubernamentales, migraciones tecnológicas, crisis económicas, revoluciones estéticas y epistemológicas. Pero a pesar de los esfuerzos por preservar y divulgar este archivo, lamentablemente aún se le conoce bastante poco. Hace falta crear más conexiones con los campos de la ciencia, el arte y la cultura para que su potencial se refresque y se reactive, para que las nuevas generaciones lo adopten. Este libro precisamente pretende abonar a su redescubrimiento, revaloración y reapropiación.
No basta con que el AEA sea público, se necesita fomentar el interés de académicos, artistas y sobre todo la participación de los propios pueblos indígenas, para que se apropien de este acervo y le den nueva vida. Queremos crear espacios de encuentro entre estas películas y sus públicos potenciales, formar nuevos espectadores, más allá de los especialistas, y ampliar su significado para la sociedad contemporánea. Esperamos que este proyecto ayude a demostrar y visibilizar las posibilidades insospechadas del AEA y a atraer fondos y esfuerzos para su óptima conservación y promoción.
LOS ORÍGENES DE ESTE PROYECTO
La semilla que dio origen a este proyecto de investigación colectiva fue la invitación que amablemente me hizo la Dra. Alicia Lindón para coordinar el tema central del número 91 de Iztapalapa. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. Mi idea original fue trabajar sobre archivos fílmicos en general, pensé en reunir estudios sobre diferentes acervos audiovisuales ubicados en distintos países iberoamericanos, desde varias disciplinas y a través de diversas épocas históricas. En este marco, el archivo fílmico que personalmente me interesaba explorar era el AEA del INI. Cuando comencé a indagar sobre el estado de la cuestión en torno a este acervo fílmico, me percaté de lo poco que se ha escrito al respecto y me pareció que ameritaba una exploración más exhaustiva y plural, más allá de mi propia perspectiva. Entonces decidí enfocar toda la investigación colectiva específicamente sobre este acervo de cine etnográfico institucional del México post indigenista del último cuarto del siglo XX.
Hombres winik atel (tseltales) de Tenejapa, Chiapas.
LORENZO ARMENDÁRIZ, 1993.
D.R. Fototeca Nacho López, Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
Lancé una convocatoria bastante amplia entre colegas interesados en la historia del cine y los acervos fílmicos, buscando reunir un conjunto diverso de miradas. El interés que percibí en las respuestas de numerosos colegas me permitió darme cuenta bastante pronto de que la extensión que podría alcanzar el proyecto ampliado desbordaría el tamaño de un número especial de la revista. Fue así como surgió la idea de publicar, además, este libro colectivo que expande, profundiza y diversifica las incursiones realizadas en el número temático de la revista con un importante componente fotográfico a cargo de la investigadora Valeria Vega. De este modo, esta investigación cuenta con dos salidas paralelas y casi simultáneas: el tema central de la revista mencionada: “Un archivo de cine etnográfico mexicano” y el presente libro: Redescubriendo el Archivo Etnográfico Audiovisual.
Sin embargo, para poder editar un libro que hiciera justicia a la riqueza y diversidad del corpus fílmico del AEA, un libro que pudiera incluir material fotográfico y la posibilidad de mirar algunos fragmentos de las películas que se discuten en los textos, un libro que además sistematizara rigurosamente las referencias filmográficas de las cintas en cuestión, solicitamos junto con Itzel Martínez del Cañizo, productora de este proyecto más amplio, un financiamiento del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), mediante su convocatoria de coinversiones culturales, apoyo que afortunadamente obtuvimos. Este invaluable aporte, al que se sumó el respaldo crucial del Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), nos ha permitido cubrir las primeras etapas de la investigación, los procesos editoriales y contar con fondos destinados a planear presentaciones del libro, acompañadas de proyecciones fílmicas, en sitios estratégicamente elegidos, incluyendo un par de comunidades indígenas en las que se filmaron algunas de las películas estudiadas.
BITÁCORA DE UN PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Para desentrañar el enorme valor de este corpus fílmico, se conformó un grupo de quince investigadores especialistas en diferentes disciplinas, pertenecientes a diversas instituciones académicas. La invitación propuso varios ejes para estudiar distintos aspectos del cine etnográfico del AEA, analizando ya sea una película o un grupo de películas, un director o un equipo de realizadores, un grupo étnico en particular, un período específico, una región o un espacio en concreto, ciertos acontecimientos o fenómenos relevantes, o bien alguna noción o categoría conceptual sugerente para lograr un entendimiento integral de este acervo.
Quisiera enfatizar el carácter multidisciplinario, interinstitucional y transgeneracional del equipo de investigadoras e investigadores que participaron en este proyecto. Entre los campos disciplinares que confluyen en esta investigación encontramos: etnólogos, antropólogos sociales y visuales, archivistas e historiadores de cine y artes visuales, sociólogos, comunicólogos y documentalistas, especialistas en pedagogía,