Diego Fernández

La justa medida de una distancia


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(2004, p. 24). En otras palabras, más allá de lo discutible que hoy día pueda resultar la importancia a ratos desmesurada que, desde un punto de vista estrictamente filológico, L’absolu littéraire le asigna a la Disertación, la investigación posterior identificó en el estudio de Benjamin un caso único (es decir, a la vez aislado y ejemplar) en el panorama intelectual de inicios del siglo XX. Como insinuábamos, para inicios de siglo era manifiesto un cierto desdén hacia los pensadores del círculo del Athenäum en el panorama académico alemán; desdén que sumado a la posterior contaminación con el ideario nacionalista antes mencionado, contribuiría a hacer progresivamente confusas, de antemano sospechosas, y en último término simplemente ilegibles, las ideas emanadas desde el entorno romántico. Así, el romanticismo se fue haciendo su lugar en la bóveda del olvido, y tal es la condición, más menos, en la que Benjamin lo encuentra a la hora de la Disertación.

      ‘La perceptibilidad’, juzga Novalis, es, en cuanto tal, ‘una atención’; la perceptibilidad de la que aquí se habla no es otra que la del aura, una cuya experiencia estriba por tanto en la traslación de una forma de reacción corriente en la sociedad humana a la relación de lo inánime o de la naturaleza con el hombre. El observado, o aquel que se cree observado, alza de inmediato la mirada. Experimentar el aura de un fenómeno significa investirlo con la capacidad de ese alzar la mirada (O I-2 252).

      ***

      El presente libro busca reconstruir en sus pormenores la lectura que Benjamin hace de los principales pensadores del círculo del Athenäum procurando tener a la vista los “motivos latentes” antes mencionados (los así llamados por Benjamin “esotéricos” y “mesiánicos”), para, en esa medida, mostrar las conexiones de largo aliento que distintas ideas y conceptos románticos adquieren en su pensamiento posterior. Esta tarea no es fácil ni evidente.

      1 Benjamin escribió una breve reseña de su propio trabajo con el título de “Autopresentación”. Esta fue reproducida en el segundo tomo del primer volumen de la edición de Abada (desde el francés) (O I.2 321-322) y contiene notas de interés acerca de la estructura y el contenido del libro, aunque los motivos “latentes” —sobre los que abundaremos acá— permanecen rigurosamente ocultos.

      2 Como es bien sabido, Hegel contribuyó en forma decisiva a esta relegación. En un pasaje de la Fenomenología que comentamos más adelante, Hegel alude pasajeramente al momento romántico con el término “alma bella” en los siguientes términos: “en esta pureza transparente de sus momentos, un alma bella desventurada, como se la suele llamar, arde consumiéndose en sí misma y se evapora como una nube informe que se disuelve en el aire” (1985, p. 384).