Enrique Dussel

El arte de argumentar: sentido, forma, diálogo y persuasión


Скачать книгу

lo verbal, visual y afectivo. Charaudeau19 desarrolló un acercamiento semiolingüístico a la argumentación y a la emoción desde el análisis del discurso, que trataremos, en forma breve, en «Argumentación, lengua y discurso» y «Emoción y argumentación», respectivamente. En Lyon se encuentra Christian Plantin,20 autor que citamos también en distintos momentos, en especial con relación a la interacción y la emoción. Estudió precisamente la relación entre argumento, interacción y discurso situado, además de que avanzó en forma sistemática en el estudio de las emociones en oposición a las teorías sobre el lenguaje normativo, alexitímico (libre de palabras emocionales) y descontextualizado.21 El belga Michel Meyer22 creó su «problematología», en donde contemplaba el lugar principal del problema y las preguntas (la questio) en la teoría de la argumentación, abriendo un debate con el logicismo que prosiguió en otras obras de menor reconocimiento. En Suiza, Moeschler23 estudió el vínculo entre conversación y argumento, uniendo teoría de la conversación y argumentación en la lengua.

      La tradición en lengua alemana. En esta tradición, Wolfgang Klein24 investigó la exposición lógica de los argumentos y los clasificó en tipos:

      • Públicos y privados, en contextos institucionales e informales, respectivamente. En los primeros se acota lo cuestionable y las posibles respuestas a las preguntas. En los segundos casi todo se vale y las respuestas pueden variar en grado sumo

      • Cooperativos y polémicos, que suponen acuerdo o divergencia que conduce al antagonismo.

      • Individuales y colectivos

      Klein fundió lo lógico y lo pragmático. Lo pragmático remite al efecto social de la argumentación, al cambio que el argumentar produce en el otro. Lo lógico nos conduce a:

      • La descomposición de los problemas generales en sus problemas parciales

      • El desarrollo de los argumentos

      • Los entimemas (silogismos incompletos)

      • Y la coordinación entre argumentos

      Al estudiar la lengua, la acción y la racionalidad, Habermas25 presentó su teoría de la acción comunicativa (TAC) que proponía una serie de normas racionales en la argumentación crítica. Debido al carácter filosófico fundante de la propuesta de Habermas y a que es el primero que propone un acercamiento pragmático, cuestión que constituye parte nodal del quiebre contemporáneo de la teoría de la argumentación, le hemos dedicado la primera parte del apartado «Diálogo, dialéctica y límites de la discusión crítica», aunque cuestionando su enfoque acerca del discurso crítico, que se aleja de las posibilidades del análisis del discurso natural tal y como éste es.

      Kopperschmidt26 desarrolló el acercamiento habermasiano desde un punto de vista retórico y expuso el marco macroestructural para analizar cualquier argumentación, tanto consensual como de refutación polémica:

      • Definición del problema en debate (la cuestión): «¿se debe o no atacar a Irak hoy, marzo de 2003?»

      • Formulación de la tesis en discusión: «se le debe atacar porque su nivel de armamentismo, su posesión de armas químicas y nucleares es un riesgo para la comunidad internacional»

      • Segmentación de los argumentos e identificación de los mismos con base en indicadores lingüísticos: argumentos 1) «nivel de armamentismo», 2) «posesión de armas químicas» y 3) «posesión de armas nucleares»; 1ª conclusión: Irak «es un riesgo para la humanidad»; conclusión final: «se debe atacar a Irak»; conexión entre la primera secuencia y la conclusión final a partir del indicador «porque».

      • Reconstrucción de los «hilos» argumentativos, de su lógica y sintaxis para dilucidar y evaluar su potencial: vemos que los argumentos 1, 2 y 3 están encadenados y que juntos permiten deducir que de acuerdo con George Bush «Irak es un riesgo para la humanidad»; debido a todo lo anterior («porque») se justifica en forma automática atacar a Irak.

      • Reconstrucción de la estructura argumentativa global, formalizada a la manera de Naess (ver más adelante el apartado sobre el malentendido): el debate entre un proponente y un oponente que de una tesis básica derivan argumentos en pro y en contra progresivamente: por ejemplo, el argumento previo es rebatido por Francia y Rusia, porque «no se demostró que hubiera armas químicas, que hubiera posibilidad de desarrollo de armas nucleares y además se deben agotar las vías pacíficas en la búsqueda del desarme irakí».

      Else Barth (alumna de E.W. Beth) y Krabbe, holandés, hicieron contribuciones a la teoría de Lorenzen y a la escuela de la lógica dialógica de Erlangen al formular su dialéctica formal,27 que desarrolla la visión matematizante de los argumentos. Krabbe ha continuado el desenvolvimiento de diversas propuestas con una sólida base dialéctica, al igual que la teoría de juegos. Distintos retóricos —Kienpointer, por ejemplo— han desarrollado las propuestas de Perelman.

      La tradición holandesa. Además de Krabbe, en la escuela de Amsterdam, la pragma-dialéctica de Van Eemeren y Grootendorst (una derivación de la doctrina de E.M. Barth) nos proporcionó un modelo ideal de diez reglas para la discusión crítica.28 Estos autores también propusieron una visión general de la reconstrucción del argumento,29 estudiaron las etapas de una discusión crítica y el papel de los actos de habla en la argumentación30 y propusieron un estudio pragmático de las falacias.31 En su última fase, Van Eemeren y Houtlosser32 han comenzado a incorporar el estudio de la emoción y el «pensamiento estratégico» al meramente lógico dialéctico previo, llegando a dedicarle un libro entero a la relación entre dialéctica y retórica. En la propia Holanda, Van Dijk estudia también la argumentación desde el horizonte de la gramática textual.

      Dedicamos la segunda parte del apartado «Diálogo, dialéctica y límites de la discusión crítica» a la pragma-dialéctica debido a que su enfoque es el más influyente en el nivel mundial. No le dedicamos toda la extensión que merecería porque es abundante la bibliografía sobre su obra (aunque restringida al idioma inglés) y porque las críticas nucleares efectuadas con relación a Habermas se aplican a la escuela holandesa.

      La tradición italiana. En Italia, Lo Cascio33 ha trabajado en una gramática de la argumentación basada en el modelo lingüístico de Chomsky, mediante el cual reconstruye la formación de argumentos a partir de sus componentes básicos. Estudia hasta la fecha las relaciones sintaxis-argumentación, junto a otros italianos que se abren hacia lo visual y a distintas problemáticas argumentativas en la Universidad de Bologna. No tratamos su obra en detalle, porque nuestro centro de interés es la descripción, más que la producción de argumentos.

      La tradición latinoamericana. En América Latina y México no existe una teoría peculiar, pero existen procesos de síntesis y puesta en diálogo que nos son propios. En esta región, aunque el foco es lingüístico y retórico figural, crece el número de interesados en la argumentación, como los siguientes: Luisa Puig34 que trabaja la ADL; Mauricio Beuchot, que es un conocedor de la argumentación analógica y semiótica, así como de los textos medievales; Gilberto Giménez,35 Lidia Rodríguez,36 Silvia Gutiérrez37 y Julieta Haidar38 que analizan la argumentación desde el análisis del discurso no inmanentista (es decir, estudian el texto en su contexto); los diversos analistas de la retórica en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, en México, en particular Helena Beristáin, pero también Paola Vianello o Gerardo Ramírez; estudiosos crecientes de Ducrot, Plantin y Charaudeau en el Distrito Federal y en Puebla (Raúl Dorra), México, así como en Argentina; estudios narrativos con acento en la argumentación, sobre todo desde la semiótica de Greimas en México y Brasil; el brasileño Villaça-Koch39 que hace un recuento detallado de diversas teorías; o los nacientes esfuerzos chilenos de Celso López y Ana María Vicuña en la pragma-dialéctica, por citar sólo algunos ejemplos cercanos al autor.

      En suma, las teorías de la segunda ola introdujeron nuevos acercamientos a la retórica y a la dialéctica, muchas reflexiones sobre la filosofía y el