Lorenzo Tébar Belmonte

El profesor mediador del aprendizaje


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se puede hacer frente al desafío alienante de la sociedad tecnificada, que avanza a un ritmo superior a los conocimientos y habilidades para los que forma la escuela de hoy.

      Las posibilidades formativas de la familia resultan a todas luces insuficientes para disponer al educando con todos los recursos que le pide la moderna sociedad. Muchos padres, abrumados por preocupaciones laborales y carentes de formación, han hecho dejación de su tarea educadora y mediadora. La escuela ha debido asumir, no sustituir a la familia, y hacerse cargo de la formación cognitiva, afectiva y moral de la etapa más trascendente de la vida del educando.

      D. Actualizar metodologías: el perfil del profesor mediador

      La modificabilidad cognitiva estrutural −MCE−, de la que habla R. Feuerstein, es un concepto positivo y enriquecedor para el profesor, con ella pretende crear en el individuo una capacidad para enriquecerse de los estímulos, cuando no tenga a su lado la ayuda del mediador. No sólo cree que es posible sino que es fácil conseguirla a través de la aplicación del Programa de Enriquecimiento Instrumental. Los resultados de muy diversas investigaciones lo atestiguan. Pero todo esto exige un nuevo perfil de profesor que sepa cómo se construye, se modifica (MCE), se potencia al educando a través de su propia disciplina curricular.

      Puesto que el organismo humano es un sistema abierto y puede ser modificado, esto debería poderse constatar con la práctica educativa. Pero todo ello exige un cambio de paradigma educativo que lleva al maestro a adquirir conciencia de sus posibilidades como mediador de los procesos de enseñanza aprendizaje. El maestro es el protagonista excepcional de este cambio educativo, que implica adoptar puntos de vista distintos: Un concepto dinámico de la inteligencia, un nuevo estilo de aprendizaje basado en el análisis de los procesos y no en los resultados, una visión más dinámica de la evaluación del potencial de aprendizaje y una confianza en los propios recursos para conseguir del educando mayores niveles de eficiencia.

      El maestro necesita conocer cómo se produce el pensamiento y el aprendizaje, qué mecanismos intervienen. El maestro debe ser un experto en técnicas y estrategias de aprendizaje para saber cómo intervenir de forma correcta en la solución de las deficiencias que vaya encontrando. Es importante adoptar una postura nueva: la de mediador. Sus características esenciales en la interacción mediadora deben ser la intencionalidad, la trascendencia y el significado. El perfil del mediador se completa con los demás criterios o estilos de relación que presiden la relación educadora, como filtros que proyectan distintas adaptaciones del mediador a las necesidades del alumno, ya sean cognitivas, afectivas o motivacionales y sociales.

      E. ¿Por qué el cuestionario del perfil mediador?

      El cuestionario es una herramienta de trabajo, de exploración de nuestro estilo de enseñanza-aprendizaje en el aula. Los 32 items diseñan un modelo de actuación del profesor en su esencial tarea de enseñar a aprender, enseñar a pensar, forjar autonomía y desarrollar todas las potencialidades del educando. Es fundamental la atención a los procesos, a las experiencias motivadoras que se logran por el éxito provocado con la adaptación al estilo, al ritmo y a las posibilidades del educando, según sus conocimientos previos y la aplicación de estrategias de aprendizaje. A este estilo de interacción mediada no se le puede escapar ningún proceso de construcción de la persona, sea social, afectivo-motivacional, como un progresivo afianzamiento de la autonomía y de la responsabilidad para su incorporación al trabajo en la sociedad.

      Una clave esencial de interpretación del Perfil del Profesor Mediador está en la vinculación de cada uno de esos rasgos a los diez elementos que constituyen la propuesta metodológica derivada del Mapa Cognitivo. Es decir, los 32 items se agrupan en diez bloques, para explicar el estilo de interacción mediada del profesor en el aula (ver cuadro final).

      A nivel de centro escolar, el Perfil del Profesor mediador puede ser un interesante instrumento que permita diagnosticar los elementos más presentes y los más ausentes en la práctica pedagógica, a fin de dar coherencia y continuidad a un estilo pedagógico basado esencialmente en el paradigma de la mediación. Esta fue nuestra meta, que partió del magisterio impagable del Profesor Feuerstein.

      Aunque podamos encontrar motivos coyunturales que nos lleven a tomar decisiones, en el caso presente han confluido una serie de antecedentes y vivencias en el campo educativo, que desembocaron en la firme opción de profundizar un tema tan querido y de tanta importancia para los educadores. A lo largo de estas diversas motivaciones se van presentando las razones que respaldaron nuestra opción.

      El clima de renovación pedagógica promovido por las diversas reformas educativas (impulsadas por los estudios PISA de la OCDE y las evaluaciones de las competencias de los alumnos) que tratan de orientar las políticas educativas de los países y responder a mayores niveles de calidad escolar, a través de los cambios que vienen impulsados por la sociedad globalizada y del conocimiento, por el impacto de las nuevas tecnologías y los retos educativos de la formación que debe preparar a los alumnos para seguir aprendiendo toda la vida y para insertarse en la sociedad con competencia y responsabilidad.

      La consecuencia inmediata fue lograr un rico contraste entre las corrientes pedagógicas inspiradoras de un nuevo paradigma y las experiencias educativas dominantes entre los docentes. La búsqueda de respuestas didácticas, en sus múltiples concreciones curriculares, es un desafío constante de renovación y de creatividad, si queremos encontrar respuestas educativas a los problemas formativos que vamos encontrando personalmente y en los educandos. Los retos que nos imponen las nuevas competencias educativas, en las que deben formarse los niños y jóvenes de hoy, nos han mantenido en guardia y atentos a los estudios sobre la psicología del aprendizaje y a las nuevas corrientes metodológicas.

      Los análisis pedagógicos realizados en los diversos países, han subrayado una de las lagunas más trascendentes de la educación: que aún perdura la falta de formación pedagógica y la carencia de recursos didácticos de muchos maestros y profesores. Por esta razón, la primera solución para la calidad y la renovación de la educación está en la formación y actualización permanente del profesorado.

      El acercamiento enriquecedor a los nuevos programas cognitivos. La propuesta formativa al profesorado de una serie de reconocidos programas ha sido una valiosa orientación para adentrarnos en la comprensión del cambio didáctico. A lo largo de dos décadas nos han ido llegando sugestivos aportes pedagógicos en algunos programas cognitivos para enseñar a pensar (Cuadro 1). Buscamos constructos coherentes y metodologías innovadoras en la interminable producción de programas dedicados a la recuperación y a la solución de los más diversos problemas implicados en el fracaso escolar. Nos familiarizamos con el Proyecto Inteligencia, con los escritos de E. De Bono, la propuesta de Lipman en Filosofía para niños y otros Programas. Empezamos poco a poco a entrever, a través de estos modelos, un nuevo paradigma metodológico.

      La experiencia de aplicación del Programa de Enriquecimiento Instrumental −PEI−. Muchos colectivos de educadores e instituciones coincidieron en plantearse la misma cuestión, buscando una respuesta a la calidad educativa, a los problemas de aprendizaje y al fracaso escolar, dentro o fuera del sistema educativo: ¿Qué respuestas damos a los alumnos con dificultades de aprendizaje y con fracaso escolar? Nuestra búsqueda dio con la entonces incipiente expansión del PEI.

      La experiencia de formación mediadora, a través de los cursos del PEI a centenares de profesores en Israel, España y Latinoamérica y, sobre todo, la aplicación de dicho Programa a tres grupos de alumnos de Educación Primaria −EP− y Educación Secundaria Obligatoria −ESO− supuso una positiva confrontación con una metodología innovadora y una “modificación” personal en el estilo de relación con los educandos en el proceso enseñanza-aprendizaje.

      Estos son los cinco tipos de programas que se recomiendan a todos los profesores, para que en ellos hallen los principios inspiradores de todo cambio pedagógico, los elementos didácticos para la renovación metodológica y los instrumentos adecuados para poder ayudar a los alumnos