“comenzando por aquel que divide y opone a sí mismo al ver-venir”, Derrida reafirma esta posibilidad señalando que es lo que sucede “cuando ella fracasa en hacer volver al Mismo, a interiorizar, asimilar (etc.), al otro, lo ‘indomable’ […] lo ‘inevitable’, lo ‘vertiginoso’, la cuestión de lo totalmente otro, mientras este fracaso del trabajo del duelo impulsaría a dejar, abandonar […] a saludar con un cierto adiós, y por consiguiente a hacer el duelo del duelo. Ahí donde el duelo es imposible. De un adiós al otro” (375).
La resistencia a la inactualidad de Hegel, o a lo que le niega a Hegel una relación con cierta actualidad filosófica, estaría pre-vista por Hegel mismo. Pero tanto Malabou como Derrida en estos pasajes recién consignados, parecen sugerir que la resistencia a la inactualidad de Hegel es su inactualidad o algo que vuelve hasta cierto punto imposible tanto su actualidad como su inactualidad. Todo parece jugarse en el por-venir del más allá del ver-venir. Derrida es consciente, sin embargo, que la filósofa de la plasticidad quiere mostrar a Hegel contra la corriente y sin confrontarse con Heidegger. Contra la corriente entendida ésta como cursividad o flujo del tiempo; como concepto corriente o vulgar del tiempo del que habla Heidegger; como un Hegel de Heidegger que, según ella, se ha vuelto corriente. Al parecer ella quiere mostrar, como Heidegger con respecto a Kant, que Hegel nada tiene que ver con el concepto vulgar del tiempo del que habla Heidegger, nada con el carácter cursivo o corriente del tiempo. Malabou busca así distanciarse de lo corriente que se ha vuelto este mismo concepto y de Hegel inscrito en él. Ahora bien, si lo que resiste en Hegel a la corriente, y quizás también a la contra-corriente de Malabou, también resiste en Kant, en el equivalente kantiano del sensibleinsensible hegeliano, en Kant, que según Derrida está en “el hilo directo que, según Heidegger, conduce de Aristóteles a Hegel”, entonces, hay que tomarle todo el peso o asumir toda la gravedad de esto: porque no hay otro tiempo que el concepto vulgar del tiempo, “no hay quizá ‘concepto vulgar del tiempo’” (Derrida 1972, 97). Es la dificultad constatada por Husserl mismo en sus Lecciones de la fenomenología de la conciencia interna del tiempo al reconocer que no poseía más que imágenes, o metáforas, para hablar del “flujo” o corriente del tiempo35.
Es finalizando “La mitología blanca”, que Derrida va a decir: “A las metáforas”; reconociendo que no se escribe más que en plural. Así, “es porque la metafórica es de entrada plural por lo que escapa a la sintaxis, y por lo que da lugar, en la filosofía también, a un texto que no se agota en la historia de su sentido (concepto significado o tenor metafórico: tesis), en la presencia, visible o invisible, de su tema (sentido y verdad del ser). Pero es también porque la metafórica no reduce la sintaxis, que dispone por el contrario sus desviaciones, por lo que se arrebata a sí misma, no puede ser lo que es más que borrándose, construye indefinidamente su destrucción” (Derrida 1994b, 307). Derrida da a pensar en una doble auto-destrucción de la metáfora, pasando desde la construcción teleológica del concepto filosófico de metáfora ordenado a la manifestación de la verdad, a la resistencia metafórica que hace saltar la oposición entre lo metafórico y lo propio. Es la relación entre la flor (retórica) y su doble: la flor seca en un libro, que sólo se puede cerrar como libro si se la reanima, haciendo como si se tratase de un libro.
25 Malabou cita “la célebre conclusión de la Fenomenología del espíritu”.
26 En el año académico 1961-62, Derrida dicta el seminario “Le Présent (Heidegger, Aristóteles, Kant, Hegel, Bergson)”, al que asisten Suzanne Bachelard, Canguilhem, Paul Ricoeur y Jean Wahl, el que será reelaborado con posterioridad. Entre ese seminario y “Ousia y Gramme” publicado en Márgenes…, está el curso de 1964-65 Heidegger: la question de l’Être et l’Histoire, publicado sólo recientemente en Derrida 2013b. Habría sido este curso en donde fueron a parar primero los efectos del seminario de 1961-62. Pero la primera redacción de “Ousia y Gramme”, existente en el archivo Derrida, data sólo de 1966.
27 En un artículo paralelo a esta segunda parte de la introducción y que hemos titulado “La digresión. Malabou, Derrida y el concepto vulgar del tiempo”, hablamos no de desajuste, sino de (des)ajuste, para hacer notar la proximidad entre ambos autores. A diferencia de éste, la presente introducción, obviamente, se enmarca en las finalidades del presente libro. Observamos, de paso, que no será la única vez que Malabou omita la problemática de la metáfora, o de la metaforicidad en Derrida. Hemos abordado este asunto en Trujillo 2017.
28 Vale la pena recordar aquí que, en El porvenir de Hegel, a propósito de la formación del concepto de plasticidad, Malabou va a decir que formar un concepto que tiene una presencia discreta en la filosofía hegeliana implica, no sin relación con lo que se dice en la Estética, contar con el doble sentido de un coger y un comprender autorizado por “la etimología misma de la palabra ‘concepto’” (Malabou 2013, 24).
29 Corresponde al apéndice de la publicación del trabajo de Malabou en castellano. Cf. Derrida 2013a.
30 En un uso que llama “personal”, Derrida utilizará la palabra “corriente” (courant) como traducción de la palabra alemana “vulgär”. Aclarará esto en nota en el contexto de unas citas de Malabou de la traducción de François Vezin de Sein und Zeit. Dirá que la utilización de la palabra “vulgar” (vulgaire) resulta “muy pesada”, “en todo caso muy cargada, en muchos sentidos” (“muy pesada” y “muy cargada”, son palabras de Derrida). En efecto, en dos pasajes de Sein und Zeit relativos a Hegel, Heidegger habla, de un lado, del desarrollo más radical de la “comprensión vulgar del tiempo (des vulgären Zeitverständnisses)”, y de otro, Hegel aparece como una paráfrasis de Aristóteles respecto del tiempo entendido como “ ‘flujo’ ” de ahora, “como ‘curso del tiempo’ (aus ‘Lauf der Zeit’)”. Utilizando la palabra “corriente”, le da a Derrida “la oportunidad [chance] de lo cursivo y del tener-curso para la acreditación de lo más corriente [o vulgar] que la vuelve a ligar así con el curso o el flujo del tiempo aquí incriminado (Lauf der Zeit)”. Observamos que las comillas, aquí simples, son de Heidegger. Por lo que habrá que tener presente lo siguiente: 1. Para la palabra “vulgar”, Heidegger no utiliza las comillas, sino sólo para “flujo” y “curso del tiempo”. 2. Hay que confrontar las dos últimas palabras puestas entre comillas por Heidegger, con lo que dice Husserl en sus Lecciones de la fenomenología de la conciencia interna del tiempo, en el sentido de que faltan las palabras para nombrar la constitución originaria del tiempo. Porque no se habla de “flujo” sino cuando ya está constituido, no se habla sino “en imagen” (im Bilde). Cf. Husserl 2002, 95.
31 De tres carpetas que contienen versiones de “Ousia et Gramme” en el archivo Derrida en Irvine, ni siquiera en la más próxima a la publicación (contenida en el Folder 12) aparece la referencia a Mallarmé. Es, a todas luces, un añadido que funciona como una discreta explicitación del problema.
32 Es lo que se va a sugerir más adelante en el texto.
33 Cf. Trujillo 2019..
34 En “La mitología blanca”, justo antes de comenzar a hablar de la dificultad de descifrar