en mi escritorio de la Casa de ejercicios, las conversaciones personales con las Hermanas: el 21 y parte del 22, con las 9 Hermanas del apostolado presentes (vale decir, las que viajan mucho para dar cursos y jornadas) y con las 9 miembros del cuerpo docente de la Escuela superior. El 22, con la Hna. Pallotta y la Hna. Beatrix, quienes me habían pedido conversar conmigo, y con las educadoras (dos maestras de novicias y una maestra de terciado; la segunda maestra de terciado ya había sido recibida el día anterior en su calidad de directora de la escuela); el 23 de febrero, con las Hermanas del Consejo General y con la Hna. Agnes, quien previamente durante 12 años se desempeñó en la Dirección de la Familia. Finalmente, el 25 de febrero con las superioras de la Casa Wildburg y de la Casa de ejercicios; además con la Hna. Uta, que dirige “La fuente de Schoenstatt” y se desempeña como censora; con la Hna. Magdalena en su calidad de Hermana de María de mayor edad (nacida en 1881) y con la Hna. Gottliebe, que atiende a las Hermanas enfermas en la Casa Wildburg. Dediqué el 26 y 27 de febrero al estudio de otros textos de Schoenstatt y a la preparación de la conferencia final, que pronuncié el domingo 27 de febrero, de 16.15 a 17.30 hrs., ante las Hermanas reunidas nuevamente en la capilla de la Casa Wildburg. (Véase anexo 3).
En la mañana del 28 de febrero me despedí en Sonneck y de los sacerdotes de la Dirección en la Casa de Ejercicios. En esa ocasión hice una breve declaración sobre el resultado final de la visitación: “Con esta visitación me he convencido nuevamente de que Schoenstatt puede ser calificado de ´Obra de Dios´. No puede dudarse de la rectitud del acervo teológico y de la actitud eclesial de Schoenstatt. La ´disciplina de arcano´, cuya existencia fue admitida sinceramente, no sólo entre Schoenstatt y el mundo exterior, sino también entre las agrupaciones, grupos, etc. de la misma Obra de Schoenstatt, no tiene la finalidad de ocultar cosas que en sí hayan de rehuir la luz, y no se la observa para con la Iglesia oficial. Durante la visitación he tomado conocimiento de todo. Esperamos que las dificultades derivadas de una terminología exagerada, de una fuerte reserva y de una estrecha vinculación local y personal de la Obra de Schoenstatt, se despejen mediante una labor conjunta, llena de confianza, entre el Ordinarius loci y Schoenstatt”
II
La Obra de Schoenstatt, su estructura y originalidad
Del estudio de la literatura en cuestión y de las conversaciones con dirigentes, me formé la siguiente imagen del Movimiento apostólico de Schoenstatt:
a) Estructura
Toda la Obra se divide en dos columnas: hombres y mujeres, y se articula en “institutos”, “federaciones”, “ligas” y “movimiento popular o de peregrinos”.
1. Institutos
En primer lugar hay que mencionar a los palotinos, quienes, si bien en realidad no pertenecen a ninguna de las agrupaciones mencionadas, constituyen la columna vertebral de toda la Obra en cuanto a sus orígenes y desarrollo. El fundador y director de la Obra es un palotino. Aun cuando durante años fuera considerado un hombre que seguía caminos propios dentro de la Sociedad Palotina, logró, paso a paso, ganar para su Obra primero a las dos provincias alemanas, y luego también las demás.
En la calle del campo de concentración, el 18.10.1944, al cumplirse treinta años de la “Primera acta de fundación”, el P. Provincial Schulte realizó junto con el PK el “desposorio” de la provincia palotina de Alemania del norte con el Movimiento de Schoenstatt. El capítulo general de 1947 reconoció a la Obra de Schoenstatt como una revitalización y desarrollo orgánico del “Apostolado católico” fundado por Pallotti (con inclusión de la vinculación local y de todo el ideario de Schoenstatt), nombrando al PK “delegado general” de la Obra para las provincias de habla alemana, para las cuales desde ese momento Schoenstatt pasaba a ser la única forma del “Apostolado católico”. Las demás provincias fueron invitadas a profundizar en el mundo de Schoenstatt. Hoy Schoenstatt es aceptado plenamente por los palotinos polacos, sudafricanos y brasileños. Los demás no han tomado aún una posición clara. Pero todos quieren enviar oyentes a Schoenstatt
La Facultad de filosofía y teología de Schoenstatt pasará pronto a ser no sólo casa de estudios de la provincia de Alemania del norte, sino de ambas provincias. Aspira a un pronto reconocimiento estatal. Apunta a ser el centro espiritual de la Obra de Schoenstatt En este punto el PK exige como condición: 1. Teología de la alta escolástica, 2. lengua latina (además la Casa de Ejercicios representa el centro organizativo y pedagógico, y el instituto de las Hermanas de la Adoración, el centro contemplativo de toda la Obra.) A ello hay que agregar que la nueva Dirección de los palotinos surgida de la elección realizada en el capítulo general se orienta claramente hacia Schoenstatt: El nuevo general y su vicario son “schoenstattianos”. Para la solución del problema de Schoenstatt, esa estrecha vinculación entre Movimiento y palotinos reviste una importancia que no debe ser subestimada: Quien ataca a Schoenstatt, afecta a la vez a la Sociedad palotina.
Instituto de los sacerdotes de Schoenstatt
Este instituto que, como elite, se desprendió paulatinamente de los sacerdotes de la Federación y de la Liga,*1 y cuyo director general es Mons. Schmitz (Münster), aspira a ser erigido como instituto secular lo más pronto posible. El PK espera que sea en 1950. Más detalles sobre esta cuestión pueden verse en las actas de la vicaría general. También, luego de la erección como instituto secular, los sacerdotes que se desempeñan principalmente en la Dirección no quedan eximidos, sino que permanecen incardinados. Sólo gozan de licencia. Naturalmente, y en beneficio de la vitalidad del instituto, se espera alcanzar del Obispo que estos sacerdotes “internos” no puedan ser retirados de sus puestos en cualquier momento. En la práctica misma se espera poder demostrarle al Obispo correspondiente que un tal instituto es de gran provecho para la pastoral diocesana. Junto con las conocidas dificultades que hablan en contra de la erección de tal instituto (dos centrales), señalé que primero debería solucionarse el problema de Schoenstatt en general, y que un tal instituto secular sólo puede ser erigido si manifiestan su acuerdo los Obispos cuyo clero cuenta con una cantidad especial de sacerdotes del instituto. Mientras que el P. Menningen dio muestra de comprender estas reflexiones, el P. Engel insistió mucho [en la erección canónica]. El P. Engel (sacerdote de la diócesis de Paderborn, jubilado por enfermedad), es acompañante espiritual de los sacerdotes del instituto. Dijo que no veía ninguna dificultad en ello, que el instituto había demostrado su bendecida fecundidad durante suficiente tiempo. Mons. Schmitz estaba ausente de Schoenstatt.
El Instituto secular de las Hermanas de María
En este punto confróntese más abajo III. Los sacerdotes de la Dirección no informaron mucho sobre las Hermanas de María. Sólo se señaló que existen “secretos de familia” entre las Hermanas, de los cuales los otros institutos, incluso los sacerdotes de la “mesa redonda de Arturo” (los colaboradores más estrechos del PK) no tienen conocimiento alguno. Se acentuó que cada instituto aspira a tales peculiaridades secretas, y que el intento de penetrar en tales misterios es considerado una falta de delicadeza.
El Instituto de las “Señoras de Schoenstatt”
Su director general es el P. Mühlbeyer. Éste me alcanzó una cantidad de textos que informan detalladamente sobre el instituto. Se encuentran en las actas del vicario general. Pronto se entregará un esbozo de Estatutos. Las “Señoras de Schoenstatt” se distinguen de las Hermanas de María, entre otras cosas, porque 1) sólo tienen tantas “internas” cuantas sean necesarias para la Dirección, mientras que en las Hermanas de María (al menos hasta ahora), sólo hay, por así decirlo, “internas”; 2) porque trabajan en el mundo en profesiones independientes, ejerciendo dicha profesión en el sentido del Movimiento de Schoenstatt, y trabajando en ese espíritu, mientras que las Hermanas de María “profesionalmente” son miembros de una comunidad muy cerrada, cuya Dirección les indica su actividad laboral. Así pues las “Señoras de Schoenstatt” cumplen en realidad mucho más, y mucho más puramente los requisitos para la erección de un instituto secular. Dado que ellas son más independientes y unen en medio del mundo la vida activa con la contemplativa, su vocación es también más difícil que la de las Hermanas de María, especialmente al considerar que ellas eligen deliberadamente la vida en el mundo, si bien muchas de ellas podrían ingresar fácilmente a las Hermanas de María o a cualquier orden religiosa. Del estudio