puedes terminar la frase pues la puerta se abre de golpe. Valero entra en la celda.
– Nuevo, ven conmigo.
Sientes el miedo en tu cuerpo, los guardias pueden haber cambiado de opinión, por un momento piensas en lo peor. Os dirigís hacia el bloque donde están los presos de larga duración. En una de las celdas hay una discusión, Valero se acerca a ver qué pasa. Durante unos segundos no te presta atención, ¿actúas?
Si no haces nada y esperas a que vuelva Valero, ve a la página 20
Si sales corriendo e intentas escapar, ve a la página 24
…
Te acercas a la mesa, cinco hombres con tatuajes idénticos en el cuello y cabezas rapadas están comiendo y bromeando. Te sientas en el único sitio libre que hay y, con decisión, saludas a tus compañeros de mesa.
– Buenos días. Buen provecho.
Ninguno responde, sus caras son de sorpresa. Parece que eres el primero que se sienta con ellos sin invitación previa desde hace mucho tiempo. Uno de los latinos te quita el pan de tu bandeja y le da un bocado. Te habla con la boca llena de pan, sonríe de forma desafiante.
– Gracias hermano.
Jhony, el líder del grupo, interviene. Golpea a su compañero en la cabeza con la mano abierta, este expulsa el pan que tenía en la boca, todos se ríen.
– Un poco de respeto, por favor. Me gustan los nuevos, tienen tanto que aprender… Y este especialmente parece no tener miedo a nada. Mirad sus ojos, todavía brillan como los de un tigre de bengala, el tiempo dirá si se convierte en un gatito, o en un buitre, o quizás en un sapo.
Le quitas el trozo de pan al latino de la mano, comienzas a comer tu sopa mientras Jhony sigue con su discurso.
– Mirad todos, es su primer día en el infierno y… ¿Con quién ha decidido pasarlo? Con nosotros. Así es muchachos, puede que tengamos ante nuestros ojos a un nuevo hermano de otra madre. – Jhony te mira fijamente. – Si juras lealtad y fidelidad al grupo, formarás parte de una familia. Nosotros nos cuidamos unos a otros aquí dentro, nos protegemos como hermanos, tus problemas serán los míos y, si alguien te hace algo malo, nos lo estará haciendo a todos.
Escuchas sus palabras y piensas en tus opciones, por un lado, los latinos parecen unos locos fanáticos, pero por otro lado un poco de protección no te vendría mal. Para escapar de prisión podrían ser unos poderosos aliados. Jhony se sienta junto a ti y te ofrece su mano.
– Ahora te voy a hacer una pregunta muy sencilla. ¿Estás con nosotros o contra nosotros?
Si contestas que estás con ellos, ve a la página 46
Si respondes que estás contra ellos, ve a la página 26
…
Te acercas a la mesa, el hombre que está sentado en ella parece tranquilo, de unos 40 años, lleva gafas y una barba perfectamente afeitada.
– ¿Puedo sentarme?
– Vivimos en un mundo libre, parece irónico decirlo desde aquí dentro, pero así es. Mi nombre es Félix. ¿Y el tuyo?
– Pues desde que estoy aquí me llaman “nuevo”. – Piensas que Félix es un hombre más normal que la mayoría de los presos que has visto, podría ser interesante conocerle un poco más. Sacas un pelo largo de tu sopa, se lo muestras a tu compañero y continúas hablando con un tono irónico – ¿Y cómo has acabado en este resort turístico de cinco estrellas?
Félix se ríe de la situación y te contesta.
– Pues… digamos que por un error de cálculo.
– ¿Cómo?
– Al parecer un gramo de TNT puede ser la diferencia entre hacer una explosión controlada con un simple agujero en la montaña y destruir por completo la casa del vecino.
La situación te parece cómica, no puedes evitar reírte.
– Parece un típico problema de vecinos…
Félix continúa con sus explicaciones.
– Pues debo ser el preso con la historia más ridícula del mundo. Por suerte dentro de la casa solo estaba el gato, no tendré que pasar muchos años aquí en prisión. Yo quería hacer una cueva en la montaña para mi laboratorio. Analicé el terreno, la mezcla era perfecta, no sé qué pudo salir mal. La verdad es que lo siento por el gato, preferiría que hubiera estado mi vecino en su lugar.
– ¿Así que eres científico? ¿Trabajas en alguna empresa importante?
– No, soy más bien un apasionado de la ciencia.
Feliz coge un limón de tu bandeja, saca una moneda de cobre de su bolsillo, utiliza la moneda para sacar un tornillo metálico de la mesa, introduce el tornillo y la moneda en el limón, conecta sus gafas con el tornillo y como por arte de magia se enciende una pequeña luz que tienen las gafas.
– ¿Magia? No, ciencia.
– Impresionante. – No puedes ocultar tu asombro. – Debo admitir que es un buen truco.
Félix se emociona al ver que tiene un admirador y no puede evitar continuar hablando de ciencia.
– Pues con la cantidad de ácido que tiene esa sopa, la podría convertir en una bomba, y si me das dos cucharas y una manzana…
Interrumpes al científico amateur pues una de sus frases ha llamado tu atención.
– ¿Dices que puedes fabricar explosivos caseros? Digamos una pequeña bomba con los objetos que tenemos aquí dentro de la prisión.
– Pues claro, tú dame un poco del ácido que utilizan las cocineras para hacer la gelatina, papel de aluminio y una botella vacía y tendrás tu pequeña bomba casera. Pero si quieres algo más grande, algo que haga un auténtico ¡Boom! Entonces voy a necesitar el producto que utilizan para limpiar el agua de la prisión.
Félix habla sin parar y sin control, parece un niño pequeño discutiendo sobre Pokemon, Star Wars o cualquiera de sus fantasías. Cientos de ideas pasan al mismo tiempo por tu cabeza, los conocimientos de tu nuevo amigo podrían ser muy útiles para poder escapar.
La hora de la comida termina, los guardias distribuyen a los presos en grupos. Valero toma la palabra.
– Muy bien, escuchadme todos, es la hora de trabajar. Que cada uno siga a su líder de equipo. Puedes ver como los presos se separan en diferentes filas. Félix se pone en la fila de la cocina, mientras que los latinos y Jorge, el exjugador de baloncesto, se ponen en la fila de jardinería.
Valero se acerca a ti y te dice:
– Tú, “nuevo”. ¿Qué vas a hacer? ¿Te unes al grupo de cocina o al de jardinería?
Si decides unirte al grupo de cocina, ve a la página 39
Si decides unirte al grupo de jardinería, ve a la página 114
…
Valero calma a los presos con unos golpes en la puerta, vuelve hacia ti y continuáis andando. ¿Dónde te llevará? ¿A la oficina del director de la prisión? ¿A una celda de aislamiento? ¿A un lugar todavía peor? Finalmente os detenéis delante de la celda número 521. Valero abre la puerta y te empuja al interior.
– Bienvenido a mi humilde morada.
El Jefe te saluda desde un sillón de cuero que está al fondo de una luminosa habitación.
Miras a tu alrededor sorprendido. Aquello no parece una celda normal, tiene radio, cuadros y una cama mucho mejor que la del resto de presos.
– Así es amigo, esta es mi celda, ¿te gustaría tener una