poeta griego debía su nombre al trabajo que cumplía. Él cuidaba el silencio en el palacio del emperador Justiniano.
En su propio lecho, también.
Uno de los poemas dice:
Tus pechos contra mi pecho,
tus labios en mis labios.
Lo demás es silencio:
Yo odio la boca que nunca se cierra.
Febrero
23
El libro de los prodigios
En un día de éstos de 1455 salió a luz la Biblia, primer libro impreso en Europa con tipografía móvil.
Los chinos venían imprimiendo libros desde hacía dos siglos, pero fue Johannes Gutenberg quien inició la difusión masiva de la más apasionante novela de la literatura universal.
Las novelas cuentan pero no explican, ni tienen por qué explicar. La Biblia no dice qué dieta siguió Noé para llegar al Diluvio con seiscientos años de edad, ni cuál fue el método que usó la mujer de Abraham para quedar embarazada a los noventa, ni aclara si sabía hablar en hebreo la burra de Balaam, que discutía con su amo.
Febrero
24
Una lección de realismo
En 1815, Napoleón Bonaparte se fugó de su prisión en la isla de Elba y emprendió viaje a la reconquista del trono de Francia.
Marchaba paso a paso, acompañado por una tropa creciente, mientras el diario Le Moniteur Universel, que había sido su órgano oficial, aseguraba que los franceses estaban locos de ganas de morir defendiendo al rey Luis XVIII, y llamaba a Napoleón violador a mano armada del suelo de la patria, extranjero fuera de la ley, usurpador, traidor, plaga, jefe de bandoleros, enemigo de Francia que osa ensuciar el suelo del que ha sido expulsado, y anunciaba: Éste será su último acto de locura.
Pero por fin el rey huyó, nadie murió por él, y Napoleón se sentó en el trono sin disparar ni un tiro.
Entonces el mismo diario pasó a informar que la feliz noticia de la entrada de Napoleón en la capital ha provocado una explosión súbita y unánime, todo el mundo se abraza, las vivas al Emperador llenan el aire, en todos los ojos hay lágrimas de alegría, todos celebran el regreso del héroe de Francia y prometen a Su Majestad el Emperador la más profunda sumisión.
Febrero
25
La noche kuna
El gobierno de Panamá había ordenado, por ley, la reducción a la vida civilizada de las tribus bárbaras, semibárbaras y salvajes que existen en el país.
Y su portavoz había anunciado:
—Las indias kunas nunca más se pintarán la nariz, sino las mejillas, y ya no llevarán aros en la nariz, sino en las orejas. Y ya no vestirán molas, sino vestidos civilizados.
Y a ellas y a ellos les fue prohibida su religión y sus ceremonias, que ofendían a Dios, y su tradicional manía de gobernarse a su modo y manera.
En 1925, en la noche del día veinticinco del mes de las iguanas, los kunas pasaron a cuchillo a todos los policías que les prohibían vivir su vida.
Desde entonces, las mujeres kunas siguen llevando aros en sus narices pintadas, y siguen vistiendo sus molas, espléndido arte de una pintura que usa hilo y aguja en lugar de pincel. Y ellas y ellos siguen celebrando sus ceremonias y sus asambleas, en las dos mil islas donde defienden, por las buenas o por las malas, su reino compartido.
Febrero
26
África mía
A fines del siglo diecinueve, las potencias coloniales europeas se reunieron, en Berlín, para repartirse el África.
Fue larga y dura la pelea por el botín colonial, las selvas, los ríos, las montañas, los suelos, los subsuelos, hasta que las nuevas fronteras fueron dibujadas y en el día de hoy de 1885 se firmó, en nombre de Dios Todopoderoso, el Acta General.
Los amos europeos tuvieron el buen gusto de no mencionar el oro, los diamantes, el marfil, el petróleo, el caucho, el estaño, el cacao, el café ni el aceite de palma;
prohibieron que la esclavitud fuera llamada por su nombre;
llamaron sociedades filantrópicas a las empresas que proporcionaban carne humana al mercado mundial;
advirtieron que actuaban movidos por el deseo de favorecer el desarrollo del comercio y de la Civilización
y, por si hubiera alguna duda, aclararon que actuaban preocupados por aumentar el bienestar moral y material de las poblaciones indígenas.
Así Europa inventó el nuevo mapa del África.
Ningún africano estuvo, ni de adorno, en esa reunión cumbre.
Febrero
27
También los bancos son mortales
Todo verdor perecerá, había anunciado la Biblia.
En 1995, el Banco Barings, el más antiguo de Inglaterra, cayó en bancarrota. Una semana después, fue vendido por un precio total de una (1) libra esterlina.
Este banco había sido el brazo financiero del imperio británico.
La independencia y la deuda externa nacieron juntas en América Latina. Todos nacimos debiendo. En nuestras tierras, el Banco Barings compró países, alquiló próceres, financió guerras.
Y se creyó inmortal.
Febrero
28
Cuando
Cuando estaba bajando la escalera de caracol de un barco, se le ocurrió que quizá las moléculas de las proteínas viajaran así, en espiral y sobre suelo ondulado; y eso resultó ser un hallazgo científico.
Cuando descubrió que los automóviles tenían la culpa de lo mucho que él tosía en la ciudad de Los Ángeles, inventó el auto eléctrico, que fue un fracaso comercial.
Cuando se enfermó de los riñones, y los medicamentos no lo mejoraban, se recetó comida sana y bombardeos de vitamina C. Y se curó.
Cuando estallaron las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, fue invitado a dictar una conferencia científica en Hollywood, y cuando descubrió que no había dicho lo que quería decir pasó a encabezar la campaña mundial contra las armas nucleares.
Cuando recibió el Premio Nobel por segunda vez, la revista Life denunció que eso era un insulto. Ya en dos ocasiones el gobierno de los Estados Unidos lo había dejado sin pasaporte, porque era sospechoso de simpatías comunistas, o porque había dicho que Dios era una idea no necesaria.
Se llamaba Linus Pauling. Había nacido mientras nacía el siglo veinte.
Febrero
29
Lo que el viento no se llevó
El día de hoy tiene la costumbre de fugarse del almanaque, pero regresa cada cuatro años.
Es el día más raro del año.
Pero este día nada tuvo de raro en Hollywood, en 1940.
Con toda normalidad, el 29 de febrero Hollywood otorgó casi todos sus premios, ocho Oscars, a Lo que el viento se llevó, que era un largo suspiro de nostalgia por los buenos tiempos de la esclavitud perdida.
Y así Hollywood confirmó sus costumbres. Veinticinco años antes, su primer superéxito, El nacimiento de una nación, había sido un himno de alabanza al Ku Klux Klan.
MARZO