Andrés Vázquez de Prada

El Fundador del Opus Dei. I. ¡Señor, que vea!


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en Logroño, eran alumnos externos del Seminario» , dice Paula Royo (Sum. 6301). De la obligación del internado dispensaba el obispo (cfr. Prevención nº 16: Boletín Eclesiástico, ob. cit., 4-IX-1918, p. 298).

      Los externos eran más del 20 por ciento en los seminarios españoles (cfr. E. Subirana, ed., Anuario Eclesiástico. Año 1925, Barcelona 1925; y Álvaro del Portillo, Sum. 116). También: Javier Echevarría, Sum. 1835.

      101 Máximo Rubio, Sum. 6283; y Javier Echevarría, Sum. 1840.

      102 Cfr. entrevista a Amadeo Blanco (AGP, RHF, D-05390); y Boletín Eclesiástico (29-X-1914), p. 387. Las clases de Catecismo se señalan allí para las diez de la mañana. Cfr. también Álvaro del Portillo, PR, p. 179; Javier Echevarría, Sum. 1844; José Ramón Madurga, PM, f. 272v.

      103 El cambio de domicilio consta, entre otros documentos, en las inscripciones de la parroquia de Santiago el Real, en cuya circunscripción estaba también la calle Canalejas, cuyas casas no tenían entonces numeración sino letras. La dirección de los Escrivá era: Canalejas L.

      104 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 111; también Encarnación Ortega, PM, f. 32; José Romeo, AGP, RHF, T-03809, p. 3.

      105 Apuntes íntimos, n. 1688. Uno de los testigos recoge un comentario del Fundador sobre el nacimiento de su hermano: Santiago nació por una oración mía al Señor; esto está claro puesto que nació diez meses después (el 28 de febrero de 1919). Mi madre desde hacía diez años no había tenido hijos. Mis padres estaban físicamente agotados por las muchas contradicciones y también avanzados de edad (Jesús Alvarez Gazapo, Sum. 4281).

      El ginecólogo que asistió a doña Dolores fue el Dr. Suils, uno de cuyos hijos era compañero de Josemaría en el Instituto y le ayudó en Madrid durante la persecución religiosa (cfr. Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, p. 100).

      106 El original de la partida de bautismo se encuentra en el archivo de la parroquia de Santiago el Real, Libro de Bautismos XXV, fol. 370, n. 579, y dice así «Santiago Justo Escrivá Albás. En la Ciudad de Logroño, capital de la provincia de su nombre, Diócesis de Calahorra y La Calzada, a dos de marzo de mil novecientos diez y nueve, yo D. Hilario Loza, Cura propio de la parroquia de Santiago El Real de la misma, bauticé solemnemente a un niño, a quien puse por nombres Santiago Justo y le di por abogado a San José. Nació según declaración el día 28 de febrero último a las ocho en la calle de Canalejas L: es hijo legítimo de José Escrivá, natural de Fonz (Huesca) y María Dolores Albás, natural de Barbastro; son sus abuelos paternos José Escrivá y Constancia Corzán, naturales de Fonz; maternos Pascual Albás y Florencia Blanc, naturales de Barbastro; fueron sus padrinos José María Escrivá y Carmen Escrivá, naturales de Logroño, a quienes advertí el parentesco espiritual y obligaciones contraídas; testigos Marcos López y José Ruiz, de esta vecindad. Y para que conste firmo la presente, fecha ut supra. Hilario Loza Rubricado. Al margen. Nota. Por disposición del Ilmo. Sr. Provisor se hace constar que el primer apellido “Escrivá” de Santiago queda modificado en el sentido de llamarse “Escrivá de Balaguer” . El párroco: J. Santamaría. Rubricado» .

      Hay varios pequeños errores en la partida, como el de que su abuelo aparezca como natural de Fonz; y Josemaría y Carmen, de Logroño.

      107 Sobre el Plan de Estudios y libros de texto o apuntes de las asignaturas, cfr. Boletín Eclesiástico, ob. cit., nº 25, 29-X-1914, p. 382.

      Las calificaciones obtenidas por Josemaría en los cursos 1918-1919 y 1919-1920 se encuentran recogidas en varios lugares: Boletín Eclesiástico, ob. cit., año 60, nº 14, 14-VII-1919, p. 230; Ibidem, año 61, nº 12, 10-VII-1920, p. 190; AGP, RHF, D-15020. En el Libro de certificados de estudios, vol. I —que comienza en

      1912—, fol. 348, nº 693, de la Secretaría del Seminario Metropolitano de Zaragoza, las actas correspondientes a los dos cursos de Logroño aparecen fundidas en uno: 1919-1920. Cfr. Apéndice IX.

      108 En las instrucciones dadas para el funcionamiento del curso 1918-1919 (Boletín Eclesiástico, ob. cit., nº 15, 4-IX-1918, p. 294) en el artículo 3º se decía:

      «No se admitirá a matrícula de primer año de Teología (carrera breve) a los que no hubiesen cumplido los 21 años» . Lo señalamos, aunque esa norma no afectara a Josemaría, que cursó los 5 años de Teología, no la carrera breve.

      109 Cfr. Amadeo Blanco, AGP, RHF, D-05390; y Luis Alonso Balmaseda, AGP, RHF, D-05391.

      110 Cfr. Pedro Baldomero Larios, AGP, RHF, D-05392; y Amadeo Blanco, AGP, RHF, D-05390.

      111 Máximo Rubio, Sum. 6279. Uno de los alumnos externos con los que hizo estrecha amistad fue José María Millán. La intimidad del trato con José María Millán queda patente en una carta de 6-IX-1933, dirigida al Fundador, pidiéndole consejo: «¿Qué te parece? Tú me hubieras aconsejado muy bien. Tengo suma curiosidad por conocer tu criterio (que siempre he venerado)» (AGP, RHF, D-04833; cfr. Álvaro del Portillo, PR, p. 179); o bien en la que el Fundador dirige al Rev. José María Millán el 25 de noviembre de 1940: Queridísimo Pepe: de veras que nos hemos encontrado, a la vuelta de veinte años. A los dos nos vendrá bien [...]. Cuando nos veamos, seguiremos nuestras confidencias. Es preciso que no tardemos mucho (Carta, Madrid; EF-401125-1).

      112 El original en el Archivo diocesano de Calahorra (sin clasificar). Una copia certificada en AGP, RHF, D-09678.

      113 De 1915 a 1921 fue Rector del seminario don Valeriano-Cruz Ordóñez Bujanda; secretario, don Gregorio Lanz; y director de disciplina, don Gregorio Fernández Anguiano.

      Don Gregorio daba lecciones de Física, Química, Geología, Fisiología e Historia Natural. Cuando en 1921 el nuevo Obispo Administrador Apostólico, Mons. Fidel García Martínez, se nombró a sí mismo Rector del seminario, delegó de hecho el gobierno al nuevo Vicerrector electo, don Gregorio Fernández Anguiano.

      A don Gregorio le nombra el Fundador como a uno de los que fomentaron su vocación: — Jesús, me doy cuenta con agradecimiento de que nunca he podido decir non habeo hominem! (Apuntes, n. 959; 22-III-1933). Cfr. también Álvaro del Portillo, Sum. 118.

      Después de dejar la dirección espiritual del P. José Miguel, Josemaría acudió a don Ciriaco Garrido Lázaro, canónigo de la Colegiata y, más adelante, también al Vicerrector del seminario, D. Gregorio Fernández (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 85; y Javier Echevarría, Sum. 1809.

      114 Juan Cruz Moreno, AGP, RHF, T-07331. El que esto refiere, alumno externo del seminario, añade: «conviene tener en cuenta que nuestro horario preveía un rezo del Rosario en común, a media tarde, lo que quiere decir que él rezaría dos partes, al menos» .

      115 Mons. J. Echevarría cuenta, a este propósito, que acompañando al Fundador de visita en la Colegiata de Logroño en 1972, por presión de antiguas memorias le brotó del alma una sincera confesión: — ¡me he pasado aquí mucho tiempo adorando a Jesús Sacramentado!; y con piadosa alegría repetía:

      — ¡cuántas horas me he pasado yo aquí! (Javier Echevarría, Sum. 1846 y 1810).

      116 Máximo Rubio, Sum. 6278.

      117 Paula Royo, Sum. 6297 y 6304.

      118 Máximo Rubio, Sum. 6291.

      119 Citado por Álvaro del Portillo, Sum. 95.

      120 Apuntes, n. 53.

      121 La condición social del sacerdote —aparte de la deferencia religiosa— dependía del puesto o cargo que desempeñaba. En los pueblos era una de las fuerzas vivas, como se decía entonces, junto con el alcalde, médico, boticario o maestro. Pero no eran muchos los sacerdotes seculares que tenían acceso, por su prestigio personal, a las capas altas de la sociedad. En algunos documentos de esta época se entrevé un trasfondo de admiración en el hecho de que Josemaría fuese bachiller. Así, por ejemplo, cuando el Rector del Seminario informa: «El