Rene Cheng

Canalizando a los ángeles


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de antemano, pero nos entercamos con el resultado. Esto no puede funcionar, porque los ángeles respetan la voluntad de Lupita, que no quiere una relación con Juan. No puede haber un conflicto de voluntades, sino al contrario: éstas deben estar en sincronía.

      Lo mismo pasa con la voluntad divina o de Dios y esto explica por qué no sanó alguna persona por más que lo deseamos; es parte del plan divino y del aprendizaje de cada alma, lo cual es respetado por los ángeles.

      A los seres humanos nos encantan las garantías, pero el Universo no funciona así. Pero si Juan pide de manera diferente y si está dentro del plan divino, entonces su petición se hará realidad, se manifiesta.

      El tema del Decreto lo trataré más tarde, pero siguiendo a Juan, éste pudo haber pedido: “Decreto aquí y ahora que mi pareja sentimental llega a mí en el momento justo y para mi bien mayor y el de ella. Ángeles, les pido que me ayuden a reconocer esto, en su momento; abran mi corazón”. Así el Universo y los ángeles confabulan en favor de Juan y de la pareja para Juan, que tiene la misma voluntad.

      Te preguntarás entonces qué sentido tiene el decretar y pedir, si ya todo forma parte del plan divino. La magia consiste en entender el funcionamiento del Decreto, voluntades, pensamientos positivos y plan divino. La buena noticia es: los ángeles nos ayudan en todo este proceso. Pueden aligerar y abrir caminos. Nos ayudan a cambiar nuestros enfoques y reconocer nuestras virtudes, nuestra divinidad. Elevan nuestra frecuencia energética para atraer situaciones, personas, emociones, resultados y relaciones positivas. Nos ayudan y guían a conocernos mejor, saber cuál es nuestra esencia, nuestros propósitos, nuestras virtudes y las de los demás.

      Los ángeles son seres con todas las virtudes imaginables: amor, compasión, paz, abundancia, armonía, generosidad, paciencia, serenidad, tranquilidad, sabiduría, misericordia, etcétera. Como seres humanos, hemos querido entenderlos y para ello clasificarlos. Supongo que queremos facilitarnos el entendimiento de transformar lo intangible en tangible. Es como las imágenes de la Virgen o de Cristo que nos facilitan el “verles”. Todos los ángeles cuentan con todas las virtudes; de hecho, no creo que sean entidades tan limitadas, individuales, sino que se entrelazan y forman parte de la Fuente misma. Aún dicho esto, daré una explicación de sus jerarquías, sus virtudes específicas, para que sean más tangibles. Es como cuando queremos partir el agua para entenderle o clasificarle y le ponemos nombres (Océano Pacífico, Índigo, Mar Rojo). Todos ellos forman parte del agua, que refiriéndose a los ángeles sería el Universo, Dios, la Fuente, el Todo, Cosmos o como quieras denominarle.

      En el cristianismo se dice que la cantidad de ángeles es inmensa en número, sin especificar. La Cábala maneja 72 ángeles, denominados “los nombres de Dios”.

      En la numerología magistral el número 22 representa a los ángeles.

      Se dice que la Virgen María es la madre de todos los ángeles (al igual que nuestra madre celestial). Los ángeles no tienen género, pero sí poseen energías más femeninas o masculinas, esto lo veremos más adelante. Aclaro esto para no crear confusiones cuando me refiera a mi ángel y hable de ÉL: me refiero al artículo de la palabra y no al género del mensajero de luz.

      Alguna vez, antes de entrar en este mundo holístico (que por cierto significa total o integral), me cuestioné, como tal vez lo hagas tú: “¿Por qué contactar a los ángeles y no directamente al mero jefe, o sea, a Dios? No necesito de intermediarios”. Como mencioné al principio, los ángeles son los mensajeros de Dios, mensajeros de luz, y como energéticamente se acercan más a nuestra frecuencia los podemos captar con mayor facilidad. Dios (o el Universo) está en constante comunicación con nosotros, pero muchas veces se nos dificulta percibirle. Si así lo quieres, los ángeles nos facilitan ese puente de comunicación.

      Los ángeles son omnipresentes (están presentes en todas partes), o sea, cuentan con la virtud de la ubicuidad. Esto explica cómo pueden estar presentes con todos y en el mismo tiempo o varios tiempos a la vez. Como Dios, son todopoderosos. Hay que entender también que el Universo es ilimitado, generoso y abundante; por consiguiente, hay suficiente para todos. Hago mención de esto porque puede haber personas que pidan “limitadamente” por culpa o miedo de que no alcance para todos o por no sentirse merecedoras. Todos somos merecedores, todos somos parte de la divinidad, nadie es mejor o peor. Aclaro esto aquí nuevamente por si creyeras que fulanito tiene mayor prioridad con los ángeles que tú por ser un “fiel creyente”. Todos somos iguales y tenemos la misma oportunidad de crear una relación con estos seres de luz. Todos somos amados por igual por los ángeles, sin importar credo, género, cultura, religión, etcétera. Cada día es una oportunidad nueva. Lo único que nos piden los ángeles es invitarlos a nuestra vida, invocarlos.

      Los nueve coros, órdenes o esferas celestiales

      Tanto la Cábala (judaísmo) como la Biblia (cristianismo) coinciden en este orden con diversos nombres. Hay algunos textos religiosos que invierten el orden entre potestades y virtudes. Como mencioné anteriormente, creo que sólo se ha hecho esto para poder comprender con mayor facilidad lo intangible. Por lo mismo, mencionaré esta jerarquía brevemente. Si tienes mayor interés en este tema puedes abundar en libros de la Cábala y en el Libro de los secretos. Hay eruditos que llevan toda su vida estudiándola; tan extensa es. Cuando hablo de ángeles me refiero a TODOS los seres angelicales, sean serafines, arcángeles o ángeles (véase la jerarquía inferior). Asimismo, notarás que en ciertos textos religiosos mencionan a cierto arcángel en otro plano (esfera, coro, orden, sefirá o sefiroth) “que no le correspondería”. Como ejemplo: Metatrón es un arcángel y si ves abajo se le considera regente de los serafines. Cuando empecé a adentrarme en este estudio me di cuenta de que no es tan lineal ni estricto el orden y me preguntaba: “¿Cómo puede ser regente de un orden tan elevado (el de los serafines), estando en uno tan bajo (el de los arcángeles)?” A mi manera de entenderlo, todos los ángeles, independientemente de su “rango celestial”, pueden transitar por todos los planos; de hecho, sin que exista tiempo ni espacio. Recuerda: cuentan con el don de la ubicuidad y son omnipresentes. Somos los humanos quienes queremos clasificarlos para entender mejor sus funciones, su orden.

      Primera esfera (los más cercanos a Dios, en la Cábala denominada Atziluth):

      • Serafines (en la Cábala corresponde a Kether, la Corona, y la rige Metatrón).

      • Querubines (en la Cábala corresponde a Chokmah o Hoch mah y la rige Raziel).

      • Tronos (en la Cábala corresponde a Binah y es regida por Tsaphikiel).

      Segunda esfera (en la Cábala corresponde a Briah):

      • Dominaciones (en la Cábala corresponde a Chesed o Hes sed y es regida por Zadquiel).

      • Potestades (en la Cábala corresponde a Geburah y es regida por Chamuel).

      • Virtudes (en la Cábala corresponde a Tiphereth y es regida por Rafael).

      Tercera esfera (en la Cábala corresponde a Yetzirah):

      • Principados (en la Cábala corresponde a Netzah y es regida por Haniel).

      • Arcángeles (en la Cábala corresponde a Hod y es regida por Miguel).

      • Ángeles (los más cercanos a la humanidad, en la Cábala corresponde a Yesod y es regida por Gabriel).

      Serafines (ángeles al servicio de Kether / La Corona, Metatrón, según la Cábala)

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      Los serafines pertenecen a la primera jerarquía celestial. Junto con los querubines y tronos, son parte o esencia de Dios. Son los ángeles que llenan el cielo de música. Se dice que con sus trompetas e instrumentos musicales colman de música toda la corte celestial. Cantan sin cesar y son la vibración más pura del amor, la frecuencia más elevada, después de Dios. Su ardor y la pureza con que aman las cosas divinas les da el nombre de “flamantes llamas del rayo”, “rayos de fuego del amor” o “Llamas ardientes”.