n> RAÍCES HISTÓRICAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ José Carlos Gómez-Menor Fuentes con la colaboración de Santiago Sastre Ariza Prólogo de José Jiménez Lozano Premio Cervantes a las Letras 2002 Ediciones Trébedes Foto de los autores: Amadeo Galán. Dibujo del colofón: Francisco Izquierdo, ilustración del Misal de Pablo VI promulgado el 3 de abril de 1969 y editado en 1970. © José Carlos Gómez-Menor Fuentes, 2011. © Santiago Sastre Ariza, 2011. © Ediciones Trébedes, 2010 Rda. Buenavista 24, bloque 6, 3º D – 45005 – Toledo (España) ISBN DIGITAL: 978-84-940981-0-9 Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos. A la memoria y recuerdo de JOSÉ MARÍA JAVIERRE, sacerdote y periodista, cordial amigo, divulgador de la obra y la vida de san Juan de la Cruz ... hable la verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros unos de otros. San Pablo, Efesios, 4, 25 Contenido Prólogo Un cerco más estrecho Desde que publica su libro “Los orígenes familiares de Santa Teresa y San Juan de la Cruz”, que es de 1970, su autor, D. José Gómez-Menor ha estado como cercando y estrechando su investigación documental en torno a la biografía de San Juan de la Cruz con diversos trabajos publicados en revistas académicas, y este libro es la última cuenta y razón de ese cerco. Pero este cerco y búsqueda ha debido de ser para el autor excitante e inquietador pero también no falto de gratificaciones, porque en esas investigaciones, que siempre son un juego mitad policíaco y mitad notarial y en el que también cuentan la imaginación y una especie de instinto que pueden engañar mucho, pero también encaminar; no pocas veces, ha debido de sentir que, efectivamente, lo que buscaba ha pasado junto a él o quizás se le ha escapado de las manos entre los pliegos de los viejos papeles, pero no sin dejar el aroma del vaso por lo menos, para decirlo con una feliz formulación azoriniana. Y ni que decir tiene que el lector encontrará en este libro acontecimientos que quedan adverados documentalmente, y ámbitos físicos, culturales y espirituales que rodearon también al biografiado minuciosamente estudiados que le trasladarán a su tiempo, y al conocimiento de toda una serie de personajes del entorno de San Juan de la Cruz en relación más o menos directa con él. Y también se sentirá tocado por el discurso del autor acerca de otros personajes o hechos que no son abiertamente documentables pero cuya existencialidad y relaciones públicas políticas, sociales o de parentesco permiten hacer hipótesis fundadas, que no pueden desecharse sin más en nombre de aprioris dogmáticos de nuestro tiempo, que es un tiempo que con frecuencia se permite juzgar a todos los demás tiempos del pasado, ejercitando una especie de imperialismo de su propio “Zeitgeist” o Espíritu del Tiempo, y propia visión de las cosas. El autor del libro dedica el primer capítulo de su obra a una discusión acerca de la concepción de la historia como estudio de la historia que acontece, y en este discurso defiende –y pienso que con una intensidad que debe agradecerse– que un individuo, un “yo” del pasado, y en este caso el de San Juan de la Cruz, no debe ser integrado, y juzgado sin más, como un simple elemento indiferenciado de una sociedad de la que todos y cada uno de sus miembros participarían de un mismo pensar y sentir o, lo que es lo mismo, en la que nadie podría desviarse de esos pensares y sentires e imaginarios y prácticas o comportamientos comunes, que además nosotros hemos decidido y definido desde la altura y la plenitud del nuestro, medida de todos los demás tiempos, como los que corresponden a aquella sociedad y a aquellos tiempos. En consecuencia, al ajustar los límites y derechos del historiador en su