vio a DeMarco. Ella se estaba acercando desde el costado izquierdo de la casa. No se había molestado en sacar su arma ni le gritaba a Jeremy que se detuviera. Kate estaba asombrada por lo rápida que era su pareja; iba disparada tras Jeremy a una velocidad que fácilmente superaba a la del adolescente.
Lo atrapó justo cuando Jeremy había alcanzado los primeros árboles que conducían al interior del bosque. DeMarco estiró la mano, lo sujetó por el hombro y lo hizo girar para que le diera la cara. Al hacerlo, terminó girando en redondo antes de perder el equilibrio y caer en el suelo.
Kate dio varios pasos apresurados y se unió a DeMarco, ayudándola a esposar a Jeremy Branch.
—Al correr —dijo Kate—, nos haces pensar que tienes algo que esconder. Y has hecho más fácil nuestra elección. Hablaremos contigo en la estación.
Jeremy Branch no tuvo nada que decir. Jadeaba con fuerza mientras DeMarco se esforzaba en ponerlo de pie con las manos esposadas a la espalda. Se veía confundido y algo atontado mientras lo lllevaban al auto. Y cuando miró de manera nerviosa hacia el tráiler, Kate tuvo la seguridad de que hallaría evidencia sospechosa para poner en aprietos a Jeremy y a su hermano, incluso apartando lo de la desaparición de Mercy Fuller.
***
El registro de la casa no tomó mucho tiempo. Mientras DeMarco permanecía afuera, Kate recorrió el lugar y en quince minutos, encontró más que suficiente para poner en aprietos a los hermanos Branch.
Doscientos gramos de cocaína fueron hallados en uno de los dormitorios, junto con media docena de pastillas de ecstasy. En el otro cuarto, había varias bolsas plásticas con hierba, otra docena de pastillas de ecstasy, y unos frascos de medicamentos para el dolor que requerían prescripción. Lo más interesante fue cuando Kate encontró un pequeño cuaderno negro debajo de la cama de la segunda habitación. Lucía como una especie de cuaderno de cuentas, donde se registraba quién debía dinero y por qué.
También supuso que el primer dormitorio que había registrado era el de Jeremy Branch. Sabía esto debido a una foto más bien provocativa que estaba junto a su cama, que los mostraba a él y a Mercy Fuller, casi desvestidos. Pero no pudo hallar diarios, ni portátil, nada que pudiera darle pistas de su participación en la desaparición de ella o en la muerte de los padres.
Encontró una cosa destacable, sin embargo. Algo que contestaba al menos una pregunta. En el pequeño baño junto al cuarto de Jeremy, Kate halló una pasta de dientes nueva tamaño viajero, desodorante femenino y un cepillo dental nuevo en miniatura. Aparentemente, Mercy había comprado esas cosas para tenerlas aquí, tratando de cubrir cualquier traza de contacto íntimo con un muchacho antes de ir a casa.
Salió, vadeando el césped crecido para llegar al auto. —Todas las cosas tamaño viajero están en el baño de Jeremy. Aparentemente, Mercy las mantenía todas aquí.
—Eso es… lindo, supongo.
—O un poco obsesivo —sugirió Kate mientras se ponía tras el volante—. Además, ahora conocemos una de las razones por las que corrió.
Desde el asiento trasero, Jeremy habló. En su voz había pánico y temblaba de miedo. —Todo eso es de mi hermano.
—¿Así que él guardaba algo de eso en tu cuarto?
—Sí, él lo vende y... y...
—Ahorra tu energía para la estación —dijo Kate—. A decir verdad, las drogas son secundarias en este momento.
—No tengo nada que ver con Mercy o sus padres —dijo—. Lo juro.
—Espero que no —dijo Kate mientras el auto comenzaba a avanzar—. Pero supongo que tendremos que esperar y ver.
CAPÍTULO CINCO
Esta vez, cuando entraron a la Estación Policial de Deton, el enorme escritorio al frente de la estancia estaba ocupado por una mujer que se veía como si hubiera sido sembrada allí y nunca se hubiera ido. Mínimo tenía sesenta años y cuando miró a Kate, DeMarco, y Jeremy Branch, les brindó una sonrisa muy bien ensayada. Cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, sin embargo, la sonrisa se desvaneció y se condujo con aire profesional.
—¿Son ustedes las agentes? —preguntó.
—Sí, señora —dijo DeMarco—. ¿Dónde podemos poner al Sr. Branch?
—En la sala de interrogación por ahora. Llamaré al sheriff y le informaré que están aquí. Síganme.
La mujer las condujo a través de la estancia, por el mismo corredor por donde las había llevado Barnes más temprano. Abrió la puerta de la.segunda habitación a la derecha. Se veía casi igual a aquella donde habían conocido al Oficial Foster ese mismo día. Había un viejo y desvencijado escritorio con una silla colocada a cada lado.
—Siéntate —dijo DeMarco, dándole a Jeremy un ligero empujón en dirección a la mesa.
Jeremy hizo lo que le pidieron, sin resistirse. Una vez que se hubo sentado, puso sus manos esposadas delante de él, y las contempló.
—¿Cómo era la relación entre tú y Mercy Fuller? —preguntó Kate.
—Apenas la conocía.
—Vi una foto en tu cuarto que dice otra cosa.
—¿Qué dirían si les digo que ella era… Bueno, así de amistosa con la mayoría de los chicos?
—Diría que es una acusación bastante atrevida en contra de alguien. Especialmente en un pueblo como este, y acerca de una chica que acaba de perder a sus padres.
Jeremy suspiró y se encogió de hombros. Su desenfado estaba exasperando a Kate, pero esta se esforzó en seguir actuando de manera profesional.
—Se los dije… No sé nada de esa familia.
—Estás mintiendo —dijo Kate—. Y esta es la situación. Puedes continuar mintiendo, pero este es un pueblo pequeño, chico, y puedo descubrir tu mentira con bastante facilidad. Y si descubro que me estás mintiendo, entonces comenzaremos a indagar en lo de las drogas. Quizás encontremos a algunas de las personas que tu no tan brillante hermano ha anotado en ese cuaderno negro que está debajo de su cama. Quizás les digamos que nos contaste dónde hallar el cuaderno.
Los ojos de Jeremy se abrieron más ante este pensamientos y comenzó a revolverse en su asiento. Kate también se preguntó si había una carta que jugar con respecto al hermano mayor. Se preguntó cuál de los dos se quebraría primero bajo la presión.
Pero aparentemente, no tendría que irse por esa ruta. Prácticamente pudo anticipar el momento en el que Jeremy Branch decidió que su propia conservación era lo más importante.
—Bien, la conozco. Pero no estábamos saliendo en citas ni nada de eso. Solo nos juntábamos de vez e cuando.
—¿Entonces era una relación de tipo sexual?
—Sí. Y eso era todo lo que era.
—¿No te importaba que tuviera quince?
—En cierto modo. Suponía que rompería con ella en cuanto yo cumpliera los dieciocho. Así no me metería en problemas, ¿entiende?
—¿Cuándo fue la última vez que la viste? —preguntó DeMarco.
—Hace como una semana.
—¿Vino ella a tu casa?
—Sí. Teníamos una especie de consigna. Cuando ella quería venir, me mandaba un texto y yo la recogía en Waterlick Road. Ella le decía a su familia que iba a casa de una amiga y yo la recogía e íbamos a mi casa.
—¿Desde hace cuánto está pasando esto? —preguntó Kate.
—Cuatro o cinco meses. Pero miren, se que suena sucio o algo así, pero en realidad no la.conozco bien. Solo era sexo. Eso era todo. Era su primera... y ella tenía cierta curiosidad, ¿entienden?