la actualidad.
Se llega así a dos conclusiones:
1) que este grupo concreto de bacilos no patógenos del intestino, que no fermentan la lactosa, se asociaba de manera indudable con enfermedades crónicas;
2) que las vacunas elaboradas con ellos resultaban agentes curativos muy valiosos si se administraban según las leyes de Hahnemann, estudiando a la vez la respuesta del paciente, y no, como se había hecho hasta entonces, a intervalos regulares.
Fue en esta etapa, al llegar a su hospital como bacteriólogo, que fui introducido a la ciencia de la homeopatía. Al leer el “Organon” de Hahnemann por primera vez, uno se percataba de inmediato de que el trabajo de la escuela moderna de inmunología fue simplemente el redescubrimiento, a través de un método diferente, de hechos que él había reconocido un siglo antes, y que en combinación con algunos de los principios médicos homeopáticos, podían ser aplicados a varios grupos de bacilos y a preparados obtenidos de ellos, potenciándolos de la misma manera que se hace con un remedio homeopático. Se tardó muy poco en demostrar que los nosodes preparados de este modo eran de un gran valor terapéutico y que las investigaciones posteriores a lo largo de ocho años, durante los cuales se trataron centenares de casos, justificaban sobradamente las expectativas iniciales. Actualmente, estos nosodes no solo se utilizan en Inglaterra, sino también en mayor medida en Alemania y América, y en menor medida en Francia, Holanda y Suiza.
Visto desde el punto de vista homeopático, el primer hecho a considerar es si estos preparados obran de acuerdo con las leyes de Hahnemann y si son una ampliación de su trabajo. Muchos creemos que es así, pues como fundador de la homeopatía en más de un caso utilizó el producto mórbido de la enfermedad como base de un remedio y existen muy pocas dudas de que si él hubiese estado en condiciones de aislar estos organismos, los hubiera utilizado. Además, aún no podemos asegurar que estos organismos sean la causa, el resultado o un intento de curar la enfermedad. A lo sumo, puede decirse que existe una asociación, pero todavía es imposible determinar la naturaleza exacta. No es improbable que estos bacilos sean una variación del Bacillus coli, y éste deba considerarse más o menos como un habitante normal del intestino a partir de su universal presencia en nuestra civilización moderna, no sólo en personas, sino también en animales, pájaros, etc.,. Los experimentos tienden a indicar que durante los grandes cambios fundamentales en el cuerpo, la flora intestinal se puede alterar, como si intentara mantenerse en armonía, por ello no es imposible que estos grupos de bacilos sean los B. coli normales alterados para cumplir ciertas necesidades concretas, forzados a hacerlo a causa del estado alterado del huésped y que cuando las bacterias se encuentran en este estado, indudablemente constituyen valiosos agentes terapéuticos si se potencializan. La ciencia tiende a mostrarnos que la vida es un estado de armonía, y que la enfermedad es desarmonía o un estado de discordia en el cual una parte del todo no vibra al unísono.
Es interesante mencionar que se utiliza la lactosa para diferenciar estos organismos. La lactosa se distingue del resto de los azúcares en que es un producto animal, mientras que los otros son vegetales. Investigaciones recientes indican que para que un fermento pueda actuar sobre una sustancia debe ser capaz de vibrar en armonía con el peso atómico de la sustancia que debe fermentarse. Por lo tanto, esto significa que los organismos capaces de fermentar la lactosa son capaces de vibrar en armonía con el tejido animal, mientras que los que no son capaces de hacerlo son igualmente incapaces de estar en armonía con sustancias que no sean de tipo vegetal.
Si esta teoría logra resistir el paso del tiempo, nos hará avanzar considerablemente en el camino hacia la comprensión de las cosas de naturaleza fundamental, evidenciando que disponemos de un método para diferenciar los organismos beneficiosos de los que son nocivos para el hombre. Precisamente, cuando resultan perjudiciales decidimos potencializar estos productos y utilizarlos como agentes terapéuticos para la cura de la enfermedad. Naturalmente, en el resto de puntos los nosodes son idénticos a los remedios homeopáticos, y su preparación está exactamente de acuerdo con las leyes de la materia médica.39
Nadie que haya estudiado la toxemia intestinal en cualquier grado puede pasar por alto la similitud entre esta y la enfermedad básica descrita por Hahnemann como “psora”.40 Hoy no entraré en detalle al respecto, porque sé que el doctor Gordon, de Edimburgo, les expondrá con detenimiento esta similitud, para indicar las indudables pruebas de la naturaleza de la toxemia intestinal denominada psora.
Hahnemann enfatiza mucho la imposibilidad de tener más de una enfermedad a la vez. Esto se ha observado en la investigación de la flora intestinal; es sorprendente que sólo en los casos más raros se encuentre más de un tipo de organismo anómalo presente en un individuo, otro hecho que confirma la teoría de que ambos estados son idénticos.
A pesar de que sólo se presente un tipo de organismo durante un período particular, éste se puede modificar mediante una vacuna o nosode, o la administración de un remedio, lo cual indica que el tipo de organismo depende del estado del paciente, y que su naturaleza varía en función del terreno donde debe vivir. Por lo general, en personas que no han sido tratadas con métodos homeopáticos, el organismo permanece mucho más constante a su tipo durante un período prolongado.
El siguiente punto a destacar es hasta qué grado la escuela alopática está adoptando métodos homeopáticos. Esto es completamente aparte del trabajo al que me he referido esta tarde acerca de los nosodes, utilizados por un gran número de alópatas en diferentes partes del mundo, quienes han sido debidamente instruidos en los respectivos principios de repetición, de modo que no es esperable que se produzcan daños al respecto.
Otra escuela también ha trabajado de manera independiente la administración de vacunas orales, y actualmente las utiliza a gran escala en potencias bajas por vía oral. Por el momento, estos profesionales –con representación a nivel mundial– no han utilizado disoluciones mayores a 4x.
En los últimos años Besredka41 y otros han llevado a cabo una vasta tarea y han demostrado la eficacia de la administración de vacunas por vía oral, tanto como profiláctico contra la enfermedad como cura de la misma.
Gran cantidad de experimentos ha demostrado que se pueden inmunizar los animales contra organismos vivos a los cuales son muy susceptibles mediante unas pocas dosis por vía oral de una emulsión inerte de las mismas bacterias. Asimismo, los resultados de pruebas realizadas en las tropas son muy esperanzadores acerca de la posibilidad de que los mismos preparados puedan proteger contra la infección tifoidea, disentería, etc., para la sociedad en general. Es así que como profilaxis o tratamiento, la vacuna oral se está convirtiendo en una práctica común. Algunas firmas, no sólo locales sino a una mayor escala en Europa continental, han iniciado la fabricación de estos preparados en grandes cantidades.
Las suspensiones no se potencializan en el exacto sentido de la palabra, sino que debido al tamaño diminuto de la bacteria, la cantidad total presente es en realidad muy pequeña, y probablemente corresponde a 2x o 3x de un remedio homeopático; de ahí que sean tan próximos a vuestras potencias. Este trabajo, que crece y se extiende con rapidez, desde luego procede por completo de la escuela alopática y no tiene ninguna conexión con la homeopatía. Se ha desarrollado de forma muy independiente en los laboratorios científicos de la vieja escuela. De forma inconsciente, se vuelve a descubrir la obra de Hahnemann y se ha preparado una gran cantidad de remedios, aunque sólo en potencias bajas. La vieja escuela está intentando crear una materia médica completa, utilizando como base los distintos tipos de organismos, de los que naturalmente existen numerosas variedades.
Como ejemplo, presentamos una cita del boletín trimestral de una de nuestras principales firmas:
El terapeuta que utiliza las vacunas afirma que en una gran variedad de casos el uso de vacunas mediante una inyección subcutánea es beneficioso. Sin embargo, debemos admitir que existen muchos estados en los que la administración de una vacuna mediante una inyección está contraindicada. Los casos de fiebre aguda y los pacientes nerviosos que son hipersensibles pueden mencionarse como los ejemplos más importantes. No es ampliamente conocido que, en infecciones por estafilococos y estreptococos, las vacunas administradas en forma oral, como un medicamento corriente, son igual o quizás más