Edward Bach

Obras Completas - Edward Bach


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Le trajeron a la consulta una niña con supuración de oído, que había estado bajo el cuidado de uno de los mejores bacteriólogos y a quien le administraran una dosis de vacuna cada sábado, y una dosis de hierro tres veces a la semana. La madre, una mujer inteligente, dijo que al principio, y hasta cierto punto, el tratamiento parecía útil, pero al cabo de un mes dejó de serlo, por lo que pidió cesar el tratamiento; sin embargo, el profesional decidió continuar. En este caso, el principio de dosis de Hahnemann era de gran valor.

      El doctor Weir esperaba que se realizara un listado de síntomas como guía hacia un remedio, eliminando la necesidad del examen de heces frecuente. En ese punto surgiría la dificultad; los pacientes se opondrían a la preparación frecuente de placas de defecaciones, tanto por la molestia como por el gasto. Seguramente Hahnemann hubiera sido uno de los primeros en impulsar el estudio de estos nuevos métodos. En conclusión, el doctor Weir agradeció a las personas que trabajaban en este campo por lo realizado y por lo que estaban haciendo. Era consciente del aporte del doctor Bach, así como del gran trabajo de los doctores Dishington y Paterson. No debían pensar que sus colegas eran hostiles, desagradecidos o hipercríticos.

      El doctor Goldsbrough dijo que muchos detalles técnicos en este tipo de tratamiento eran difíciles de asimilar por parte de quienes trabajaban en líneas diferentes, y considerando que incidía en la falta de respuestas en la discusión.

      Deseaba hacer algunas preguntas al doctor Bach. Durante la velada clínica de junio, él (el conferenciante) expuso un caso de psoriasis complicada con eritema y mastitis. Era un caso muy interesante y al principio temió que la paciente desarrollara una enfermedad maligna en el pecho. La hinchazón desapareció con la fitolaca y a continuación la paciente presentó un eritema agudo en todo el cuerpo. Inicialmente la psoriasis desapareció, pero luego volvió a presentarse. La discusión de junio lo llevó a pensar que podía encontrar ayuda en la línea de trabajo del doctor Bach y el doctor Wheeler. Envió dos especímenes al laboratorio del hospital para descubrir si había algún organismo anormal a partir del cual se pudiera preparar una vacuna. En cada uno de los casos el informe indicó que no se había aislado ningún organismo. No envió un tercer espécimen, ¿debería haberlo hecho? La paciente aparentaba estar bien de salud, pero aún tenía psoriasis.

      Parecía ser un caso crucial, no como prueba del principio sino para saber si debía aplicarse en esta oportunidad. El consejo del doctor Bach sobre el tema sería valioso. El doctor Bach había dicho que el organismo era un lactobacilo no fermentado. ¿Por qué se proporcionaba esa prueba concreta del organismo? ¿Era debido a la polaridad de la lactosa o a la polaridad que el doctor Bach pretendía descubrir en el nosode resultante? En relación con el punto mencionado, ¿por qué era una emulsión de la bacteria la preparación a partir de la cual se había creado el nosode? ¿Debía entenderse que la emulsión tenía la misma actividad que el bacilo? Era una pregunta pertinente para examinar y discutir. El doctor Goldsbrough mencionó que ya había argumentado en contra del doctor Hughes respecto al significado de la palabra “psora” de Hahnemann. Se la asociaba con erupción y picor, pero él rebatía ese punto y luego investigar en la biblioteca del Colegio de Cirujanos había llegado a la conclusión de que el concepto de Hahnemann era mucho más amplio que suprimir una erupción con picor, pero siempre relacionado con una irritación cutánea general. ¿Debía pensarse siempre en una erupción reprimida en los casos en que el nosode iba a ser beneficioso?

      Otro punto era que lógicamente el método propugnado era bastante descabellado en comparación con el tratamiento homeopático usual, y el doctor Goldsbrough consideraba muy importante la sugerencia del doctor Wheeler acerca de la diferencia. Por lo tanto, era necesario obtener una orientación clara.

      El doctor Wheeler sugirió que sería aconsejable que el doctor Bach respondiera a esas preguntas antes de proseguir con la discusión.

      El doctor Bach, en respuesta a la pregunta del doctor Weir sobre hasta qué punto estos nosodes podían reemplazar el tratamiento homeopático, dijo que no podían sustituirlo en absoluto; simplemente se añadían a los remedios antipsóricos. No había ninguna sustitución. Personalmente, él no creía que ningún caso se hubiese curado por completo únicamente con estos nosodes, por muy buenos que fueran los resultados; era necesaria además la influencia perfeccionadora del tratamiento homeopático. Se trataba de siete aspectos de la psora, siete remedios y siete nosodes aplicables al tratamiento de los síntomas psóricos. Tan pronto como se resolviera la sintomatología (y entonces no sería necesaria ninguna prueba bacteriológica), estaba seguro de que los nosodes encontrarían más apoyo. Sería un trabajo que duraría meses, pero él creía que el doctor Dishington con sus colaboradores de Escocia tendrían muy bien solucionados los propósitos y capacidades de los siete nosodes antipsóricos en un futuro próximo.

      En referencia a las preguntas del doctor Goldsbrough sobre dos pruebas que resultaron negativas, el doctor Bach dijo que eso no era raro, puesto que la fase negativa podía durar dos o tres semanas, sobre todo si el paciente no estaba en buena forma. A veces se prolongaba duraba hasta tres o cuatro meses. El momento apropiado para realizar la prueba era cuando el paciente estaba en buena forma.

      En primer lugar el bacteriólogo eligió la lactosa debido al descubrimiento de que ninguno de los organismos patógenos podía fermentar lactosa y a que se había elegido el azúcar como medio de contraste. Hasta donde se sabía, una emulsión de bacilos actuaba de forma muy similar a las bacterias. No parecía alterarse demasiado en la primera emulsión, pero en cuanto se empezaba a potencializar, la situación cambiaba completamente.

      El doctor Bach dijo que en lo referente a la contención de la erupción cutánea, creía que en casi todos los casos de psora en algún momento debía haberse presentado una erupción cutánea. Personalmente, nada le complacía más en un caso crónico que ver repetirse una erupción cutánea. Con respecto a que los principios de este método se apartaban de la homeopatía, él no lo creía así. En el pasado se habían utilizado varias formas de gérmenes como, por ejemplo, tubérculos, estreptococos y muchos otros, y utilizando los descubrimientos recientes y convirtiéndolos en una vacuna, no consideraba que se estuviera desviando del principio de la homeopatía.

      El doctor Dishington esperaba que el tiempo le permitiera decir todo lo que tenía en mente. Si pudiera explicar su experiencia, sería capaz de convencer al mundo. Quería destacar un punto importante. Por primera vez en la historia de la medicina, la escuela ortodoxa predominante comenzaba a tratar enfermedades crónicas con éxito utilizando nosodes. La cantidad de personas que lo hacían en el presente representaba el doble de la cantidad de homeópatas, y eso suponía una advertencia. La escuela homeopática existía y se había mantenido a pesar de todos los prejuicios debido a la gran disparidad entre los resultados homeopáticos en la enfermedad crónica y los de la vieja escuela. La vieja escuela simplemente no obtenía ningún resultado; la nueva escuela de medicina ortodoxa futura iba a tratar las enfermedades crónicas con un alto grado de éxito y lo haría bajo el prestigio de la ortodoxia. Estaba en manos de los homeópatas enfrentarse a la situación y avanzar realmente y guiar ese movimiento; de lo contrario, se quedarían estancados.

      En la actualidad estos nosodes se están probando; la patogénesis de siete grupos diferentes estaba emergiendo de una forma admirable. Una y otra vez los homeópatas podían prescribir para el paciente sin ningún examen bacteriológico, y se obtenían mejores resultados, los cuales actuaban en profundidad y con una reacción curativa prolongada.

      Como había mencionado el doctor Wheeler, los nosodes autógenos no lograban tanto éxito si el paciente había recibido mucho tratamiento homeopático. Si se administraba un remedio similar a un paciente, se producía una reacción general en la economía vital y el intestino empezaba a cambiar la flora. Por lo tanto, si se realizaba un examen de las heces del paciente, probablemente se vería que se estaba produciendo una mutación; el organismo producía cambios porque el paciente estaba cambiado. Para elegir un caso era absolutamente esencial realizar un diagnóstico preciso para estar seguro de que se trataba únicamente de psora. Si contenía psora y sycosis,46 el nosode de psora no funcionaría.

      El doctor Dishington planteó que administraba un nosode nueve veces sin examinar las heces por cada una con el examen, y que obtenía resultados satisfactorios. Con referencia