por la dinámica del movimiento deportivo, en relación con su amplitude de trabajo, sigue una secuencia regular (fig. 2.3b):
1. El movimiento muestra inicialmente una distribución plana de la magnitud de la fuerza a lo largo de gran parte de la amplitud de trabajo, lo cual se relaciona, primero de todo, con una fuerza muscular insuficiente y, en segundo lugar, con la incapacidad para emplearla con eficacia (curva 1).
2. A continuación, con el ejercicio la fuerza dinámica máxima aumenta y se observa una tendencia a localizar el pico en la amplitud de trabajo, lo cual se puede producir en cualquier momento dependiendo de la forma en que se resuelven las tareas del movimiento (curva 2).
3. En los tipos de movimiento balístico de velocidad-fuerza contra una resistencia relativamente pequeña, la fuerza se concentra cerca del comienzo de la amplitud de trabajo (curva 3).
La fuerza situada cerca del comienzo del movimiento se produce en un pequeño grado cuando la resistencia es grande. En este caso, hay una tendencia a desarrollar la fuerza con rapidez, aunque la elevada inercia inicial exige que la fuerza máxima no puede desplegarse con un retraso mínimo. Se produce entonces cierto incremento hasta alcanzar una máxima cerca de la mitad de la segunda parte de la extensión del trabajo.
FIGURA 2.2 Líneas de la fuerza-tiempo F(t) y fuerza-desplazamiento F(s) de la fuerza explosiva antes y después de 6 meses de entrenamiento de fuerza. P es el peso que se supera.
Así pues, el perfeccionamiento del resultado del trabajo se relaciona con la producción de una gran fuerza máxima en un periodo de tiempo corto. Este hallazgo logrado por Verkhoshansky (1961, 1963) ha sido corroborado por los estudios sobre la dinámica de los movimientos de deportistas de distinto nivel (Papysheva, 1966; Gomberzde, 1970; Semyenov, 1970; Tatyan, 1974).
Hay que recordar que los distintos regímenes y las condiciones externas del trabajo muscular en el deporte influyen sin duda alguna en este patrón. Por tanto, en los movimientos relacionados con la superación de una resistencia externa significativa (como en la gimnasia deportiva, la lucha libre y la halterofilia), el perfeccionamiento del resultado del trabajo se consigue sobre todo mediante el incremento de la fuerza máxima desarrollada y con cierta reducción del tiempo invertido en su producción (fig. 2.4).
FIGURA 2.3 Cambios en F(t) y F(S) durante el entrenamiento (detalles descritos en el texto).
En los movimientos balísticos, en la esgrima y en ciertos aspectos de los lanzamientos, el perfeccionamiento del resultado del trabajo se relaciona con la concentración de la fuerza cerca del comienzo del movimiento. Con este aumento significativo de la fuerza máxima, la fuerza se desplaza más al comienzo del movimiento y se invierte menos tiempo en alcanzarla (fig. 2.5).
En los ejercicios consistentes en la combinación de regímenes de trabajo muscular, la fuerza de trabajo va precedida por una fase de estiramiento muscular (p. ej., saltos en el atletismo, en el patinaje artístico y acrobático). Por tanto, el perfeccionamiento del movimiento se logra mediante la mejora de la capacidad de los músculos para generar gran cantidad de fuerza durante la transición del trabajo excéntrico al concéntrico. Esta rápida transición de un estado de estiramiento a otro de contracción provoca cierta disminución de la amplitud de trabajo; p. ej., se produce una reducción del ángulo de la articulación que trabaja durante la flexión (fig. 2.6).
FIGURA 2.4 Desplazamiento de la fuerza durante la contracción isométrica explosiva antes (1) y después (2) del entrenamiento.
FIGURA 2.5 Desplazamiento de la fuerza durante un movimiento balístico antes (1) y después (2) del entrenamiento.
El resultado del trabajo en los ejercicios cíclicos (p. ej., correr, nadar y remar) aumenta mediante la mejora de la capacidad para producir con rapidez fuerza máxima partiendo de un estado de profunda y rápida relajación muscular durante la fase pasiva del movimiento. Se produce un incremento simultáneo de la duración relativa de la fase de relajación y un acortamiento de la duración absoluta del ciclo (fig. 2.7). Por tanto, durante el curso necesario para alcanzar la maestría deportiva, el proceso consistente en aumentar el resultado del trabajo del movimiento es independiente del régimen, mientras que el trabajo externo del sistema motor desarrolla un patrón específico. Este patrón se caracteriza principalmente por:
• un incremento de la fuerza máxima;
• un desplazamiento del instante en que se desarrolla la fuerza máxima muy cerca del momento en que comienza la tensión muscular;
• un incremento de la amplitud de trabajo del movimiento;
• una reducción del tiempo invertido en la producción de la fuerza.
La magnitud de estos cambios es específica del tipo de deporte que se practica.
FIGURA 2.6 Variación de la fuerza dinámica y desplazamiento angular de un movimiento balístico antes y después del entrenamiento.
PERFECCIONAMIENTO DE LA ESTRUCTURA MOTRIZ DE LOS MOVIMIENTOS DEPORTIVOS
La eficacia del movimiento se relaciona sobre todo con el empleo apropiado de los mecanismos de trabajo del cuerpo. Estos producen una energía mecánica necesaria para su empleo eficaz como respuesta a las condiciones externas. Tales mecanismos de trabajo son complejos y en gran medida heredados por cada persona. El entrenamiento deportivo no aporta nada nuevo, sino que se limita a encaminarlos hasta alcanzar un nivel elevado de eficacia, y mejora su empleo coordinado e incrementa las capacidades energéticas. Los mecanismos de trabajo del cuerpo incluyen:
• La contracción de los músculos se transforma en fuerza externa mediante las palancas del cuerpo.
• Las relaciones entre sinergistas y antagonistas de los grupos musculares de las articulaciones y en el sistema musculoesquelético en conjunto.
• Los reflejos neuromusculares.
• La elasticidad de los músculos y del tejido conectivo que almacena y emplea la energía elástica.
• El fortalecimiento de un movimiento básico por medio de la excitación de otros movimientos colaterales.
FIGURA 2.7 Dinámica de un movimiento cíclico antes y después del entrenamiento.
• La implicación mediante una secuencia de los músculos con distintas facultades funcionales.
• El tono del sistema muscular.
Biomecánicamente, es apropiado considerar un complejo motor que se organiza respect a las características estructurales y funcionales del cuerpo y que facilita el empleo óptimo de los mecanismos de trabajo en condiciones deportivas reales. Los mecanismos de trabajo del cuerpo determinan la forma de interacción durante la ejecución de una tarea motriz dada y la forma en que el entrenamiento sistemático los emplea para producir un rendimiento eficaz. Es conveniente estudiar las propiedades funcionales de los mecanismos de trabajo del cuerpo y saber la forma en que mejoran el rendimiento específico en los siguientes niveles:
• El nivel de las parejas cinemáticas (dos nexos adyacentes que se combinan de forma activa).
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