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¡Católicos Despertad!
- MARINO RESTREPO -
Primera edición publicada en México por F.P.A.
Junio de 2014 - 5.000 ejemplares
Diagramación y Diseño:
Stock Diseño
Lida Natalia Herrera Gómez
Diseño de carátula:
Luz Angela García Betancur
Edición: Editorial Peregrinos del Amor
Publicado en formato electrónico por eBookIt.com.
Textos Bíblicos tomados de la Biblia de Navarra. Edición Popular EUNSA.
Catecismo de la Iglesia Católica. Librería Juan Pablo II.
© Derechos reservados
Fundación Peregrinos del Amor.
Marino Restrepo
Todos los derechos están protegidos por las leyes internacionales de Derecho de Autor. Los contenidos y carátula no pueden ser reproducidos total ni parcialmente por sistemas de impresión, audiovisuales, grabaciones o cualquier otro medio creado o por crearse, ni traducidos a ningún idioma, sin permiso de la Casa Editora.
ISBN
978-1-4566-2233-6
Pedidos a:
FUNDACIÓN PEREGRINOS DEL AMOR
En México: [email protected]
PBX: (571) 258 37 78
Bogotá, D.C. Colombia
Visítenos en nuestra web: www.marinorestrepo.com
En homenaje a la Iglesia Católica
Introducción
Necesitamos de modo urgente, cambiar la forma en que estamos viviendo nuestra fe. Una gran parte de la Iglesia Católica ha caído en el espíritu del mundo, debilitándola a tal grado que muchos católicos son incapaces de defender su fe. Graves pecados han penetrado el clero y la vida religiosa, muchas de las órdenes religiosas tradicionales han ido desapareciendo lentamente, por no atraer nuevas vocaciones y no poder inspirar más a los jóvenes. Durante mis viajes de misiones en el marco de la Iglesia Católica y a lo largo de los cinco continentes en los últimos 14 años, he visto muchos conventos y monasterios clausurarse y muchas iglesias cerrarse, y tristemente convertirse en sofisticadas residencias comerciales de arte religioso; he llegado a ver Iglesias que fueron vendidas para ser utilizadas como discotecas y bares, algunas conservan el arte religioso que antes formaba parte de la vida sagrada y mística del templo y ahora hacen parte de la vida nocturna del vino y el pecado.
Es muy importante mantener presente nuestra identidad Católica y nuestra verdadera misión. Debemos entender que no solamente tenemos una responsabilidad, sino también un gran tesoro para compartir con el resto de la humanidad; nuestros templos no se pueden convertir en piezas de museo o en locales de lujuria, nunca debemos ignorar y despreciar el valor espiritual de nuestras tradiciones sagradas, de la iconografía y las reliquias de los santos.
Me he enterado que muchos artículos sagrados de la Iglesia son sustraídos de conventos, monasterios y parroquias que han adoptado prácticas de la Nueva Era, ideologías marxistas, herejías o han caído en un simple modernismo. He visitado algunos almacenes de antigüedades y he podido comprobar que efectivamente en este tipo de mercado se pueden encontrar reliquias muy antiguas de los Santos, vasos sagrados como cálices y copones usados, patenas, custodias, vestimentas litúrgicas y la lista es interminable. Los encargados de suministrar estos objetos sagrados son tristemente sacerdotes, religiosos y religiosas católicos seducidos por la avaricia.
La Iglesia denomina esta práctica como pecado de simonía, en consecuencia a las prácticas realizadas por el mago Simón que aparece en los Hechos de los Apóstoles (Hch 8, 18-24), quien quería usar los poderes de Dios para ganar fama y dinero; cometen este pecado aquellos que venden los objetos sagrados de la Iglesia y lo más delicado de hacerlo es el uso que normalmente terminan dándole, que obviamente es profano, algo que ni siquiera comenzaría a tratar en estos renglones.
Si bien es cierto que en la Iglesia Católica siempre estará el remanente de Dios, que está compuesto por sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos santos y comprometidos en el sentido verdadero de la palabra; recordemos que estamos viviendo una de las crisis más grandes con relación a la inmoralidad y la desobediencia que se han apoderado de muchas áreas del clero y la vida religiosa.
El qué hacer con respecto a esto, es una de las razones por las cuales he escrito este libro.
Al denunciar estos hechos debo resaltar que dichos sacerdotes, religiosos y laicos católicos que han caído en estos pecados graves y se encuentran activos en la Iglesia, son producto de las familias católicas de hoy. Para abordar este problema, hay que estar conscientes que es nuestra propia sociedad católica que se ha contaminado y ha dejado de pertenecer a Dios. Es por tal razón que los frutos que recibe la Iglesia, son este tipo de personas disfuncionales que han nacido en hogares gravemente maleados por el espíritu de este mundo decadente en que vivimos. Por esto, la llamada a esta "Nueva Evangelización" de la que se habla hoy en nuestra Iglesia Católica, no es sólo para Europa como se proyectó en un principio, sino que debe comenzar con la familia católica en todo el mundo, la cual es cuna de todas las vocaciones, vientre humano de la Iglesia del Señor.
Jesús primero llamó a sus discípulos, y luego procedió a enviarlos (Lc 9, 1-6). En ese grupo de enviados estamos todos nosotros, si queremos despertar y cumplir con nuestro deber como hijos de Dios y miembros de su Iglesia debemos tomar las riendas de esta "Nueva Evangelización" .
El verdadero Católico
Es vital que definamos nuestra relación con Dios basados en un claro entendimiento que Él es Dios y que nosotros somos sus criaturas (Éxodo 3, 13-15). Así nos podremos someter a Él con humildad y con un corazón manso.
Todos los cristianos llegamos al encuentro del mundo espiritual a través de nuestra religión; en ella encontramos una introducción a Dios. La mayoría de nosotros aceptamos la religión, pero no aceptamos plenamente a Dios, este será el mayor conflicto en el interior de un cristiano por el resto de su vida, una constante fluctuación entre ser de Dios o de sí mismo y del mundo.
Esta es una buena forma de entender que estamos viviendo constantemente en un camino de conversión, hasta el fin de nuestra vida, una continua búsqueda del camino recto hacia Dios y de cómo morir a sí mismos para lograr darle todo el señorío a Él en cada una de las cosas.
Hace 14 años que soy misionero laico. Mi regreso a la Iglesia Católica tuvo lugar casi dos años antes de ello. En total han pasado ya unos 16 años desde que fui rescatado por nuestro Señor Jesucristo de lo más profundo de la oscuridad, en la cual viví por 33 años, o aún mejor, en la cual estuve espiritualmente muerto por 33 años.
Durante estos años de misión a través de más de 90 países en los cinco continentes, he sentido la gran necesidad de exhortar a los Católicos a adquirir una conciencia más profunda de nuestra fe, una mayor claridad y concepción de la Iglesia, de lo que es y de quién es el "Pueblo de Dios" y su función en esta tierra. No porque me considere diferente o mejor que los demás, sino al contrario, porque siento que he sido parte de los católicos que han contribuido a que la Iglesia se encuentre padeciendo de estos males que denuncio a lo largo de estas