Philippe Rosinski

Liderazgo y coaching global


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señala que las grandes empresas internacionales ya tienen una gobernanza global y aventajan a las democracias en el equilibrio de poder. Muchas veces las naciones se resisten a abandonar partes de sus intereses nacionales y su soberanía, pero es esencial crear una gobernanza global sólida, crear y hacer cumplir leyes internacionales y estar al servicio de los intereses mundiales.

      El Secretario General de la ONU Ban Kimoon y Al Gore instaron a los países a invertir en energías renovables más que a mantener con vida industrias moribundas y perpetuar malos hábitos (Kimoon and Gore, 2009). Sostienen que continuar invirtiendo miles de millones de dólares en infraestructuras que se basan en carbón y subsidiando industrias que se basan en combustibles fósiles es equivalente a emitir bonos hipotecarios de riesgo. Para combatir la pobreza instan a las naciones a aumentar la ayuda pública tendiente al desarrollo. Esto incluye invertir en la agricultura de países pobres capacitando a los agricultores en prácticas sustentables y suministrando herramientas y semillas. Finalmente exhortan a los gobiernos a establecer un acuerdo real relacionado con el clima que conduciría a inversiones masivas y avanzar en innovaciones en energías limpias.

      Las crisis mundiales representan oportunidades para “matar dos pájaros de un tiro” (prefiero el equivalente francés, faire d’une pierre deux coups –que se podría traducir como dar dos golpes con la misma piedra– que es más amigable con los pájaros): favorecer negocios y empleo en actividades que reduzcan la dependencia del carbón, proteger los ecosistemas y los recursos hídricos y reducir la pobreza. En otras palabras, satisfacer verdaderas necesidades humanas y prevenir futuras crisis. La gobernanza global es esencial para evitar equivocaciones y regateos y adoptar las medidas ambiciosas que el mundo necesita, como la reducción drástica de las emisiones de CO2.

      Un informe del colapso preparado por el Programa Ambiental de las Naciones Unidas define esta visión como un New Deal Verde Global, “con una combinación de acciones y políticas orientadas hacia tres objetivos:

       Revitalizar la economía mundial, crear oportunidades de empleo y proteger a los grupos vulnerables.

       Reducir la dependencia del carbón, la degradación de los ecosistemas y la escasez de agua.

       Terminar con la pobreza mundial extrema para 2025. (Barbier, 2009, 8)

      Algunos países están mostrando cómo hacerlo. Corea del Sur ha anunciado un plan New Deal Verde. A un costo de cerca de 36 mil millones de dólares estadounidenses, entre 2009 y 2012, la iniciativa se propone crear 960.000 empleos. El plan incluye nueve proyectos principales: expandir el tránsito masivo y los ferrocarriles, conservación energética (aldeas y escuelas), vehículos eficientes y energía limpia, espacio de vivienda amigable con el ambiente, restauración de ríos, gestión de recursos hídricos (represas pequeñas y medianas), reciclaje de recursos (incluyendo combustible) e infraestructura nacional de información verde. (Ver Barbier, 2009, 17.)

      Sin embargo, la fragmentación es un obstáculo clave para la acción global. Como individuos sentimos que enfrentar los desafíos globales está fuera de nuestro control; como naciones tendemos a pensar que otros deberían ocuparse de hacerlo. El modelo holográfico puede ayudarnos a desarrollar una consciencia global para promover el progreso.

      Los coaches globales debemos estar muy atentos a nuestro mundo interconectado y darnos cuenta de que nuestras acciones tienen repercusiones a nivel mundial. Debemos formularnos y formular a nuestros coacheados algunas preguntas difíciles: ¿cómo afectarán nuestras acciones a la sociedad y a nuestro planeta? ¿Qué legado deseamos dejar?

      Alentar a los emprendedores y a los innovadores

      Otro famoso economista, Joseph Schumpeter, subrayó el rol fundamental de los emprendedores y los innovadores. Mostró que “los emprendedores y su actividad innovadora son la fuente de ganancias en el sistema capitalista” (295).

      “Por lo general, las innovaciones son el trabajo de pioneros”, señala Schumpeter, pero así como liderar es raro y difícil, seguir es fácil. Tras los pasos del innovador viene un enjambre –es la palabra que usa Schumpeter– de imitadores. La mejora original se generaliza a través de la industria, y una multitud de préstamos bancarios e inversiones da lugar a un boom. “Pero la misma generalización de la innovación le quita su ventaja diferencial”, dice Schumpeter (296)

      Schumpeter explica que “el emprendedor no es necesariamente quien recibe la ganancia, aun cuando es su generador. Las ganancias van al dueño de la empresa, así como la renta va al dueño de la tierra” (296).

      ¿Por qué, entonces, el emprendedor se ocupa de una tarea sin recompensa? Schumpeter ve varias razones posibles: el sueño y el deseo de fundar un reino privado, el deseo de conquistar, y la alegría de crear, de lograr resultados, o simplemente la necesidad de usar la propia energía e imaginación (297).

      Schumpeter mostró que, irónicamente, el éxito del capitalismo se apoya sobre los hombros de los líderes que buscan lo significativo más allá de la ganancia. “El ‘desarrollo’ del capitalismo no es… intrínseco al capitalismo como tal. ¡Es la dinamización de la sociedad en manos de una élite no capitalista!” (306). Esta paradoja solo inquieta cuando es vista según el paradigma simplista habitual. Como lo explicará si adoptamos el paradigma de la complejidad, se aclara que tal brecha es inevitable, consistente con el teorema de Gödel.

      Según Jacques Attali (2009), la producción, no el crecimiento por sí mismo, contamina. Defiende la inversión masiva en innovaciones tecnológicas como salvación (mientras que insiste en que las mentalidades también necesitan evolucionar hacia el progreso sustentable). The Economist (2009) cita el ejemplo de First Solar, una empresa ubicada en Arizona, que fabrica paneles solares del grosor del papel que son más costo efectivas que la mayoría de las existentes y que duplicaron su producción en 2009. Esto es sumamente importante puesto que la energía solar es más costosa que el viento y se basa en subsidios cuantiosos (13).

      Jean-Claude Guillebaud (2009) señala que a las personas se las alienta a consumir, pero se les advierte en contra del uso abusivo de los recursos de la Tierra; dice que no podemos tener la torta y al mismo tiempo haberla comido. Lamentablemente, la felicidad humana se asocia con el consumismo: reemplace su automóvil, compre un teléfono nuevo, vístase a la última moda. Para Guillebaud, el consumismo es una quimera que tenemos que abandonar.

      El coaching global puede ayudar en ambos sentidos. En el Capítulo 10 descubrirás cómo los coaches pueden ayudar a despertar el héroe que reside en cada uno de nosotros. Por ejemplo, desarrollar nuestro Guerrero y Explorador revelará nuestro potencial innovador. El Cuidador y el Sabio nos ayudarán a preservar los recursos de la Tierra, mientras nuestro Destructor nos permitirá eliminar muchos hábitos inútiles. El coaching de múltiples perspectivas puede maximizar nuestras oportunidades de ocuparnos de estos formidables desafíos.

      Adoptar el paradigma complejo de perspectivas múltiples

      El diario belga Le Soir invitó a prestigiosos economistas locales a analizar su fracaso colectivo en predecir la crisis de 2008 (“Les Économistes Surpris par la Crise,” 2009). A nivel mundial pocos economistas vieron lo que estaba por suceder y las teorías económicas sofisticadas fueron poco útiles en evitar la crisis (si bien luego de que sucediera ayudaron a explicar lo que había sucedido y cómo salir de la situación).

      Ya lo dice el chiste: “¡Reúna a tres economistas y surgirán cuatro teorías contrapuestas!”. Le Soir concluye, sin embargo, que estos desacuerdos no deberían afectarnos: “La multiplicidad de teorías es, sin duda, la condición que nos permite comprender mejor las diversas facetas de la realidad; y la