Facundo Fagioli

La multiplicidad de la conciencia en Bert Hellinger y Henri Bergson


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sus valiosas observaciones.

      A todos mis maestros que directa e indirectamente participaron de estas investigaciones. En especial a Tiiu Bolzmann, por su gran aporte al traer a Bert Hellinger a la Argentina, su generosidad al participar de este libro, y en especial, por la humildad con la que trasmite su saber día a día. A todos aquellos que contribuyen para lograr una sociedad más justa, a los excluidos de nuestra historia y nuestro presente, que siempre formaran parte a pesar de todo.

      A la vida, por su intensidad, belleza, misterio e inmensidad, que me impulsan y estremecen día a día. A la muerte por recordarme lo esencial, por ser una incómoda pero crucial aliada.

      Descubrir la génesis de la conciencia humana es una dura faena a nivel intelectual para no decir que es una tarea imposible. Su naturaleza autodeterminada, no nos permite descubrir la condición en la cual estamos sumergidos. Nos atrapa en reiteradas vueltas sobre sí misma y parece no haber manera de salir de allí.

      Sin embargo, Facundo Fagioli ha logrado una reflexión que enfrenta con éxito este gran desafío, profundizando el entendimiento a través de la diversificación de la conciencia en el espacio y el tiempo, en la memoria y percepción, en lo social y cultural. Comparando las miradas de Henri Bergson y Bert Hellinger, dos de los filósofos más revolucionarios de nuestro tiempo, el autor desarrolla un trabajo extra-ordinario y meticuloso para acercarse a explicar la conciencia a través de la multiplicidad de la materia y de la energía.

      Exploraremos esta multiplicidad con una pregunta: ¿Qué es la música? ¿Es la melodía que escuchamos? ¿Son las notas en la partitura? ¿Es la frecuencia que se muestra en el sonómetro? ¿O es la emoción que se produce en uno al escucharla? Entre todas estas posibles respuestas, me parece que es la última la que más nos acerca a captar el resultado de la investigación del autor. Saber que no se trata únicamente de descubrir intelectualmente “qué es”, sino también, de entender la cualidad del afecto que se produce cuando nos relacionamos con el mundo.

      Según Hellinger la conciencia tiene dos dimensiones: una, que es mental y la otra, que se asemeja a “un órgano que nos hace sentir” y que va más allá de lo que llegamos a entender intelectualmente. Según Bergson, la conciencia contiene una dimensión intuitiva que complementa la inteligencia. Ambos coinciden, que la conciencia humana es infinitamente más que el pensamiento racional.

      Cada vez que leí algunas páginas del presente libro, me encontré con una sensación de felicidad que no me sabía explicar, hasta que me di cuenta de que la lectura me había llevado a un estado de profunda conexión con el universo y sus relaciones. Me sorprendió gratamente poder sentir el potencial de la conciencia, que nos permite descubrir el permanente movimiento del mundo y fluir libremente con la evolución.

      Esta investigación es altamente compleja. Y, al mismo tiempo, al abrir cualquier página es posible experimentar la magia de recibir un impulso que activa el propio potencial filosófico; pero no sólo para reflexionar, sino para aplicarlo concretamente en la vida cotidiana.

      Con estas profundas reflexiones, Fagioli nos invita a emprender un camino que une la ciencia con la espiritualidad, permitiéndonos descubrir la creatividad de la evolución.

      Lic. Tiiu Bolzmann

      Filósofa, Terapeuta Familiar Sistémica,

      Fundadora del Centro Latinoamericano de Constelaciones Familiares

      Buenos Aires, Abril de 2019

      Se me ha convocado para comentar luego de su final, un libro que se pone a vuestra consideración y que, en su gestación, fue un trabajo de Tesina de Grado, de gran envergadura y alcance, que obtuvo la Licenciatura en Filosofía, calificado con la nota más alta y con expresiones admirativas del jurado. Trabajo que tuve el honor de acompañar como Directora.

      I-Me interesa comenzar, por tanto, mostrando algunas de las facetas del trabajo de construcción de este texto:

      El Plan original de la obra partía de una cuestión hipotética principal pero mayormente “intuitiva”, que el tesista proponía como eje problemático de articulación para el tratamiento de los textos fuente. Se trataba de emblemáticas semejanzas, coincidencias, sintonías y búsquedas filosóficas, que emparentaban o entrelazaban el pensamiento de Bergson y de Hellinger, utilizando los atractivos y motivadores “entres” de las metodologías deleuzeanas.

      Ya en la Introducción aparece un segundo punto clave, que va a nutrir la indagación, cito: “Por eso creemos necesario destacar, además de sus similitudes y diferencias, que ambos tienen una concepción de la filosofía como expresión de una forma de pensamiento, pero también de la vida humana, y especialmente de la experiencia comunitaria, como un acontecimiento primordialmente colectivo”. (Tesina, pag. 4.)

      A su vez, hay algo que identifica los modos de pensamiento y acción de ambos pensadores, cito: “Es por eso que el modo de filosofar que encontramos tanto en Bergson como en Hellinger, suscita conceptos móviles que se retroalimentan y entrecruzan constantemente, y proporcionan un espacio sustancial a la vivencia misma del sujeto, que se completa y se complementa entrelazado con el plano conceptual.”

      Este planteo se ve ampliado, a lo largo de la investigación, por un recorrido indagatorio complejo: la conceptualización acerca de la subjetividad y la vida, en múltiples categorías y análisis detallados.

      En relación a esto, va a aparecer uno de los aspectos más creativos y originales de esta obra, que consiste en mostrar cómo Bergson y Hellinger, que son contemporáneos en determinado momento histórico y lejanos en idioma, geografías, y trayectos de viajes, y con diferencia de edades (casi como Bacon y Descartes), y con mayor formación filosófica Bergson, están de modos diversos y similares, en los polos de una misma episteme, es decir comparten las mismas condiciones de emergencia.

      Esto es, el marco epistémico que habilita sus configuraciones discursivas, hace posible el uso de unos saberes que circularon en el período histórico analizado, permitiendo que funcionen como herramientas válidas, para la crítica y para la justificación teórica. Tanto Bergson como Hellinger conocen cabalmente el Psicoanálisis, el Vitalismo, la Moral y la Religión, los conflictos Sociales, las propuestas Comunitarias, y los grandes problemas de la Conciencia y de la Ciencia. Ambos critican la “espacialización” en relación a cómo la ve la ciencia positivista, y en la confrontación filosófica, atravesados, como estaban, por las indisociables duplicaciones de la analítica de la finitud, reinante en los discursos modernos, encontraron sólidos fundamentos para constituir el ‘sentido’ de la Vida, la Duración, la Sociedad, la Historia, el Universo, criticando a la ciencia objetivista, y poniendo en cuestión, el tema de la ventura o ruina del hombre, en función de la valoración científica que se tuviera en cuenta.

      II-Visto así, se pudo perfilar otra hipótesis: el vitalismo de Bergson y Hellinger tiene aristas complementarias, una de las cuales, implica la idea de que la conciencia es un soporte sustancial al servicio de la vida. Sus pensamientos están dirigidos hacia la vida, incorporando las vivencias de la dimensión corpórea de la subjetividad. Cito: “Aquí el cuerpo ocupa un rol central, ya que es la sustancia a partir de la cual se ejecutan y manifiestan todas las experiencias, desde el inicio hasta el fin de nuestros días. También observaremos en ambos, cómo las dualidades no se oponen en su totalidad, ni se repelen, más bien son diferentes aspectos complementarios de una multiplicidad