target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_a70bbf30-f8d4-5bc3-a905-fdfe67ceb9e8">11 Ibíd., 115.
12 Ibídem.
13 Ibíd., 116.
14 Ibídem.
15 Ibíd., 117.
16 En la evolución y caída del bloque soviético tras la muerte de Stalin, en 1953, se pueden distinguir las siguientes etapas: el proceso de desestalinización de la Unión Soviética con el ascenso al poder de Nikita Jruschov en 1953 y su intento de descentralizar las decisiones económicas; la reacción conservadora del pcus y la destitución de Jruschov en 1964; el ascenso de Leonid Brézhnev ese mismo año, su intento de reorientación estalinista de la Unión Soviética y el consecuente estancamiento económico del bloque; el breve interregno de Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko tras la muerte de Brézhnev; el ascenso al poder de Mijaíl Gorbachov y sus fallidas propuestas de liberalizar y promover una economía de mercado (perestroika), y de generar una apertura política democrática (glasnost). Estas reformas provocaron que los Estados satélites de la Unión Soviética abandonaran el comunismo y que las repúblicas soviéticas proclamaran su independencia.
17 Ibíd., 120.
18 Ibíd., 121.
19 Ibídem.
20 Ibídem.
21 Ibídem.
22 Ibíd., 122.
23 Ibídem.
24 Ibídem.
25 Ibídem.
26 Ibídem.
27 Ibíd., 122-123.
28 Ibíd., 123.
29 Ibíd., 119.
30 Ibídem.
31 Ibíd., 124.
32 Ibíd., 125.
33 Ibídem.
34 Ibíd., 125-126
35 Ibíd., 126.
36 Ibíd., 128.
37 Ibíd., 128-129.
VII
Desacuerdos sobre el futuro del capitalismo
Para Immanuel Wallerstein, Randall Collins y Georgi Derluguian, el capitalismo no sobrevivirá debido a sus contradicciones internas, pero Michael Mann y Craig Calhoun piensan que aún posee recursos para innovarse y seguir subsistiendo, si no acontece antes una crisis medioambiental. Sin embargo, pese a sus diferencias, todos esperan la llegada de una sociedad global más democrática y menos desigual.
Los factores imponderables
en el futuro del capitalismo
Wallerstein, Collins y Derluguian reconocen las capacidades del capitalismo para crear el primer sistema-mundo, incluyendo a todo el planeta, generando gran riqueza, y que también el desplazamiento de la agricultura y del trabajo industrial por la mecanización no resultó en la pauperización y revolución prevista por Marx, debido al desarrollo de la administración gerencial moderna y el surgimiento de profesiones administrativas en la industria privada y el Estado. Así surgió una confortable clase media. Pero en el siglo xxi las reservas externas e internas del capitalismo se agravarán. Si el modelo, que destaca los efectos de la sobreacumulación y la aflicción de la clase media, ha tenido relevancia en diferentes épocas históricas, la crisis terminal del capitalismo sería en realidad una sucesión de varias crisis dentro de un período prolongado de tiempo. El capitalismo no sobrevivirá por sus contradicciones internas debido a su indisposición para financiar el costo de la renovación de las instituciones sociales1.
A diferencia de ellos, Mann y Calhoun alegan que todavía existen razones para esperar que el capitalismo supere sus actuales contradicciones gracias a sus inagotables recursos para “autointensificarse” mediante la innovación productiva, la profundización de mercados para el consumo y la globalización2. Aun cuando se admita la hipótesis de la declinación del capitalismo en Estados Unidos y Europa, todavía puede desplazarse al resto del mundo, esto es, Asia Central, Asia del Este y vastas áreas de China e India. Pero este escenario enfrentaría problemas relacionados con el medio ambiente, ya que la comunidad científica prevé que los mayores desastres ambientales ocurrirán en China, sur de Asia y África3. En todo caso, para ambos, la crisis medioambiental podría ocurrir alrededor de 2030, antes de que el capitalismo pueda adoptar medidas para asegurar su sobrevivencia4. Sin embargo, Calhoun le atribuye más importancia a los riesgos sistémicos exacerbados por el capitalismo financiero5.
Al igual que Collins, Wallerstein piensa que de acuerdo a las proyecciones de la comunidad científica, la crisis medioambiental no ocurrirá antes de 2100, aunque admiten que algunos países podrían sufrirla entre 2030 y 2050. De todos modos, Wallerstein y Collins piensan que el capitalismo se derrumbará cerca de 20406.
Para todos los autores, el cambio climático parece ser una realidad incuestionable, excepto para aquellos que por razones políticas o ideológicas desconocen las amenazas de inundación de vastas áreas por la elevación del nivel del mar y el aumento de la temperatura promedio del planeta. Esto podría resultar en una relocalización de la producción agrícola y de las fuentes de energía para tratar de compensar los agudos daños ya causados7.
Al cambio climático hay que sumar otros peligros semejantes: la incapacidad para controlar al antiguo enemigo de la humanidad, las pandemias, fenómeno que no puede descartarse a pesar de los logros de la medicina moderna; las hambrunas; y el apoderamiento de armas nucleares, químicas y biológicas por terroristas, que puede suceder aunque se rechace la probabilidad de guerras nucleares entre Estados. Estos peligros podrían ser controlados si la comunidad internacional decide adoptar nuevas estructuras y políticas adecuadas8.
Wallerstein y Collins no consideran que el surgimiento del resto del mundo contradiga su hipótesis de la caída del capitalismo. Muy por el contrario, la proliferación de nuevos capitalistas en los mercados globales o la movilidad global de la competitiva nueva clase media educada agravará los problemas del capitalismo9.
Atendiendo