Elizabeth Jelin

Repensar las desigualdades


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y migración).

      Gráfico 1.1. Estratificación global, deciles de 850 países clasificados de ricos a pobres

      Fuente: Korzeniewicz y Moran (2009). © Russell Sage Foundation. Reproducido con permiso.

      Durante 1982-2009, los salarios variaron más entre las ciudades ubicadas en los países de ingresos altos y bajos que entre las ocupaciones. Para tomar un ejemplo, en todo el período, el salario promedio por hora en Nueva York basado en 12 ocupaciones encuestadas fue 10 veces más alto que en Bombay, y el rango de salarios por hora en Bombay (con una diferencia salarial de US$4,04 entre obreros de la construcción y jefes de departamento) fue menos de la mitad de la brecha entre el salario más alto en Bombay y el salario más bajo reportado en Nueva York (una diferencia de US$9,06). En otras palabras, una vez más, las ganancias potenciales que un trabajador en Bombay puede obtener a través del crecimiento económico a lo largo del tiempo o por el aumento de su capital humano individual (es decir, al adquirir la educación y las capacidades necesarias para convertirse en ingeniero en lugar de obrero de la construcción) son pequeñas en comparación con las ganancias relativas que puede lograr al mudarse a Nueva York.

      Bombay no es la única ciudad que tiene sus salarios eclipsados por los de Nueva York. Entre las 12 ocupaciones relevadas en 1982, el salario por hora más bajo en la ciudad de Nueva York era el de las trabajadoras fabriles no calificadas, que ganaban un promedio de US$5,34 en dólares actuales; en ese mismo año, ese valor era superior a la ocupación mejor remunerada (en general ingenieros o jefes de departamento) en Bogotá, El Cairo, Estambul, Yakarta, Manila, Ciudad de México y Bombay. En la encuesta de 2009, casi treinta años más tarde, el salario por hora más bajo en la ciudad de Nueva York era el de los mecánicos de automóviles, que ganaban un promedio de US$13,46 en dólares actuales: en ese mismo año (en que se tomaron muestras de más ciudades con menores ingresos que en 1982) este era superior a la ocupación mejor remunerada en Bratislava, Bucarest, Buenos Aires, Caracas, Delhi y Mumbai, Yakarta, Kiev, Kuala Lumpur, Manila, Ciudad de México, Nairobi, Praga, Riga, Santiago de Chile, Sofía, Tallin y Varsovia.

      Un segundo hallazgo que confirma los argumentos presentados en Korzeniewicz y Morán (2009) es que hay una estabilidad considerable en el ranking relativo de las distintas combinaciones de ocupación y ciudad incluidas en el estudio de Korzeniewicz y Albrecht (2012). Por otra parte, durante el período 1982-2009 hubo una estabilidad considerable en la brecha salarial relativa entre países de altos ingresos (como los Estados Unidos) y países de ingresos medios (como la mayoría de los países de América Latina).

      Pero, por supuesto, faltan algunos datos cruciales en la discusión que hasta ahora hemos presentado: el proyecto UBS ha comenzado a incluir ciudades de China continental en su encuesta recién a partir de 2006. Al agregar a China, con las tasas de crecimiento excepcionales de las últimas décadas, el perfil global de estratificación ocupacional cambia de manera significativa. Si hubiera datos disponibles sobre los salarios comparables para nuestras 12 ocupaciones en China en 1982, el ranking y la distribución relativa de estos salarios muy probablemente habrían sido similares a los descriptos para Bombay. En 2009, los salarios en Pekín experimentaron un crecimiento considerable. Los salarios de las ocupaciones mejor remuneradas en China ya superan a los de las ocupaciones mejor remuneradas en muchos países de América Latina.

      El aumento absoluto de los salarios en las ciudades chinas –que los datos de UBS analizados en Korzeniewicz y Albrecht (2012) solo consideran para el intervalo 2006-2009, pero es aún más evidente cuando se toman en cuenta los años siguientes (véase, por ejemplo, Albrecht y Korzeniewicz, 2014)– refleja los patrones más amplios de crecimiento económico en China que, en efecto, están transformando la estratificación global, como se explica en mayor detalle más adelante. Antes de pasar a una discusión más específica de los efectos del crecimiento en China (y, en menor medida, la India) sobre la estratificación global, cabe realizar un breve desvío para resaltar algunos de los alcances de estos argumentos a los efectos de comprender algunas implicaciones más amplias de la adopción de una perspectiva global sobre la desigualdad, la estratificación y la movilidad sociales.

      Patrones globales de movilidad social

      Gran parte de la literatura existente sobre la movilidad social se centra en cómo ella se produce principalmente a través de cambios (hacia arriba o hacia abajo) en la posición relativa de los individuos o grupos dentro de las distribuciones de los ingresos nacionales. Sin embargo, desde una perspectiva global ha habido dos caminos principales de movilidad social que involucran, por un lado, cambios en la posición relativa de las naciones dentro de la distribución internacional del ingreso, y, por otro, cambios en la posición relativa de los individuos o grupos en la distribución global del ingreso, que se logran al “saltar” o moverse entre ubicaciones categoriales.

      Si bien los estudios de movilidad socioeconómica en las naciones ricas suelen asumir que sus conclusiones son universalmente relevantes, estas conclusiones se derivan de la limitada gama de interacciones que tienen lugar entre y dentro de los estratos relativamente ricos en el mundo (sobre todo, los dos deciles de ingreso más altos en el gráfico 1.1). Un enfoque tan estrecho proporciona una perspectiva parcial y fragmentada de los patrones de movilidad. Para hacer un paralelo histórico, sería como si tuviéramos que suponer que un estudio de las trayectorias individuales de la nobleza francesa o británica en el siglo XV sirviera para representar el carácter general de la estratificación social y movilidad en el tiempo. Tomar el mundo como la unidad de análisis relevante nos permite reevaluar los tres caminos principales que, de hecho, han caracterizado a la movilidad social.

      Camino A: movilidad dentro del país

      Este es el camino de movilidad más evidente. Por este camino, por ejemplo, los individuos o grupos cambian su posición relativa dentro de las distribuciones de ingreso nacional a través de la revalorización o la devaluación de capital humano (en general, habilidades y educación). Expresada de manera más amplia como una prueba del desplazamiento gradual de la posición social por el logro como el principal criterio de conformación de la estratificación social, la búsqueda de esta estrategia a nivel individual ha sido el foco principal en el estudio de la movilidad para gran parte de las ciencias sociales durante el siglo XX.

      Los estudios sobre movilidad intergeneracional en los países ricos terminan midiendo el movimiento en la parte superior de la distribución del ingreso global, los deciles 9 y 10 del gráfico 1.2. En 2005, el ingreso promedio para un graduado de la escuela media en los Estados Unidos fue de más de US$31.500, mientras que la misma cifra para alguien con un título de licenciatura o superior fue de más de US$56.000 (US Census Bureau, 2006). El cambio de un ingreso a otro por cierto representa un hito importante para los individuos y grupos que realizan esa transición: dentro de los Estados Unidos, este logro educativo implicaría un movimiento de USA4 a USA8. Pero incluso ese cambio importante dentro de los países representa, en el gráfico 1.1, un movimiento más limitado en la estratificación global, ya que ambos ingresos (US$31.500 y US$56.000) están contenidos en el decil 10 del ingreso global.

      Por otro lado, la movilidad global a través del logro educativo hoy es más significativa cuanto mayor es el nivel de desigualdad dentro del país, y en particular en los países de ingreso medio.

      Gráfico 1.2. Migración como movilidad social global

      Fuente: Korzeniewicz y Moran (2009). © Russell Sage Foundation. Reproducido con permiso.

      Después de todo, el acceso restringido a la educación es uno de los principales mecanismos a través de los cuales se reprodujeron los altos niveles de desigualdad en algunas naciones durante todo el siglo XX. En un país como Brasil, donde los niveles de desigualdad son extremadamente altos, y menos del 10% de la población tiene un título universitario, un cambio para un individuo o un grupo similar al descripto para los Estados Unidos implicaría un movimiento de BRA5 o BRA6 a BRA10, lo que se traduce en un desplazamiento del decil global 7 al 9. Desde el punto de vista de la posición