una y otra vez a lo largo del libro, prepararse conscientemente. Para ello se requiere utilizar con destreza y creatividad todas las herramientas a disposición del expositor bíblico, para entregar un producto final —sustentado en la oración, el estudio, el conocimiento del contexto, así como las diversas necesidades humanas del público—que provoque una transformación que conduzca a un testimonio integral del creyente y de las iglesias en las realidades históricas en las que se encuentran como señal del reino del Dios de la vida.
¡Muchas gracias Jonathan Lamb por darnos un fruto maduro producto de un largo peregrinaje como misionero del Dios de la vida en la frontera misionera universitaria y en otros espacios de la vida humana! La lectura de este libro, así lo creo, ayudará al lector a predicar desde las honduras de la experiencia humana, para que otros caminantes o peregrinos de la vida se enamoren del Mesías Crucificado y Resucitado.
Darío A. López Rodríguez PhD
Lima, abril de 2019
Prefacio
¿De qué estamos hechos? ¿Cuál es el propósito de nuestras vidas? ¿Qué es lo que nos motiva, condiciona nuestras decisiones y determina nuestras prioridades? ¿Qué es verdaderamente lo más importante? La respuesta bíblica se encuentra en una hermosa oración, cuyo enfoque revela la preocupación de Pablo, no solamente por los cristianos de Éfeso, sino por todos los cristianos:
Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. (Ef 1.17)
Ese es el propósito de la vida: conocer al Dios del universo, conocer al Dios que nos ha hecho y nos ha amado, conocerlo personalmente y conocerlo profundamente. Eso es lo que realmente importa. Y Pablo da inicio a la sección en Efesios 1 con la frase «Por eso yo…», porque anteriormente había agradecido a Dios por todas las bendiciones en Cristo que pertenecen a los que conocen a Dios. Estuvo orando para que puedan realmente entender estas bendiciones y permitan que estas verdades formen sus vidas.
Jesús también abordó este tema cuando citó al Antiguo Testamento. «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4.4). Él es nuestra vida, nuestra satisfacción y nuestro gozo. Todo lo demás es secundario. El profeta Jeremías denunció la necedad de imaginarse que el propósito de la vida es confiar en el poder humano, las riquezas o el entendimiento. Proclamó la punzante Palabra de Dios: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada» (Jer 9.23-24).
A lo largo de los años he conocido a cristianos de distintos países y en diferentes esferas laborales quienes, luego de conocer al Dios vivo, fueron transformados por medio de la predicación. Recuerdo una conversación con un estudiante de fisioterapia que, al escuchar un sermón sobre la vida nueva en Cristo de 2 Corintios 5.17, pasó de ser un cristiano de nombre a tener una fe profunda en Cristo, lo cual cambió su vida y su futuro. O un matrimonio que enfrentaba la enfermedad terminal de la esposa, y que gracias a un sermón sobre la doxología final de Habacuc, descubren que Jesús es todo lo que necesitan. O unos amigos, que ahora sirven a Dios en Tailandia, y que gracias al llamado de Cristo en los evangelios fueron remecidos de su indiferencia. O unos compañeros de trabajo, que sufrían unas de las tristezas inesperadas del ministerio cristiano, y que por medio de la predicación del canto del siervo en Isaías lograron ser consolados por Cristo. La predicación es importante, porque es la manera que Dios dispuso para encontrarnos con Cristo.
Este libro surgió inicialmente a partir de una conferencia dada en la Convención de Keswick en 2010,1 y el libro original se publicó bajo la serie de la Fundación Keswick en colaboración con IVP. Nos sentimos ahora complacidos por poder modificar esta obra gracias a la invitación de Recursos Langham Predicación, con la esperanza de que pueda ser útil a pastores y predicadores de todo el mundo.
El libro busca abordar los fundamentos de la predicación, a partir de la historia que se relata en las memorias de Nehemías. Si bien ofrece información básica para predicadores, no es un libro técnico sobre homilética, sino una introducción a los elementos que dan forma a la predicación bíblica. Espero que sea útil tanto para el predicador como para el oyente. Dado que una de sus tres secciones principales trata sobre la congregación y la importancia de que el oyente preste atención mientras se predica la Palabra, tenemos la esperanza que los dirigentes de la iglesia y la congregación puedan leer esta obra, es decir, aquellos cuya convicción sostiene a la predicación en gran estima. En otras palabras, que la vida espiritual y la renovación a todos los niveles solamente sucede por medio de la proclamación de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.
Estamos también conscientes de que gran parte de la explicación del contenido de la Biblia sucede fuera del púlpito: en células, eventos juveniles, estudios bíblicos individuales, reuniones de mujeres y en muchos otros contextos. Así que, ya seas locutor u oyente, predicador o dirigente de grupos, esperamos que esta sencilla introducción a los elementos de la predicación fortalezca tu confianza en tu ministerio, y te ayude a experimentar la Palabra de tal modo que seas conducido a una fe más firme en Dios y a una devoción más grande por su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Estoy en deuda con miles de predicadores en distintos continentes con los que he podido compartir gracias al trabajo de Langham Predicación, asociación que busca establecer movimientos locales de predicación que alienten y preparen a una nueva generación de predicadores bíblicos. He sido inspirado por su compromiso valiente hacia el Evangelio, su compromiso incondicional a la Palabra de Dios, y el sacrificio y entrega a sus iglesias. Dedico este pequeño libro a cada uno de ellos.
Estoy también agradecido por la constante generosidad de mi esposa, Margaret, quien continúa trabajando arduamente en el ministerio cristiano que compartimos. Y finalmente debo expresar mi agradecimiento especial a Catherine Nicholson por su corrección minuciosa de los textos bíblicos, y a Eleanor Trotter de IVP por su constante animo durante la edición de la versión original de este libro y a todos mis amigos de Literatura Langham por su ayuda en publicar una edición para los Recursos Langham Predicación.
Jonathan Lamb
Oxford, Reino Unido
1. La conferencia de Keswick se reprodujo como un capítulo del libro Understanding and Using the Bible (Londres: SPCK, 2009) de Christopher J. H. Wright y Jonathan Lamb, editores. Estoy agradecido a SPCK por autorizarme a reproducir algo del material de ese libro y, además, estoy agradecido a IVP por su apoyo en publicar la edición original de este libro, y permitirme hacerlo accesible para Recursos Langham Predicación.
Introducción
Una de las traducciones más antiguas de la Biblia en inglés es la King James. Hace algunos años, se celebraron sus cuatrocientos años, y los medios de comunicación presentaron varios reportajes acerca el impacto de esta notable traducción. Esto es lo que una persona famosa dijo: «No puedes apreciar la literatura inglesa a menos que estés hasta cierto punto familiarizado con la Biblia King James. Desconocer la Biblia King James es ser, de alguna manera, un bárbaro».
Aunque no lo creas, ese comentario positivo lo dijo el conocido ateo Richard Dawkins. Y hubo otros tantos halagos. La mayoría recalcó la influencia de esta traducción en el lenguaje y la cultura. Joan Bakewell afirmó que la versión King James es «una de las mejores obras literarias jamás escritas». Y si bien estas declaraciones fueron realmente ciertas, me pregunto qué habrían dicho Moisés o Jeremías o Pablo en respuesta a tales elogios. Alguien una vez sugirió que es como si se tomara el manuscrito original de Einstein sobre «la teoría de la relatividad» y se dijera, «¡que bella letra!»
Por supuesto, que hay mucho más en la Palabra de Dios que su legado literario, aunque este sea notable. Hace algunos años atrás, un hombre llamado J. B. Phillips estaba trabajando en una paráfrasis de la Biblia y explicó que la experiencia era similar a trabajar