© José Manuel Ramírez Galván, 2012
© Editorial Melusina, s. l.
www.melusina.com
Diseño de cubierta: Raül Vicent Clement
Primera edición, 2012
Primera edición digital, agosto 2020
Reservados todos los derechos.
eisbn: 978-84-18403-16-3
Las ilustraciones que aparecen en este libro pertenecen a los archivos privados del autor y de la editorial. El autor y el editor han hecho todo lo posible para cumplir las leyes vigentes sobre los derechos de autor de las fotografías y han pedido autorización para reproducirlas. Sin embargo, en algunos casos esto no ha sido posible, por tanto, se solicita a los poseedores de los derechos de autor que se pongan en contacto con el editor en caso de que quisiesen hacer alguna reclamación.
contenido
Contenido
La tierna florecilla del Reich
Epílogo: la V-2 que lanzó un satélite
A Silvana, por su idea y su aliento, que tanto me han ayudado a hacer este proyecto realidad
Prólogo
A medida que los Aliados se acercaban a las fronteras del Tercer Reich, Hitler y su Estado Mayor comenzaron a depositar sus esperanzas en una nueva «arma maravillosa». El 8 de septiembre de 1944, el barrio londinense de Chiswick fue sacudido por una extraña explosión y durante las semanas siguientes se hizo evidente que la guerra había entrado en una nueva dimensión: acababa de aparecer el misil balístico de largo alcance, cuya influencia en el mundo de posguerra sería decisiva.
El voluminoso cohete a-4 (v-2) se consideró un medio más propio del arma de artillería y, desde el principio, se convirtió en un programa del Ejército de tierra alemán. De haber sido un arma de la Fuerza Aérea hubiese sido lanzada (como la v-1) desde emplazamientos fijos; pero de haberse llevado a cabo, ello hubiese sido un gran error táctico. Así que, en lugar de eso, fue diseñada como sistema de arma móvil; el mismo cohete presentaba un tamaño especial de manera que pudiese pasar justo a través de un túnel ferroviario, instalado en una plataforma. No fue una decisión fácil porque un arma tan fantástica necesitaba un importante grupo de apoyo, que incluía una fuente de oxígeno líquido de gran capacidad a una temperatura de 183º c bajo cero, grandes sistemas de carga de propergol, una capacidad insólita de delicados equipos de mantenimiento y ajuste e instalaciones de guía que exigían condiciones propias de un laboratorio.
El a-4 (v-2) era un soberbio cohete de largo alcance que constituyó, incuestionablemente, la mayor incursión en lo desconocido en la historia de la tecnología, y su programa de desarrollo desembocó en un arma contra la cual no existía ninguna defensa. Al mismo tiempo, se ha argumentado que no sirvió de nada como medida para detener la derrota de la Alemania nazi y que los inmensos recursos que se invirtieron se podían haber gastado en algo más útil y de resultados más inmediatos.
Una vez acabada la contienda, como veremos hacia el final de la obra, los vencedores, los Aliados y los soviéticos, se apoderaron de cuanto cayó en sus manos: las v-2, las instalaciones de lanzamiento, fabricas, sistemas de transporte, y sobre todo miles y miles de documentos, que fueron transportados a su territorio para ser investigados, montados y probados (con sus correspondientes fracasos y éxitos, que de todo hubo).
Aquellas pruebas, a la larga, desembocaron en nuevas armas. Por parte estadounidense nacieron los Júpiter, Redstone, Thor, Atlas, Titán, Corporal, Sergeant; mientras que por parte soviética se fabricaron los ss-2 Shyster, ss-6 Sapwood, y la familia Frog.
Todos estos ingenios pensados y desarrollados para intimidar al enemigo acabaron «pacificándose» y constituyendo importantes elementos en el reto de llegar al Espacio, explorarlo (el más inmediato), llegar a la Luna e intentar profundizar en el cosmos para conocer sus misterios.
el autor
Siempre es difícil escribir sobre un amigo con el que se comparten intereses culturales y, sobre todo, conocimientos.
Hace ya muchos años que conocí a José Manuel Ramírez Galván a través