Richard B. Ramsay

Fortalece tu fe


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la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

      Volviendo a la ilustración del viaje a la luna, este error sería como subir a una nave espacial (la justificación; ya es salvo) para llegar a la luna (la culminación de la salvación: la vida eterna y la glorificación), y ¡tirarse al espacio en medio del viaje (el proceso de la santificación), pensando que se puede seguir solo!

      Recuerdo a un joven que no quería ir a su trabajo, porque el bus iba muy rápido. Le pregunté si era peligroso, y me dijo que eso no era el problema, sino que era un pecado ir a exceso de velocidad. Le pregunté si había hablado con el chofer, y me dijo que sí, pero que no le importaba. Le expliqué que, si él había hablado con él y no había un cambio, no era su culpa. Pero no le pude convencer que volviera a tomar el bus, y decidió tomar un taxi. Días después, me llamó de nuevo, diciendo que no podía ir al trabajo porque sus colegas escuchaban música en la radio que “no era edificante”. Le pregunté si había hablado con las personas que ponían esa música. Me dijo que sí, pero que seguían escuchándola. De nuevo, traté de convencerlo de que no era su culpa.

      Finalmente, dejó su trabajo y se quedó encerrado en casa. Su madre tenía que cuidarlo totalmente, aunque él tenía más de treinta años. Cuando fui a conversar con él, me dijo que ya no salía, porque había “muchas tentaciones allá afuera”. Es obvio que tenía algunos problemas psicológicos, pero también veo una confusión profunda acerca de la santificación. Estaba tratando de evitar la tentación y controlar su medio ambiente de tal manera que no cometiera un pecado. ¿Cuál es el resultado? Termina pecando de todas maneras. Posiblemente no escuche música mala, pero tampoco es responsable, porque hace que su madre trabaje para cuidarlo. No está cumpliendo con los mandamientos positivos acerca de lo que debe hacer, y no disfruta de las cosas buenas que Dios le ha dado. ¡Este no es el estilo de vida que el Señor desea para nosotros!

      Alguien preguntará, “Entonces, ¿cuál es mi parte en el proceso de la santificación? ¿Soy totalmente pasivo? ¿Hago 50% y Dios hace 50%?” La respuesta es que no somos pasivos, y tampoco hacemos 50% y Dios el otro 50%. El Señor siempre hará Su 100% y Él me pide que haga Su voluntad 100%. Él siempre llevará a cabo Su plan soberano, pero nos pide que seamos fieles y obedezcamos. En lugar de preguntar: “¿Cuánto debería hacer yo?”, Simplemente deberíamos preguntar: “¿Qué es lo que Dios me pide que haga?”, Entonces, debemos hacerlo, y dejar los resultados en Sus manos. Eso es lo que significa “vivir por fe”.

      Hay una relación misteriosa entre la soberanía de Dios y la responsabilidad humana. Es como un jardín; no puedo sentarme en mi sillón y simplemente esperar que Dios haga un lindo jardín, sin sembrar semillas, sin regar las plantas, y sin podarlas. Pero los resultados no están bajo mi control. No decido el color de las flores, la altura de las plantas, y la cantidad de hojas que tienen.

      Debemos cumplir nuestro deber, usando los medios de gracia, pero siempre confiando en el Señor para los resultados. Él cumplirá Su plan soberano, pero también nos usará como Sus instrumentos.

       Para repasar:

      1. Defina la santificación. 2. ¿La santificación tiene que ver con qué aspecto de nuestra relación con Dios?

      3. ¿Qué importancia tiene el hecho de que la santificación es un aspecto de la salvación?

       4. ¿Qué importancia tiene el hecho de que la santificación es por fe?

       5. ¿En qué sentido participamos en nuestra santificación? Explique.

      LO ESENCIAL DEL CAPÍTULO

      Somos justificados y santificados por fe, desde el principio hasta el fin.

      Para aplicación personal

      a) Estudio bíblico

      Recomiendo comprar un cuaderno para usarlo en su tiempo a solas con Dios. Es una gran bendición anotar lo que el Señor le está enseñando en Su Palabra, y también escribir las peticiones y motivos de acción de gracias para su tiempo de oración.

      En su tiempo devocional esta semana, lea Gálatas 3 y 4. Anote sus ideas acerca de la justificación y la santificación por gracia.

      Tres pasos sencillos para un análisis de un pasaje bíblico son:

      (1) Observación: ¿Qué dice el pasaje? Anote la información importante.

      (2) Interpretación: ¿Qué significa el pasaje? Anote sus preguntas sobre el pasaje y busque las respuestas.

      (3) Aplicación: ¿Qué importancia tiene para mí? ¿Qué me enseña acerca de Dios, acerca de mí mismo, acerca de Cristo y la salvación? ¿Cómo debería cambiar mi vida como respuesta a este pasaje? Anote alguna nueva verdad, un ejemplo, o un principio ético.

      b) Oración

      Ocupe el Salmo 127:1-2 y el Salmo 23 como guía para su tiempo de oración.

      c) Memorización de la Escritura

      Romanos 1:17

      Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

      Para conversar

      1. ¿Ha olvidado Ud. a veces que la santificación también es por gracia por medio de la fe? ¿Cómo se ha manifestado esta tendencia? ¿Cuál ha sido el fruto?

      2. ¿Ha podido salir de esta trampa? ¿Cómo?

      3. ¿Qué consejo le daría al joven de la India (Al joven que se quedó en su casa para evitar las tentaciones)?

      4. ¿Cuál es la tendencia más común entre los cristianos que usted conoce? ¿Tienden a ser pasivos o indiferentes acerca de la santificación? ¿O tienden a ser legalistas, tratando de santificarse por su propio esfuerzo?

      (Cómo crecer)

      “Amar es la mitad de creer.” (Victor Hugo) “Ama y haz lo que quieras.” (Agustín)

      ¿Qué debo hacer para crecer espiritualmente?

      Me siento como si hubiera sido criado en el Antiguo Testamento. Cuando era niño, yo imaginaba a Dios detrás de las dos tablas de los diez mandamientos, observando si cometía algún pecado. Sabía que era salvo porque Jesús había muerto en la cruz para perdonar mis pecados, pero en mi vida diaria, ponía mucho énfasis en la ley, y miraba poco a Cristo. Ahora me he dado cuenta de que estaba viviendo como muchos judíos del Antiguo Testamento. Ellos miraban hacia adelante al Mesías, pero la ley estaba en el primer plano de su vista. Cristo estaba en la sombra de las dos tablas de la ley, por decirlo así. Sin embargo, ahora, después de Cristo, podemos mirar hacia atrás, y ver que Cristo está en primer plano. No descartamos la ley como una guía para saber la voluntad de Dios, pero las dos tablas de la ley están detrás de la cruz. Ahora miramos la ley en la sombra de Jesucristo.

      En Gálatas 3 y 4, Pablo hace una comparación entre el enfoque de la ley en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Explica que durante el tiempo del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios era como un niño, y que la ley era un “ayo” (tutor, maestro) para llevarlos a Cristo. Pero el pueblo de Dios en el Nuevo Testamento debe ser más adulto.

      Cuando viajo por la carretera en el automóvil, tengo que observar los letreros para llegar a mi destino. Sin embargo, si solamente me quedo mirando los letreros, y quito la vista del camino, ¡voy a tener un accidente! La ley funciona así; es un letrero bueno que nos guía hacia Jesús, pero ¡no debemos fijarnos tanto en la ley que no veamos a Cristo! A veces, tenemos la tendencia de preferir la ley, aunque parece una locura. ¿Por qué? Porque así sentimos que podemos hacer algo nosotros. En nuestra arrogancia, quitamos la vista del Señor y empezamos a confiar en nuestros esfuerzos.

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