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Georgia


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alt=""/> Interrumpir al tamada o intervenir sin su consentimiento. Si quiere levantarse durante el banquete, debe hacerlo con justificación y siempre pidiéndole permiso al anfitrión de la casa.

       Cruzar las calles transitadas sin respetar los pasos subterráneos o los pasos de cebra. Todos lo hacen, claro está, a pesar de la presencia de la policía, que seguramente tiene otras cosas mejores que hacer, ya que raramente utilizan sus silbatos para amonestar a los peatones. El peligro viene, sobre todo, por los conductores georgianos, que confunden las calles con circuitos de Fórmula 1. Se recomienda ser prudentes y no hacer nada si no se ve claro.

       Hablar mal de algún personaje del país, pues no conoce el tipo de afinidades con las que se puede encontrar. por ejemplo, hablar mal de Stalin. Aunque a la inmensa mayoría de los georgianos les resulta antipático este compatriota de triste memoria, todavía hay nostálgicos del «pequeño padre de los pueblos» y en algunas mesas, especialmente en Gori, se brinda en su memoria. Tenga cuidado con los temas de actualidad que aún producen dolor (conflicto en Abjasia, Zviad Gamsajurdia...). Evite también decir verdades que no todo el mundo quiere escuchar. Sea diplomático.

       Intentar pagar a toda costa servicios prestados desinteresadamente. A pesar de las dificultades actuales, los georgianos todavía no han aprendido (afortunadamente) a sacar provecho de su hospitalidad y amabilidad. Es bueno ser generoso pero el reconocimiento no se traduce exclusivamente en dinero y un gesto en este sentido podría ser malinterpretado, incluso ofensivo.

       Entrar en lugares de culto como en un mercado y vestido de cualquier manera. Estos lugares suelen ser muy frecuentados; la gente acostumbra a recogerse en ellos durante unos minutos o más a lo largo del día. Por lo tanto, es indispensable guardar silencio y guardar las normas de conducta apropiadas.

      Una mirada sobre Georgia

      

      GEOGRAFÍA

      MESTIA - Montaña Shjara.

      © Nicolas LANDRU

      Georgia tiene una superficie de 69.700 kilómetros cuadrados; por lo tanto, es tan grande como Irlanda, pero más pequeña que Castilla-La Mancha y que Cataluña y Extremadura juntas. Esta superficie incluye dos territorios separatistas sobre los que no tiene control: Abjasia al oeste y Osetia del Sur, al norte de su parte central. Esto ilustra ante todo que en esta región el concepto de frontera no es nada definitivo: las delimitaciones oficiales a veces tienen poco que ver con la realidad política.

      Situada entre el mar Negro y las montañas del Cáucaso, Georgia limita con cuatro estados. En el norte, las repúblicas ciscaucásicas de la Federación Rusia, con las que comparte 723 kilómetros de frontera común. En el oeste con la República Karachéyevo-Cherkesia, Kabardia-Balkaria, Osetia del Norte o Alania, Ingusetia, Chechenia y Daguestán. Por el sudeste Georgia limita con Azerbaiyán (322 km de frontera), al sur con Armenia (164 km) y al suroeste con Turquía (252 km). Dado que las geopolíticas caucásicas son complicadas, las relaciones con estos vecinos no son del todo buenas y la situación puede cambiar rápidamente. En la actualidad Georgia mantiene relaciones tensas con Rusia, difíciles pero cordiales con Armenia y buenas relaciones con Turquía y Azerbaiyán, sus aliados estratégicos, a pesar de que las disputas por las fronteras con este último aparecen de vez en cuando.

      

      Regiones administrativas

      De este a oeste, las diferentes regiones georgianas se corresponden vagamente con las regiones históricas. Sin embargo, las divisiones de la época soviética y posteriores han podido ser arbitrarias, con vistas ante todo al equilibrio político de las entidades administrativas. Incluimos una lista, de este al oeste, con sus capitales administrativas:

       Kajetia (Telavi), en el extremo este, comprende las montañas de Tusheti.

       Mtsjeta-Mtianeti (Mtsjeta), al norte, comprende las montañas del centro-este del Gran Cáucaso (Khevié, Mtiuletia, Khevsureti).

       Kvemo Kartli (Baja Kartli) (Rustavi) al sur, que comprende el este del Cáucaso Menor.

       Tiflis, la capital del país.

       Shida-Kartli (Kartli interior) (Gori), en el centro norte, e incluye nominalmente la República Separatista de Osetia del Sur, cuya capital es Tsjinvali, y la zona de conflicto.

       Samtsje-Yavajeti (Ajaltsije), formada por las regiones históricas de Tori, Meskheti y Yavajeti en el Cáucaso Menor.

       Imericia (Kutaisi), en el centro oeste. Kutaisi es la segunda ciudad del país.

       Racha-Lechjumi y Kvemo Svaneti (Baja Svanetia) (Ambrolauri), al noroeste, región montañosa y muy poco habitada.

       República Autónoma de Ayaria (Batumi), al suroeste, en el mar Negro.

       Guria (Ozurgueti), al oeste, en el mar Negro.

       Samegrelo-Zemo Svanetia (Mingrelia-Alta Svanetia), al oeste, en la frontera con Abjasia.

       República Autónoma de Abjasia (Sujumi), en el extremo oeste, en el mar Negro, república separatista de hecho independiente de Georgia.

      

      Relieve

      Relieve - Macizo del Kazbek en invierno.

      © Nicolas LANDRU

      En cuanto al relieve, Georgia es, cuando menos, accidentada. La ubicación geográfica del país corresponde a una zona tectónica compleja que combina estructuras muy variadas; Por lo tanto, en proporción a su superficie, Georgia presenta una gran diversidad de relieves, climas y paisajes. Además, el país se encuentra en una línea sísmica importante que causa regularmente temblores de tierra, como los de 1988 y 2002 en Tiflis. Georgia forma, junto con Armenia y Azerbaiyán, la región de Transcaucasia o Cáucaso del Sur. Este término, más histórico que geográfico, designa el espacio anexado por Rusia en el siglo XIX y que se extiende entre la cadena del Cáucaso al norte, el mar Negro al oeste, el mar Caspio al este y el llamado Cáucaso Menor al sur. Georgia se extiende sobre dos cuencas hidrográficas: al oeste, la del mar Negro, bañada