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Contents
1 PRÓLOGO
2 PARTE I
3 CASOS QUE HICIERON HISTORIA El brillante robo al Banco Río El odontólogo Barreda y sus demonios Las fábulas del caso Cabezas Caso Conzi, locuras al por mayor Las hermanas satánicas María Marta y el pituto asesino Caso Dalmasso, sexo y muerte en el country
4 PARTE II
5 ABOGADOS Cristian y “La Garza” Sosa Ceballos y una cuestión de honor Capabianca, Olé, Olé Fernando Burlando, re fashion Roberto Ribas, Grande Pá Llaneza, el hombre calendario Clases de magia “Noni Noni” Algo huele mal La defensa es lo primero La “conversión” de Romero Victorica Match point
6 PARTE III
7 FISCALES Móvil no identificado en la AMIA ¿Hay amor? De violada a casada Barrabravas desde el tablón Queridos bautismos Fue boleta Protesta a la oriental A los tumbos De los Tribunales a la tribuna Peleas de sacristía De “levante” en medio de los cacerolazos 100 % lucha Miradas que no matan Lecciones para Marta Pascual Galeano y el pebete federal Con Quique no Problemas de yeguas
8 PARTE IV
9 POLICÍAS Penitenciarios de vacaciones Prueba que se esfuma Policía full time El mundo del revés Listo el pollo Arriba las manos… ¡esto es un sorteo!
10 PARTE V
11 ÁNGELES CAÍDOS La Superbanda Todo por dos pesos El patovica descuartizador El ladrón de bifes El basquetbolista llorón Ladrones solidarios El bon vivant Mujeres fatales Un cheto de verdad Chucky, los muñecos malditos El tesoro de Pepe Cantero Secuestradores y secuestrados Doble vida Error de cálculo Confeso y correcto Los “pibe chorro” Identidad secuestrada A la hora señalada Ladrón agradecido Línea pintada Patrones y empleadas “El Nene” maldito El perro delator Papá Noel frustrado El polo lo condena Un martes 13 Recuerdo de comisaría Los boqueteros del primer “robo del siglo” Sopapita & Hijo El corazón partido de Fabián Tablado ¡Truchísimo!
12 EPÍLOGO A LA NUEVA EDICIÓN
13 Agradecimientos
Landmarks
1 Cover
Caruso, Liliana
No somos ángeles : historias secretas e insólitas de los que viven dentro y fuera de la ley / Liliana Caruso ; Florencia Etcheves ; Mauro Szeta. - 2a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Marea, 2015. - (Historia urgente; 13)
E-Book.
ISBN 978-987-1307-86-9
1. Investigación Periodística. I. Etcheves, Florencia II. Szeta, Mauro III. Título
CDD 070.44
Fecha de catalogación: 06/01/2014
Edición: Constanza Brunet
Coordinación editorial: Virginia Ruano
Diseño de tapa e interior: Hugo Pérez
© 2013 Liliana Caruso
© 2013 Florencia Etcheves
© 2013 Mauro Szeta
© 2013 Editorial Marea SRL
Pasaje Rivarola 115 – Ciudad de Buenos Aires – Argentina
Tel.: (5411) 4371-1511
www.editorialmarea.com.ar
ISBN 978-987-1307-86-9
Impreso en Argentina
Depositado de acuerdo a la Ley 11.723
Todos los derechos reservados.
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o
procedimiento sin permiso escrito de la editorial.
A Juan porque lo amo.
A Manuela por existir.
A mamá, el primero de la nena.
F. E.
A mis hijos, Alejandro y Facundo,
por aguantar mis caprichos.
A mis viejos, por todo.
L. C
A mi familia, por soportarme.
A Baudilio Fernández, por creer en mí.
M. S.
Al “Turco” Enrique Sdrech, porque nos inventó a todos.
Por ese periodismo de la calle y en la calle. Al único
que familiares de un remisero asesinado fueron capaces
de esperar más de dos horas para empezar un velatorio
en José C. Paz para que él pudiera verlo todo.
C. E. S.
PRÓLOGO
¿Quién mató a María Marta? ¿Quién mató a Norita?
¿Dónde está la plata del robo al Banco Río de Acassuso?
¿Qué es de la vida de los boqueteros? ¿Los fiscales y los jueces son gente distinta? ¿Qué tramoyas hacen los abogados?
¡Dale, vos tenés la posta!
¿Cómo puede ser que sabiendo tanto, supuestamente, no somos capaces de dar una respuesta contundente? ¿Por qué no animarnos a decir fulano es el asesino o fulana la mató?
Sabemos que nos creerían sin dudar. Nosotros estuvimos ahí, adonde muchos no pueden acceder. Tomamos litros de café con los abogados, con los fiscales, con los policías, con los jueces. Y sin embargo somos cautos y preferimos poner esa cara de desconcierto que deja a todo el mundo con ganas de saber más.
¿Qué sería tener “la posta”? ¿Por qué suponen los demás que de tenerla la silenciaríamos?
En realidad no somos tacaños y guardarnos “la