Liliana Caruso

No somos ángeles


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armas usadas, no se podía acreditar la aptitud para el disparo y redujeron las condenas. A De la Torre le dieron 10 años, a Araujo, 9 y medio, a Zallo Echeverría, 8 y a García Bolster, 7. En 2013, “El Ingeniero” gozaba de prisión domiciliaria y el resto, de salidas especiales.

      Con los años, en el Banco Río sucursal Acassuso todo volvió a la normalidad. Es más, casi dos años después del golpe que lo tuvo como escenario, había lista de espera para poder usar una caja de seguridad.

      La casa de la calle Tres Sargentos de Martínez que fue usada como guarida de la banda durante la planificación del golpe fue demolida.

      La casa de Wilde, en la provincia de Buenos Aires, donde vivió Alberto “Beto” de la Torre y donde dicen que la banda escondió una noche el gomón que después usó para escapar por los desagües, lució durante meses un graffiti en una de sus paredes: “Aquí, Sucursal Banco Río”.

      Alicia Di Tullio, la despechada, fue perdonada por su marido “El Beto” y hasta llegó a cambiar su versión: dijo que la policía la había presionado para delatarlo, pero ya era tarde y no le creyeron.

      Vitette se convirtió con los años en el “celebrity” de la banda delictiva. Desafió a la autoridad policial y judicial cada vez que pudo. Se rió de ellos. Habló hasta más no poder con los medios.

      Un amigo suyo incluso compuso baladas burlonas sobre el robo, y las difundió a través de las redes sociales. Así nació primero “Solo se llora por amores”, del disco El Robo del Siglo y en la voz de Los trovadores de Venus. El tema musical –en el que figura como artista Vitette– dice lo siguiente:

      Buscaban el secreto honor de todo ladrón,

      el robo del siglo.

      Juraron este será el golpe final, la pensión, el retiro.

      Dieron comienzo a la función

      un enero de calor, un aburrido viernes

      entraron sin un solo disparo,

      por la puerta del banco, con chumbos de juguete.

      En la bóveda brindaron con champagne.

      Dejaron una nota que decía...

      Cada detalle se planeó

      con minuciosa precisión y paciencia de artista.

      No hubo un pez gordo que bancara,

      montaron la banda en cooperativa.

      Se vivían momentos de tensión

      y una negociación con dudas y engaños,

      mientras los chorros le cantaban a una rehén

      el feliz cumpleaños.

      Horas pasaron y al final

      se decidió a entrar la policía.

      Encontraron el corcho del champagne

      y una nota en la pared que decía...

      (estribillo)

      Sin armas ni rencores,

      en un barrio de ricachones,

      no es más que dinero señores,

      solo se llora por amores.

      Vieron con desesperación

      los miembros del grupo halcón el armario que cubría

      el boquete por donde escaparon

      en gomones navegando por las alcantarillas.

      Despechada una mujer los delató.

      Al Paraguay su boquetero se rajaba,

      con la guita, otra mina y su honor,

      y los mandó a tragar sombra a la cana.

      (estribillo)

      Sin armas y sin rencores...

      Los boqueteros de Acassuso

      en barrio de ricachones...

      Se piantaron en un gomón.

      Solo es dinero, no amores...

      Autores del robo del siglo

      vaya sorpresa se llevaron,

      cuando entraron los del grupo halcón

      sin armas y sin rencores...

      Qué abuso de imaginación

      en barrio de ricachones...

      Fueron de shopping al banco.

      Solo es dinero, no amores...

      Se la llevaron en buena ley.

      La falla del crimen perfecto

      fue el desengaño de una mujer.

      Sin armas y sin rencores...

      La guita nunca apareció

      en barrio de ricachones

      cuando la bóveda vaciaron.

      Solo es dinero, no amores

      Se escabiaron un chandon.

      ¡Salud! ¡Salud! ¡Salud!

      No me hagas perder el tiempo...

      200 cobanis en la puerta

      vamos que nos hacemos millonarios, querido,

      ¡se van a querer matar!

      Dale juntá todo,

      rajemos, ¡rajemos rápido!

      ¡Vamos, carajo!

      En prisión, desde su cómoda celda en el sector Sanidad, al que accedió por sus problemas de presión arterial, Vitette empezó a sacar cuentas de su libertad anticipada. Y así nació el segundo tema provocador de Los trovadores de Venus, otra vez con letra de su autoría. Se llamó “Muy pronto estaré de juerga”. Y decía lo siguiente:

      Un abrazo le doy mi compadre

      qué gusto es volver a verlo.

      Traigo yerba uruguaya para cebar

      el mate del reencuentro.

      Mucho he reflexionado,

      he aprendido a soñar despierto.

      Podrán robarme la libertad,

      pero nunca el pensamiento.

      Valiente es el que se atreve

      a ser dueño de su destino,

      no hay mujer que se deje besar

      cuando el hombre pide permiso.

      Aunque quiera crucificarme

      la legión de Poncio Pilatos,

      peleará en el circo este gladiador

      contra jueces y abogados.

      (estribillo)

      ¿Qué vas a hacer?

      Me sobra tiempo e imaginación

      muy pronto estaré de juerga.

      Ya vas a ver...

      Estaremos juntos brindando...

      En el mejor cabaret.

      Falopa hay en la farmacia,

      hay curros que son legales

      dentro de la ley el chorro es señor

      y es doctor el traficante.

      Son muchas las tentaciones

      que existen en el camino

      aunque no escarmiente este fanfarrón

      es tiempo de mi retiro.

      (estribillo)

      Me quedan canciones por escribir