templarios se crearon en Jerusalén en el 1119 como orden religiosa y militar. El hecho de que fuera militar les daba seguridad y la religiosidad los dotaba de autoridad moral, por lo cual comenzaron de recibir depósitos en guarda a cambio de un fee. A su vez, como eran militares y estaban armados, comenzaron a ofrecer el servicio de traslado de dinero también contra el pago de honorarios. Con el resultante de su negocio comenzaron a dar préstamos, es decir; empezaron a dar crédito sin violentar los principios básicos del derecho. No era crédito fondeado con el dinero recibido en custodia. El rey de Francia Felipe IV (el Hermoso) disuelve la orden con el objeto de apropiarse de sus riquezas en 1311.
De acuerdo con A.P. Usher (22) ya a comienzos del siglo XIII aparecieron las primeras señales de que los banqueros privados comenzaron a no guardar el encaje del 100%, violar la propiedad privada comenzando a utilizar en su propio beneficio el dinero de sus depositantes dejado en guarda, lo cual dio lugar a la banca con reserva fraccionaria, y a la expansión del crédito artificial sin respaldo de ahorro genuino. O sea, surgió primero la actividad ilegal de conceder préstamos contra depósitos a la vista y solo más tarde la actividad bancaria de emitir billetes moneda sin respaldo, que apareció recién en el siglo XVII. Igualmente, es muy importante que en términos de impacto económico, los efectos macroeconómicos de dar crédito artificial y de emitir papel moneda sin respaldo son exactamente los mismos; ambos generan boom&bust: auges económicos artificiales con crecientes inflaciones que indefectiblemente siempre terminan seguidos de recesiones deflacionarias o estanflaciones que en muchas oportunidades devienen en crisis.
b) El primer banco medieval
Aproximadamente en el año 1100, una asociación voluntaria (compagna) de todos los ciudadanos creó la República independiente de Génova; el poder ejecutivo fue concedido a un número de cónsules elegidos anualmente en una asamblea popular. El poder legislativo estaba en manos de pequeños nobles y burgueses influyentes. En ese marco, surge la Gran Tavola, que fue “el banco más grande del siglo XII”. En su surgimiento, este banco tenía dividido con claridad por un lado, el negocio depósito a la vista y, por el otro, el negocio de depósito a plazo, dejándose en claro que este segundo tipo de depósito consistía en un préstamo. O sea, el banco genovés se atenía a derecho y respetaba la propiedad privada en sus primeros días de existencia.
Sin embargo y de acuerdo con Usher, los banqueros paulatinamente y en forma creciente empezaron a prestar el dinero ajeno persiguiendo su propio beneficio, con lo cual empezaron a crear depósitos y crédito artificial sin contrapartida de ahorro, ya que las autoridades no ponían mucho fervor en que se mantuviera encajado el 100% de los depósitos recibidos a la vista. Por el contrario, es más, las autoridades terminaron concediendo el encaje fraccionario, ya que fueron los primeros y los que en mayor medida se aprovecharon de la actividad bancaria fraudulenta. Según Usher, pareciera que a los banqueros se les concedió el privilegio de lucrar con el dinero que sus clientes le depositaban a vista, a cambio de financiar al rey, sus cortes, guerras, cruzadas, etc.
c) La Banca en Florencia
A comienzos del siglo XIII se fue desarrollando una incipiente banca en Florencia. Las bancas más importantes fueron las de los Acciaiuoli, los Bonaccorsi, los Cocchi, los Antellesi, los Corsini, los Uzzano, los Perendoli, los Peruzzi y los Bardi, entre otros. Estas bancas privadas comenzaron a ganar trascendencia y volumen en el siglo XIV. A partir de los trabajos de Carlo Cipolla (23), se conoce que estos bancos empezaron a hacer uso fraudulento de sus depósitos a la vista, expandiendo crédito artificial sin contrapartida de ahorro. Esta política generó boom & bust. En principio hubo un auge económico artificial que luego fue seguido con una profunda recesión con fuga de depósitos y caída masiva de la deuda pública del gobierno de Florencia, que se había financiado espuriamente con los préstamos fraudulentos de la banca. Entre 1341 y 1346 quebraron todos los bancos y los depositantes recibieron entre un quinto y la mitad de los depósitos originales con quiebras entre ellos artesanos, talleres y comerciantes.
El Banco de los Médici duró 97 años, de 1397 a 1494. En sus primeros días del siglo XIV, la banca Medici solo operaba con depósitos a plazo y no aceptaba depósitos a la vista. Por contrato, el banco podía invertirlos libremente dentro del plazo del contrato de depósito recibido. Como contrapartida, el banco le pagaba interés a sus depositantes. A partir de un determinado momento del siglo XV, el banco Medici comenzó a aceptar depósitos a la vista. De hecho, en documentos descubiertos del propio banco correspondientes a marzo de 1442, se encontraron anotaciones de probabilidad estimada que se consideraba que existían de tener que devolver el correspondiente depósito al cliente. De acuerdo con estimaciones de Raymond de Roover, los depósitos a la vista estuvieron respaldados en un 50% por reservas inmovilizadas, lo cual implicaba una expansión del crédito espurio de 2. Estos ratios fueron empeorando con el tiempo, sobre todo después de 1464, cuando la política crediticia expansiva se volvió desmedida. En este sentido, el banco llegó a operar con encaje inferior del 10%.
Esta expansión crediticia también dio lugar a boom & bust. Primero hubo un boom artificial basado en el crecimiento artificial de la cantidad de dinero con creación de depósitos y créditos sin contrapartida de ahorro genuino. Luego, más entrado en la segunda mitad del siglo XV aparece la recesión. Finalmente, el banco Medici terminó quebrando y todos sus activos cayeron en manos de sus acreedores, por las mismas razones por las que quebraron también el resto de sus competidores, es decir, por los inevitables efectos de expansión artificial y posterior recesión económica que siempre genera la violación de los derechos de propiedad privada y se hace intermediación financiera con los depósitos a la vista.
d) Barcelona: de la banca privada a la Taula de Canvi (24)
En Barcelona, al igual que lo acontecido en las ciudades italianas, los bancos privados aparecen en el siglo XIII. La regulación bancaria es de 1300/1301. Se estableció que cualquier banquero que quebrase sería declarado infame mediante un vocero público a lo largo de toda la ciudad de Barcelona, siendo castigado a mantenerse con una dieta estricta de pan y agua mientras no devolviera a sus acreedores el importe íntegro de sus depósitos. A su vez, en 1301, se estableció la obligación de conseguir avales o garantías de terceros para desarrollar la actividad bancaria, estableciéndose un mecanismo de diferenciación entre los banqueros con avales y los banqueros sin avales con el propósito de que los clientes pudieran identificar quiénes eran más (ponían mantel en su mesa) y quiénes eran menos solventes (no podían poner mantel en su mesa); respectivamente. Cualquier banquero que incumplía esta norma era juzgado y condenado por fraude y estafa.
Está claro que en los comienzos, las autoridades de Cataluña tenían un fuerte afán por defender la propiedad privada y que la banca privada no fuera fraudulenta. Tanto es así, que cuando comenzaron a aparecer algunos fraudes, las normas se pusieron todavía mucho más duras. Concretamente, en 1321 se estableció que los banqueros que no honraran sus compromisos con carácter inmediato serían proclamados en bancarrota y, en caso de no satisfacer sus deudas en el plazo máximo de un año, serían decapitados justo delante de su mesa y su propiedad vendida para hacer frente a sus obligaciones con los acreedores.
Más allá de las fuertes regulaciones, en Barcelona también se comenzó a violar la propiedad privada en forma generalizada y los banqueros comenzaron a crear crédito artificial con el financiamiento de los depósitos a la vista, es decir; artificial y sin contrapartida de ahorro genuino. El boom artificial se convirtió en bust y los bancos privados catalanes quebraron en masa, al igual que en Italia, bien entrada la segunda mitad del siglo XIV.
Estas crisis del sistema bancario catalán de fines de siglo XIV, llevó a que en 1401 se creara la Taula de Canvi de Barcelona, que se creó con la finalidad de aceptar depósitos y financiar con ellos los gastos municipales y la emisión de títulos de deuda pública de la ciudad de Barcelona; o sea, un banco creado por los burócratas públicos con el fin de lucrar a partir de los manejos fraudulentos de la actividad bancaria. En Valencia, se creó otra Taula de Canvi similar en 1407. La Taula de Canvi de Barcelona suspendió pagos en 1468 cuando