—¿De veras? —exclamé, inexpresablemente asombrado ante este nuevo giro, y lo miré con el mismo tipo de sentimiento que muy bien habría podido experimentar si él, después de girar sobre sus talones, presentase un rostro nuevo en todo sentido.
—No caí con fiebre cerebral, tampoco me derrumbé muerto —continuó—. No me preocupé para nada por el sol que tenía sobre la cabeza. Pensaba con tanta frialdad como cualquier hombre pensó alguna vez, sentado a la sombra. El grasiento animal del capitán asomó la cabezota con el cabello cortado al rape, por debajo de la lona, y me clavó sus ojillos suspicaces. «Donnerwetter !, se morirá», gruñó, y se metió adentro como una tortuga. Yo lo había visto, lo escuché. No me interrumpió. En ese momento pensaba que no moriría.
Trató de sondear mis pensamientos con una mirada atenta que me lanzó al pasar.
—¿Quiere decir que había estado meditando acerca de si moriría? —le pregunté, con un tono tan impenetrable como pude conseguir. Asintió sin detenerse.
—Sí, había llegado a eso, mientras me encontraba sentado allí, solo —respondió. Y dio unos pocos pasos más, hasta el final imaginario de su recorrido, y cuando se volvió para regresar tenía las dos manos profundamente hundidas en los bolsillos. Se detuvo delante de mi sillón y me miró—. ¿No lo cree? —inquirió con tensa curiosidad. Me sentí empujado a hacer una solemne declaración de mi disposición a creer de manera implícita en cualquier cosa que le pareciera conveniente decirme.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.