Rosa María De Pablo

Vientos de libertad


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      El 27 de octubre de 1912 es su debut como Director espiritual. Hagamos un paralelo entre los dos profesores para descubrir como enfrenta cada uno esta situación tan semejante:

      El profesor Keating lleva a sus alumnos a la sala de los trofeos para darles su frase programática: “Carpe diem”, mientras que la divisa que el nuevo Espiritual les da es su programa: “Bajo la protección de María queremos aprender a educarnos a nosotros mismos como personalidades libres, recias y llenas de Dios”

      El objetivo que pone ante sus ojos no es el de pasar por encima de la estructura del colegio sino la conquista de su personalidad porque sólo así podrán poner los medios que los avances científicos colocan a su disposición para el bien de la humanidad y no para el propio beneficio:

      Y para ello alude a una palabra absolutamente inconcebible en aquel entorno y momento histórico: La autoeducación.

      Para el P. Kentenich la autoeducación juega un rol importante, porque nos hace dueños de nuestra vida y nos ayuda a enfrentar las dificultades desde nuestras posibilidades reales, como personalidades libres y recias.

      ¿Cómo concibe cada uno el papel que debe desempeñar en la educación de los jóvenes? Mientras que el profesor Keating alude al poema dedicado a Abraham Lincoln y les dice que le pueden llamar: “Oh capitán, mi capitán”, el joven sacerdote se pone a su nivel, él no les va a enseñar, sino que van a aprender juntos, unos de otros. Ese concepto es también algo absolutamente nuevo en la Alemania prusiana de principios de siglo y menos en ese internado:

      Por último, el profesor Keating se denomina a sí mismo: “Un gigante mental que tienen ahora ante Uds.” y un segundo después cuando requiere que un alumno lea un poema dice: “Señor Pitts, un apellido muy poco agraciado ¿Dónde está Ud. Señor Pitts?” De esta manera remarca una cierta distancia entre los alumnos y él, mientras que el joven sacerdote se coloca ante ellos con la conciencia de su limitación:

      “Me pongo, por lo tanto, enteramente a su disposición, con todo lo que soy y tengo; con mi saber y mi ignorancia, con mi poder y mi impotencia, pero, por sobre todo, les pertenece mi corazón”.

      Y por último, sabe que la persona crece en comunidad por eso anuncia la creación de comunidades libres, con el anhelo de crear un espacio para la iniciativa de los estudiantes, motivados por la confianza y la búsqueda de su propio ideal personal. Y lo hacen juntos, no separados, de esta manera les regala una base segura y confiable:

      Así les da un futuro, una continuidad, les arropa en su anhelo de construir un mundo nuevo. En este contexto tales frases como “no dejes de soñar, sé inconformista, encuentra tu pasión, elige tu camino, cambia tu punto de vista, nada es imposible, sé un librepensador, extrae el meollo a la vida con moderación”, tienen un ancla, un sentido que puede llegar a ser creador, por lo menos esa estructura que juntos puedan llegar a crear, está llamada a servir a las generaciones futuras, sus sucesores se alimentarán del esfuerzo que ellos hagan en conquistar su mundo interior. Eso parece ser un camino a seguir.

      ¿Quién es este profesor que además parece dominar la vida? ¿De dónde saca estas ideas? ¿Cómo se atreve a realizarlas en medio de un entorno tan adverso? Y parece que este modesto comienzo sí que fue factor de cambio porque ahora nos encontramos con un movimiento internacional, que agrupa a un número de personas imposible de precisar, que se alimentan de su espiritualidad y que demuestran ser capaces de enfrentar grandes desafíos sin quebrarse. Esto es lo que él dice de sí mismo:

      ¿De dónde saca el P. Kentenich esas ideas, esa convicción? Sólo se puede entender por la acción del Espíritu Santo por el que se hacen nuevas todas las cosas. Ahora estamos ante la confusión y el caos creciente, ¿qué resuena en nosotros cuando traemos a la conciencia estas palabras del Génesis?