de este ser tecnológico actual. En el segundo, la de generar un espacio de reflexión, para ver si la máquina eleva al ser humano de la incertidumbre, o lo hace más responsable de sus propias decisiones. El tercero, la de buscar una salida al por venir, desde una ética de la alteridad responsable: Levinas y el otro, o lo otro que irrumpe sorpresivamente. Ahora lo Otro es el Covid 19, y el Otro, el que camina al lado interpelando a hallar una salida en la pandemia. Y, el cuarto y último, a modo de conclusión, si podremos desde la razón y el sentir construir un por venir desde el encuentro con el otro ¿Construiremos un por venir desde la relación con el otro o desde una nueva conquista del otro en lo tecno?
Introducción:
El por venir del ser pospandemia
—¿Qué significa el por venir del homo tecno? ¿Qué es por venir? La palabra significa venidero. Es el pensar construir la historia desde el presente. Mirar hacia adelante significa tener una perspectiva sólida hacia la cual emanciparse. Si repasamos lo hechos más destacados acontecidos en estos últimos tiempos podemos pensar el 11S (atentado de las torres gemelas en EE.UU), el 15M (movimiento de indignados en España), para pedir más participación ciudadana, el movimiento feminista revolucionario, la crisis mundial del 2008, donde los poderosos lograron enriquecerse, desde una conquista del sentido común. Al respecto, el 11 de septiembre cuando caen las torres gemelas, las ciudades no tenían que rendir cuenta ante un aeropuerto si eran terroristas o no lo eran. Ahora, después de la gripe porcina, la gripe A, y últimamente el Covid 19, muy probablemente seremos muchos más vigilados, Aunque, ahora no solamente para ver si pertenecemos a un movimiento fundamentalista, sino también para poder detectar si portamos una enfermedad infectocontagiosa. El control extremo podría empezar luego del coronavirus frente al temor en lo desconocido.
Tal vez, el mundo se volvió más controlador y estricto frente a la libertad, con respecto a las democracias modernas ¿Que pasará a futuro? El destino es lo que viene, el por venir es lo que se construirá de aquí en más, es lo que necesitamos crear desde la libertad, y la responsabilidad. El por venir está asociado al pensador Derrida, que sostenía que en el significado que se la da a las palabras, es donde el ser humano podría problematizar la realidad para deconstruirla, y luego construirla en un cambio con sentido, o en la actualización de una realidad nueva, lejos del sistema dominante.
Oportunamente, ésta es la cuestión a partir de ahora, la de si se va a poder contar con un ser humano más abierto o cerrado. Si la esperanza, junto a la libertad humana, van a triunfar, o se evaporarán en el reinvento de un ser hegemónico más despótico y controlador. Si actualizamos a Gramsci (1891-1937), éste sostenía que las contrarrevoluciones, podrían llegar a revelarse con ideales más fuertes a las revoluciones de mayo del 68, o el de la revolución francesa, pero que ahora fueron absorbidas por los controladores del capital, que se vieron atacados en sus derechos. Es decir, la contrarrevolución, como las de los indignados de España, la revolución de los derechos de la mujer, podrá cuestionar el por venir del pensar dominante, en ambos extremos del prisma político. No obstante, ninguno de ellos podrá desconocer que la verdadera libertad se logra a través del estado de derecho, para no volver a los antiguos fascismos de la historia. Al no existir un por venir que nos eleve de la cotidianidad el poeta Horacio (poeta romano del 65 a.c al 8 a.c. en Odas.LibroIII,6.), había cantado:”Aetas parentum peior avis tulis nos nequiris, mox daturos progeniem vitiosiorem”.
La diferencia entre una generación y otra se acentuará rápidamente después de la pandemia. Se daría una fusión revolucionaria entre la biotecnología (la capacidad de conocernos interiormente, lo que sucede adentro de nosotros mismos entre el cuerpo y el cerebro), y la revolución en la tecnología informática (el poder único que dará el conocimiento de la computación a aquellos que lo adquieran).Esta capacidad de “algoritmos”, datos precedentes en la nube del sistema, podrían llegar a influir sobre nuestros deseos, porque llegarían a adquirir un conocimiento sobre las personas capaz de poder manipularlas.
Por lo tanto, siguiendo esta línea del respeto a los estados democráticos, con el voto popular, y la defensa de la libertad de las personas, considero que estos ideales van a volver al tapete de la lucha, después del Coronavirus. Ahora, frente a la realidad de lo que vivimos, la pregunta de la Filosofía hoy no deja de ser la de la actualidad del pensador Foucault: “¿Pero que es hoy la filosofía-se preguntaba-sino en lugar de legitimar lo que se sabe, en tratar de saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otro modo?”…
En tanto, el pensador francés plasmó en sus obras tres ejes centrales, aquello de fondo que nos permitió pensar de forma distinta en el comienzo del S.XXI, y poder constituirnos como sujetos de conocimiento ¿Qué significa ello? Que nosotros podríamos tomar el control desde nuestra libertad emancipadora para forjar un devenir distinto al que tenemos, desde el ser interpelante de la pospandemia. En el caso de Foucault, como la de muchos pensadores estructuralistas, como Derrida, (1930-2004) Merlou Ponty (1908-1961), Váttimo (1936), Althuser (1918-1990), consiste en analizar las estructuras internas de las ideas naturalizadas, para poder cambiarlas con un pensar adaptado, novedoso, que sepa dar respuestas criticas, prácticas, frente a los nuevos desafíos. Ya no existe al intelectual que señala con el dedo el saber, y orienta hacia donde tienen que ir las personas, sino que cada uno hace su propia transformación, en el acontecer de los sucesos. Esta conjugación de la “autotransformación” de Foucault, y el “por venir” de Derrida, podrán contribuir a gestar un ser abierto y emancipador.
¿Qué significa “el por venir del homo tecno”? Este libro no pretende hacer la queja ilusa de que la tecnología es dañina, y el ser humano bueno por naturaleza, sino en repensar desde una crítica práctica, la realidad del ser atrapado por la tecnología, despojado de la idea de hallar en la lucha por la libertad, su propia transformación. Foucault se centró en tres ejes del conocimiento para fundamentar su teoría emancipadora. Estos tres ejes son: El eje de la verdad en la obra “El nacimiento de la clínica” y la “Arqueología del saber”. El eje del poder en “Vigilar y Castigar”. Y, el eje de la moral en “Historia de la sexualidad”. En esta última obra, es donde el autor se plantea (el uso de los placeres), en la Grecia clásica, en los modos de “autogobierno de uno mismo” para poder gobernar a los demás, con la problematización de las cosas. Y, luego, con el helenismo grecorromano (la inquietud de si), para lograr, luego de la crítica reflexiva, “un cuidado de sí mismo”. En esto consiste el verdadero problema ético que desafía nuevamente el Covid 19, que es el de construir un conocimiento discursivo. Ello implica que con el cuidado de uno mismo, y los demás, uno pueda construir la felicidad. “En ambas ideas se puede ver una técnica de vida, una ascesis, que pueda conjugar el conocer y el cuidado, para realizar un cambio”. Y, esta transformación apela a la libertad. Es ésta libertad la que hoy resulta más interpelada que nunca, y que golpea a las puertas de la visión ética. Una nueva visión ética humanista está siendo solicitada, para que nadie diga que es lo que hay que hacer y pensar. Es decir, que cada uno haga de su vida algo que valga la pena de ser vivido, pero sin el destierro del cuidado de uno mismo, y los demás.
Por lo tanto, en esta obra que se titula: “El por venir del homo tecno” se intenta actualizar a este último Foucault (también en autores de sistemas deconstructivistas como Ortega y Gasset, Nietzsche, Derrida, Kierkegaard), en la noción de “autotransformación” existencial, para que con prácticas discursivas o no discursivas, en un replanteo de la libertad, responsabilidad, se pueda lograr una crítica del presente, para poder dilucidar un “por venir”. Ortega hablaba que para salir de la pobreza cultural e intelectual hay que pensar, sentir vivamente el “yo y las circunstancias”. Así, surge la “pertinencia” de Ortega y Gasset, que es el ver aquello necesario para seguir. Desde el instante nos ocupamos de lo que sobreviene. Por eso siempre es importante el hacer. Porque nada tiene sentido para el ser humano sino el porvenir. Kierkegaard, hablaba del ser como posibilidad. En la existencia el ser nos es lo que es, sino lo que puede llegar a ser. Y, Nietzsche, nos dejó un legado de cambio, cuando propuso una moral aristocrática, frente a la moral de la renuncia y la culpa, desde la vida y el cuerpo. Por ello, el cuerpo empieza a ser visto como objeto de reflexión, pero no como algo acabado, sino abierto a la posibilidad de la exposición de los propios pensamientos, para darle al lector la oportunidad de algo que