junto a Arturo y Ramón crearon un clima de amistad y colaboración que facilita y hace amable el trabajo intelectual. Un agradecimiento particular a Jorge Merodio, que desde hace 19 años ha estado siempre presente en el proceso de búsqueda que el estudio del hombre supone.
Ricardo Murcio, director del área de Factor Humano, que asumió la integración del área de Filosofía y Empresa y promovió la colaboración estrecha con el CIFE. Jorge Llaguno, profesor de Factor Humano, que contribuyó a este libro con el estudio de los presupuestos humanistas en las principales escuelas de negocios. Lucía Ontiveros, colaboradora del CIFE, quien desde Londres ha procurado responder la pregunta de trabajo: ¿en dónde está actualmente la filosofía? Valeria Pi-Suñer y Alejandra Carreño, quienes colaboran generosa y eficazmente en la gestión del centro de investigación.
José Antonio Dávila, Julián Sánchez, Enrique Taracena y Carlos Ruiz González que, entre otros profesores, promueven el diálogo del CIFE con las demás áreas académicas del IPADE. El trabajo interdisciplinar es una faceta fundamental de este centro de investigación y responde, de manera muy adecuada, a su nombre: el encuentro entre la filosofía y la empresa resulta creativo y fecundo. Ernesto Martínez, quien como director del programa EDCP y con su experiencia como profesor de Comercialización ha entendido cabalmente la naturaleza del programa y lo ha promovido eficazamente.
Finalmente, la atención se dirige a los participantes y, al hacerlo, el sentimiento de gratitud adquiere una intensidad particular. Gracias a todos y a cada uno porque con sus dudas, inquietudes y cuestionamientos nos señalan el camino y nos proporcionan la motivación necesaria. El estudio del hombre es un camino largo y exigente, y no puede recorrerse solo.
PRÓLOGO
El cimiento
El Centro de Investigación de Filosofía y Empresa, creado en la primavera de 2014, es el centro de investigación más joven del IPADE. A pesar de su corta existencia, su actividad se basa en el proyecto de investigación De Homine, iniciado hace treinta años.[1] Desde el principio, la atención se centró en el estudio del hombre y se eligió a la antropología filosófica como la ciencia rectora de sus trabajos. El estudio del hombre siempre ha estado animado por el deseo de entender para ayudar y de entender para enseñar. Esta intención ha promovido la relación virtuosa entre investigación, docencia y consultoría.
Entender ha exigido acudir a la filosofía como instrumento fundamental para comprender a fondo al ser humano. Los rasgos característicos de esta disciplina —perspectiva de totalidad y anhelo de fundamentación última del conocimiento— son necesarios para entender al hombre. La filosofía se muestra abierta a la riqueza y complejidad de la vida humana y a las aportaciones de las demás ciencias que estudian al hombre (biología, medicina, psicología, sociología, historia, etcétera).
Entender para ayudar demanda estudiar al hombre estando cerca de sus problemas. La cercanía con las personas y las cuestiones que les interesan orienta la investigación y la llena de propósito; al mismo tiempo, la somete a prueba, pues la reflexión debe dar respuestas satisfactorias y ofrecer cauces de solución adecuados.
Entender para enseñar requiere comunicar de forma atractiva y clara lo que se ha descubierto. El desafío de la docencia es serio. Los problemas estudiados se llevan al aula y se discuten con personas experimentadas. El diálogo sobre cuestiones —de las que todos saben algo— ayuda a madurar la reflexión. La docencia supone una segunda prueba que impulsa el trabajo de investigación: explicar ayuda a entender mejor. El aula, a su vez, brinda nuevas ocasiones de estar cerca de las personas y sus problemas; de este modo, la circularidad virtuosa entre investigación, docencia y consultoría se recorre de nuevo y se vuelve fecunda.
El trabajo de investigación ininterrumpido a lo largo de treinta años ha confirmado y ampliado las intuiciones originales: es importante hablar al hombre del hombre, el ser humano necesita una base sólida sobre la cual construir su existencia personal y social.
Los trabajos de investigación, docencia y consultoría constatan el anhelo de verdad y el potencial de bien y de recuperación que hay en el hombre. Los avances sorprendentes en tantas direcciones y la consiguiente fragmentación del conocimiento reclaman una labor de síntesis. La filosofía juega un papel fundamental para alcanzar una visión unitaria y orgánica del saber.
El camino recorrido durante estos años ha mostrado que el estudio del hombre por parte del hombre supone un gran atrevimiento, el hombre es demasiado para el hombre. Ante la magnitud del desafío, la actitud adecuada es la de un profundo respeto por el objeto de estudio y la confianza en la capacidad de la razón para abordar las cuestiones fundamentales y alcanzar un conocimiento verdadero, aunque este sea siempre perfectible. El estudio del hombre es un camino que no tiene descanso y no se puede recorrer solo.
El proyecto De Homine ha tenido, desde el principio, una identidad universitaria; sin embargo, el hecho de que haya nacido y vuelto a crecer en el seno de una escuela de negocios tiene una importancia significativa. Basta mencionar dos aspectos: el primero es que la necesidad de hablar al hombre del hombre adquiere una intensidad particular cuando a quien se habla es un director de empresa que, por oficio, está en el vértice de una organización y de él dependen otros hombres. El segundo aspecto es el encuentro creativo entre el método del caso y la antropología filosófica. La discusión de casos prácticos promueve la conexión entre la teoría y la práctica. El vínculo entre la ciencia y la experiencia es una prueba exigente y fecunda.
NOTA
[1] La expresión latina De Homine significa “acerca del hombre”; a su vez, el término hombre se utiliza para designar al ser humano, varón y mujer.
INTRODUCCIÓN
Con ocasión del 50 aniversario del IPADE, este libro pretende hacer una semblanza de la actividad del Centro de Investigación de Filosofía y Empresa. El libro se divide en tres capítulos que se corresponden con el pasado, presente y futuro del centro.
El primer capítulo recoge los principales eventos del pasado remoto y reciente del CIFE, los objetivos, las líneas de investigación, el contexto de trabajo y las oportunidades que se han abierto.
El segundo capítulo centra la atención en el programa enfocado, “El Director como Persona. Un Alto en el Camino” (EDCP). La experiencia de los últimos años ha dejado ver que el programa atiende una necesidad relevante: cuidar del director de empresa desde la perspectiva global de la vida humana. En este capítulo se hace un análisis descriptivo del programa y un análisis más detenido sobre su naturaleza y alcances; asimismo, se examinan las razones que explican su incidencia formativa. El programa enfocado muestra el papel fundamental que la docencia está jugando en el momento presente del CIFE.
El tercer capítulo dirige la atención hacia el futuro cercano y sus desafíos. Los retos principales se presentan en tres ámbitos: formación de profesores, generación de contenidos (publicaciones) y estrategia adecuada de crecimiento. Los tres renglones son importantes para la consolidación y sustentabilidad del CIFE. Mirar al futuro muestra que ha llegado el momento de escribir con orden y constancia: hasta ahora se ha pensado y se ha hablado mucho, pero se ha escrito menos. La docencia ha ido señalando el género literario (estilo, nivel de síntesis y extensión) que permite comunicar lo que se ha pensado y hablado. Al escribir, la actividad del centro de investigación puede trascender las aulas del IPADE. La tarea es enorme e ineludible. Las publicaciones son fundamentales para la formación de profesores y no se puede olvidar que el programa EDCP ha despertado el interés no solo de directores de empresas sino también de profesores de escuelas de negocios de otros países.
Al escribir este libro se ha procurado conocer lo que hacen otras escuelas de negocios. Al mirar hacia afuera, se advierte que la filosofía no suele estar presente en el mundo de la empresa: no es común que en las escuelas de negocios haya un Centro de Investigación de Filosofía y Empresa. Este hecho ha exigido dirigir la atención hacia dentro e intentar comunicar lo que se hace en el IPADE.