Jürgen Weineck

Anatomía deportiva


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la misma estructura (ver fig. 36).

      En su interior se encuentra el cilindro que forma el eje (axón), el cual está recubierto por una vaina externa, la vaina de Schwann, responsable del aislamiento eléctrico del axón. Según la diferenciación de la vaina se distingue entre fibras nerviosas mielínicas y amielínicas. El complejo de lipoproteínas de la vaina también es denominado mielina. Las fibras nerviosas pueden clasificarse en diferentes grupos según su tamaño, su grosor y su velocidad de conducción (ver tabla 5).

      La mayoría de las fibras nerviosas se encuentran unidas en haces (ver fig. 37). En el sistema nervioso central son denominadas fascículos, y en el sistema nervioso periférico, nervios.

      Los nervios unen la periferia del cuerpo con el sistema nervioso central. Diferenciamos entre nervios aferentes (que conducen el estímulo hacia el sistema nervioso central, p. ej., los nervios sensitivos) y eferentes (que conducen los estímulos desde el sistema nervioso central, p. ej., los nervios motores). La mayoría de los nervios son mixtos.

      Las fibras nerviosas en el nervio están unidas entre ellas y con su entorno mediante estructuras de tejido conectivo. Diferenciamos un endoneuro, un perineuro y un epineuro.

      El endoneuro, que conduce los capilares sanguíneos y linfáticos para la nutrición de las fibras nerviosas, envuelve directamente todas las fibras nerviosas como tejido conectivo laxo.

      El perineuro envuelve varios haces de varias fibras nerviosas como tejido conectivo denso y protege el nervio ante un posible estiramiento demasiado intenso. El epineuro, que también actúa contra un posible estiramiento demasiado importante, reúne finalmente todos los haces de fibras nerviosas formando un único haz de fibras. Las fibras nerviosas sensitivas y motoras discurren en los diferentes haces una al lado de la otra. En la sección de un nervio (p. ej., ocurrida por una lesión) puede producirse bien una degeneración de la porción periférica separada de la célula nerviosa, bien una reinervación por crecimiento de la parte de axón proximal seccionada y la posterior reunión con la parte periférica, de forma que se produzca la regeneración del nervio. Puesto que la neurita debe recorrer distintas distancias en función de la localización de la sección del nervio –su tasa de crecimiento media diaria es de 0,5 a 3 mm– para llegar a reunirse de nuevo con la parte periférica, la recuperación funcional de una regeneración de este tipo puede llegar a durar más de un año.

      Las neuronas desarrollan sus capacidades “máximas” en su reciprocidad como sistema nervioso. Están unidas entre ellas en círculos funcionales por medio de sinapsis, puntos de conexión o de contacto que producen diferentes sustancias de transmisión (transmisores) con una función inhibidora o excitadora.

      La unidad morfológica más pequeña del sistema nervioso es denominada neurona. La unidad funcional más pequeña del sistema nervioso es el arco reflejo. El más simple está compuesto de una neurona aferente, que transporta los estímulos de la periferia corporal interna y externa hacia el sistema nervioso central (SNC), donde tiene lugar una transmisión de estímulos a través de las denominadas sinapsis hacia una neurona eferente, por ejemplo una neurona motora. De esta forma se consigue transportar el estímulo hacia el órgano efector, por ejemplo el músculo.

      La neuroglia o glia (glia, masilla) forma la sustancia de sostén conectiva del sistema nervioso central en la que encontramos situadas las células ganglionares y las fibras nerviosas. Está formada por diferentes formas de células con sus prolongaciones. De esta forma, las células estrelladas constituyen la porción principal en la sustancia blanca y gris del cerebro, mientras que las células de revestimiento constituyen las células gliales de los nervios periféricos.

      El conjunto de las diferentes células nerviosas (neuronas) forma el sistema nervioso central.

      El sistema nervioso central se divide en cerebro o encéfalo, diencéfalo, mesencéfalo, puente y cerebelo, médula espinal y su prolongación (ver fig. 38).

      Los procesos sensomotores que tienen lugar en el cerebro son los que dirigen la motricidad en el ser humano.

      Las estructuras anatómicas representadas en la figura 38 se corresponden con las siguientes funciones motoras:

      Médula espinal

      Además de la conducción de impulsos aferentes sensitivos y eferentes motores, la función principal de la médula espinal es la realización de patrones de movimientos y posturales simples.

      El cable conductor principal “cordón de la médula espinal” transporta algunos millones de fibras nerviosas cuyo diámetro es de tan sólo una milésima de milímetro (Woolridge, 1967, 34).

      Dentro de esta motricidad espinal, los reflejos propioceptivos (su principal representante es el reflejo de estiramiento muscular de los husos musculares) contribuyen decisivamente al mantenimiento de la posición erguida del cuerpo.

      Tronco cerebral

      Por razones funcionales se agrupan la prolongación de la médula espinal, el puente y el mesencéfalo en el llamado tronco cerebral.

      Los centros importantes del tronco cerebral son: la formación reticular, que se extiende desde la prolongación de la médula espinal hasta el mesencéfalo y forma una red difusa de neuronas, el núcleo rojo del mesencéfalo y el núcleo de Deiters de la prolongación de la médula espinal. Actuando conjuntamente consiguen mantener la motricidad de sostén adaptada a las necesidades de la motricidad intencional.

      Cerebelo y ganglios basales

      El cerebelo y los ganglios basales, formados principalmente por el núcleo estriado (núcleo del encéfalo) y el pálido (núcleo en el diencéfalo), son generadores especiales de funciones que clasifican los patrones de movimiento de la motricidad gruesa de los centros de asociación, temporal y espacialmente.

      El cerebelo es responsable de la programación de movimientos rápidos y discontinuos, mientras que los ganglios basales son responsables de los movimientos lentos y continuos (Kornhubern, 1970 y 1971, en Henatsch, 1976, 405).

      Cerebro

      El cerebro representa el 80% del total del encéfalo. Mediante el córtex motor, los centros de asociación y las áreas de motivación y de impulsos, el cerebro es extremadamente importante para la realización de los movimientos (órdenes), la preparación de diseños de programas y la regulación de los impulsos.