William Plata

Resistir a la violencia y construir desde la fe


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RIAÑO ALCALÁ Pilar y WILLS María Emma [coords.] Recordar y narrar. Herramientas para reconstruir memoria histórica. Bogotá: Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, 2009, p. 24.

      19 Ibíd, p. 24.

      20 Las historias de vida contribuyen a la tarea de reconstrucción de memoria histórica y, en particular, a la dignificación de la memoria de las víctimas. De manera que, la reconstrucción de la vida de una persona es un medio mediante el cual se conserva su memoria y se le rescata del silencio o de las versiones segmentadas sobre quiénes fueron, cómo eran, lo que hacían, lo que pensaban, lo que sufrieron. Las historias de vida o biografías sociales contribuyen específicamente a que las voces de las diferentes personas relacionadas con los hechos tengan una voz propia y puedan contar desde sus propias experiencias como sintieron o sienten el conflicto, como les afecta o les afecto y que mecanismos o estrategias individuales o colectivos desarrollaron en el transcurso de este: CASSIA DE GONÇALVES Rita y KLEBA LISBOA Teresa. Sobre o método da história oral em sua modalidade trajetórias de vida. Revista Katálysis, 2007, n.° 10, pp. 83-92.

      21 Las entrevistas a profundidad nos permiten conocer de forma más íntima, cercana y personal el punto de vista del entrevistado, su percepción particular frente a los hechos ocurridos y su participación individual en ellos. Las entrevistas y las preguntas se estructuran de manera que posibiliten un encuentro respetuoso y seguro de escucha de parte del entrevistador, que permita la narración histórica y ofrecer un testimonio vivo de parte del entrevistado. Las entrevistas de construcción de memoria histórica tienen como fin que las preguntas y actitud del entrevistador deben suscitar la evocación de recuerdos, la construcción de un relato detallado acerca de ciertos eventos en el pasado, en donde la víctima narre su historia de vida, de manera que el entrevistado pueda ser contextualizado. RIAÑO y WILLS. Op. Cit., p. 99.

      22 Los talleres de construcción de memoria son reuniones grupales en las cuales, siguiendo unas reglas y estrategias, la comunidad recuerda y reconstruye de forma colectiva aquellos hechos y acontecimientos que afectaron su vida, incluyendo los contextos en que se dieron y las lógicas de los actores armados. RIAÑO y WILLS. Op. Cit., p. 103. Entre los talleres utilizados en la investigación se encuentran las líneas de tiempo (los participantes elaboran una línea temporal señalando hechos, contextos y sentimientos) y los mapas de la memoria (los participantes elaboran un mapa de la zona, donde señalan los hechos que los afectaron y la relación entre estos y el espacio).

      Tras el fin de las hostilidades en 1903, que conllevó la separación de Panamá del territorio colombiano, Colombia vivió unos 30 años de relativa paz, lo que facilitó el inicio del proceso de industrialización del país y el avance de proyectos de modernización (inversiones en obras públicas, vías, auge de la economía cafetera, etc.). Este periodo coincide con la permanencia en el poder del Partido Conservador y una alianza con la Iglesia Católica, a la que se le otorgaron varios privilegios (tutelar la educación pública, encargarse de las misiones, no pagar impuestos, subsidios, etc.) a cambio de encargarse del aparato de beneficencia del Estado (hospitales, asilos, leprosorios, orfanatos y varios colegios) y de las tierras de misión.

      Mientras tanto, en el interior de la Iglesia católica se venían dando algunas transformaciones. Nuevas corrientes pastorales, que pronto desembocaron en el Concilio Vaticano II, llegaron a algunos sectores del clero que empezaron a cuestionarse sobre el statu quo y el rol que jugaba la Iglesia en su conservación. Conceptos como justicia, equidad, pobreza y cambio social circularon entre clérigos y laicos sin encontrar apoyo en la jerarquía eclesiástica, la cual buscaba simplemente acomodarse a la nueva situación y defender sus antiguos privilegios institucionales. Es en este contexto que varios sacerdotes sensibles preocupados por la situación social y política del país no vieron otra salida que la lucha armada como única vía para llegar el anhelado cambio. En una entrevista, en 1965, Camilo Torres Restrepo dijo: