Manuel Serrabona Mas

1001 ejercicios y juegos de calentamiento


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de la actividad enzimática. – Aumento del metabolismo muscular. – Aumento de la estimulación andrógena. – Mejora de los procesos neuromusculares. – Disminución del tiempo de reacción. – Disminución de la duración de las contracciones musculares. – Incremento de la ventilación.

      En referencia a la estructura de calentamiento planteada podemos observar los diversos efectos fisiológicos en cada fase:5

       FASE DE ACTIVACIÓN

      – Estimulación vascular

      (Aumento de la frecuencia cardiaca, aumento del volumen sanguíneo).

      – Aumento de la temperatura interna (38 °C-39 °C).

      – Incremento de la irrigación sanguínea.

      – Mayor actividad enzimática.

       FASE DE MOVILIDAD MÚSCULO-ARTICULAR

      – Mejora de la elasticidad.

      – Sensibilidad del huso muscular.

      – Aumento del líquido sinovial.

      – Disminución de la fricción muscular interna y de la viscosidad.

       FASE DE AJUSTE MEDIO -AMBIENTAL

      – Aumento de la tensión muscular, estimulación neuromuscular, coordinación específica.

      – Mayor excitabilidad del SNC.

      – Mayor velocidad de transmisión, de reacción y de contracción.

      – Mayor grado de percepción y de atención.

      – Aumento de la coordinación intermuscular.

      – Máxima eficacia a nivel metabólico y coordinativo.

       FASE DE PUESTA A PUNTO

      – Regulación del grado de activación.

      Cuando hemos hablado sobre los diferentes tipos de calentamiento hemos podido observar las divergencias existentes entre el calentamiento dinámico general, el calentamiento activo y el calentamiento pasivo. A nivel fisiológico existen claras diferencias entre los dos primeros y el último.

       Calentamiento dinámico general y calentamiento activo

      Las razones que hemos dado para este tipo de calentamiento incluyen los factores relacionados con el aumento de calor corporal para que disminuyan las posibilidades de lesion en el músculo, tendones y ligamentos. Otra razón añadida es que sin calentamiento aumentan las posibilidades de que el incremento repentino de flujo sanguíneo al músculo cardiaco pueda ser inadecuado durante los primeros segundos de una actividad física máxima (Lamb, D., 1978).

      Es incuestionable que las actividades de calentamiento que aumentan la temperatura corporal son beneficiosas a todos los niveles: preventivo, higiénico, rendimiento, etc.

       Calentamiento pasivo

      La idea del calentamiento pasivo se basa en la creencia de que la aplicación directa de calor o frío en la piel tiene efectos positivos en el organismo, ya que se pueden dar los efectos fisiológicos comentados sin la necesidad de producir ningún gasto energético; no obstante, en las investigaciones realizadas por Stanley, D.C. y otros (1994) no se revelaron diferencias significativas en cuanto a los cambios producidos a nivel ergogénico en el organismo ante la inmersión del cuerpo en agua caliente.

      El calentamiento pasivo produce un efecto periférico, con vasodilatación de los vasos sanguíneos cutáneos y, por consiguiente, una distribución sanguínea difusa y una disminución de la presión. Pero para que exista una adaptación del organismo es preciso que la distribución y la irrigación sanguínea en la musculatura se reparta en función de los músculos implicados en el esfuerzo.

      La aplicación del tipo de técnica utilizada en el calentamiento pasivo viene determinado por la actividad principal. Por ejemplo, un calentamiento pasivo realizado con ducha caliente puede desempeñar un papel complementario en las disci-plinas donde es importante la elasticidad y la flexibilidad (yoga, artes marciales, etc.). En cambio, puede llegar a ser un in-conveniente en las actividades donde se requiere de un alto grado de activación (halterofilia, rugby, etc.) puesto que la ducha provoca una disminución del tono muscular.

      El calentamiento pasivo, por tanto, no es más que un medio de ayuda para el calentamiento dinámico general y el calentamiento activo. Tal como muestran las investigaciones de Roth, Voss y Unverricht (1973) con el calentamiento activo se obtiene un aumento de la irrigación sanguínea, que es casi seis veces mayor, mientras que con las diferentes formas de masajes los efectos obtenidos son menores (Lamb, D., 1978; Weineck, J., 1988).

      Existe una interrelación importante entre el calentamiento y la motivación, es decir, la actitud psíquica del practicante con respecto a la sesión. La programación y puesta en práctica que hacemos del calentamiento facilita que el sujeto empiece la sesión con la suficiente motivación para alcanzar los objetivos planteados. El calentamiento sirve para introducir psicológicamente al sujeto en la actividad a realizar.

      En una situación preliminar a la actividad físicodeportiva, sobre todo dentro del ámbito de la competición, el calentamiento induce a un estado de alerta psíquica con un nivel de excitación óptima del sistema nervioso. Se puede decir que el período de preparación para el esfuerzo tiene una gran importancia para el mantenimiento del sujeto en un estado de atención óptima y vigilancia antes de un esfuerzo mayor (De Bruyn, P., 1990). Sin duda, el calentamiento se convierte en el paso inicial, y quizás el más importante desde un punto de vista psicológico, de la adaptación al medio, suponiendo una interiorización previa a la prueba que realizamos. El calentamiento lleva a un nivel de concentración que nos predispone a la actividad principal y nos inhibe de todos aquellos estímulos que influyen negativamente.

      El calentamiento, según Weineck, J. (1988), conduce a una mejora de la predisposición psíquica para el rendimiento. Este autor afirma que se puede esperar una mejora del rendimiento de la atención y de la percepción visual, así como una activación de las estructuras centrales, lo que provoca un aumento del estado de vigilia. Este aumento del estado de vigilia mejora la coordinación y la precisión de las acciones motrices. Por tanto, el calentamiento favorece el estado de excitación y de inhibición en función de la actividad posterior.

      La conclusión que podemos extraer es que el practicante puede tener dificultades para adaptarse a la actividad físico-deportiva sin un calentamiento previo. En este sentido, encontramos otra razón importante para afirmar que el calentamiento debe ser siempre específico con respecto a la actividad principal.

      Podemos diferenciar tres fases desde un punto de vista psicológico en el proceso de calentamiento:

      Se desarrolla antes de la fase de activación del proceso de calentamiento. Esta fase se realiza antes de empezar cualquier tipo de actividad física. Se inicia en el momento en que se produce el primer contacto del practicante con el contexto: compañeros, entrenador, ambiente, etc. En esta fase previa ya se prepara al organismo psicológicamente para afrontar las situaciones que se presentan con posterioridad. Por tanto, es importante para el practicante que se determinen los objetivos de la actividad de forma clara y precisa, a la vez que se ofrece un ambiente proclive a la consecución de los mismos.

      Esta fase puede observarse desde diferentes perspectivas en función del ámbito de actuación: entrenamiento (rendimiento o recreación), competición, clase de Educación Física o actividades en la naturaleza. Podemos establecer básicamente dos posibles niveles en el