Clive Witham

El libro de medicina oriental (Bicolor)


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culturas, lenguas y religiones implica que a veces durante un tratamiento empleamos varios idiomas y echamos mano de unas reservas casi inagotables de curiosidad y buena voluntad casi infantiles.

      El proyecto en sí tiene su origen en mis experiencias como joven trabajador de una ONG en Uganda a comienzos de los años 1990, y en la auténtica impotencia que sentía para tratar la enfermedad y la pobreza a gran escala con sólo un bloc de notas y unas vagas promesas.

      Aquí, como en cualquier otro lugar del mundo, la clave es la educación. La ignorancia es una nube que oscurece nuestra visión del mundo. La solución, tan sencilla, es arrojar luz a esta oscuridad siempre que se pueda. Estando bien informados, podemos tomar decisiones buenas para nosotros, y es menos probable que aceptemos a ciegas lo que nos dicen. Al fin y al cabo, hay más opciones que el tiovivo farmacéutico aparentemente sin fin (y a menudo muy caro) en el que nos vemos arrastrados al menor indicio de que estamos enfermos.

      En esta parte del mundo no hay muchos acupuntores. De hecho, que yo sepa, soy el único desde aquí hasta el desierto del Sahara. Y mucha gente simplemente no tiene los medios o la ocasión de visitar a un profesional de la medicina oriental con cierta periodicidad.

      Esta falta de acceso no debería ser una gran desventaja si uno usa el sentido común: los conocimientos que se han transmitido de generación en generación, casi intactos, durante miles de años; unos conocimientos que se basan en la práctica, en test y en perfeccionamientos, y que se han criado como un buen vino en una bodega polvorienta. Este manual sólo contiene una fracción de estos conocimientos.

      Esta obra no se ha concebido para sustituir una visita en persona a un doctor en medicina oriental para obtener un diagnóstico profesional y un tratamiento. En absoluto. El factor humano es una de las cosas que le faltan a la medicina moderna, y lo último que me propongo es eliminarlo del proceso. De hecho, a veces otra persona puede descubrir cosas sobre uno que son demasiado obvias para que uno mismo se dé cuenta de ellas. Así que, por favor, vaya a que le visite un profesional cualificado de la medicina oriental, pida un diagnóstico y siga las recomendaciones que le den. Use este libro como una ayuda para trabajar junto con su médico.

      Las técnicas y consejos que he incluido en esta obra son los que suelo dar a mis pacientes, y lo que les recomiendo hacer, además de continuar con sus visitas clínicas. Todos debemos procurar que nuestros cuerpos funcionen bien, y hay muchas maneras de hacerlo en casa, técnicas que nos evitan enfermedades o pérdidas de salud.

      A las personas que, por cualquier motivo, no tengan acceso a un profesional de la medicina oriental, esta obra les puede proporcionar información y herramientas valiosas que les ayudarán a restituir el equilibrio en su cuerpo. Mi objetivo con este libro es ayudar a recuperar el control de la salud. Quiero que comprendan que el destino de su salud no tiene que estar totalmente en manos de una industria médica de bata blanca y basada en las pastillas. Los conocimientos antiguos son tan válidos hoy como lo han sido siempre, y si se usan correctamente pueden transformar nuestras vidas. Al fin y al cabo, el verdadero conocimiento es poder, y en nuestra época, no vamos sobrados.

      ¡El pueblo al poder!

       Clive Witham, licenciado en Acupuntura

      images Cómo usar este libro

      Este libro no está pensado para sustituir a un profesional de la salud. La medicina oriental puede ser extremadamente compleja, y diagnosticar, todavía más. Sin embargo, con la precaución y la atención debidas, la información contenida en esta obra puede ofrecer una ayuda valiosa, ya que está ideada para prepararle, informándole acerca de cómo funciona el cuerpo y qué hay que hacer cuando algo va mal.

       Contenidos de la obra

      El libro está dividido en seis partes. La primera contiene una introducción sobre cómo funciona el cuerpo y analiza cómo enfermamos, según la teoría médica oriental. Además de procurar hacer más accesible y comprensible el mundo de la medicina oriental a las personas que no poseen unos conocimientos especializados, este apartado pretende que usted analice cómo vive y observe cómo lo que hace cotidianamente afecta su cuerpo.

      En la segunda parte se enumeran los indicios visibles de una mala salud, que son evidentes si se sabe dónde buscarlos, pero que en caso contrario pasan fácilmente inadvertidos. Estos indicios de mala salud tan sólo ofrecen una guía, y no deben ser usados de forma aislada. Hay que considerarlos junto con los desequilibrios o problemas de salud que se abordan más adelante en esta obra. Por ejemplo, tener la punta de la nariz azulada no implica sufrir un dolor intestinal, si no se da; o bien si en un examen de cerca usted observa que su piel está amarillenta, no significa automáticamente que tenga ictericia. Simplemente son pistas que deben añadirse a otras, y que juntas pueden señalar una causa.

      En la tercera parte se explican las técnicas que se pueden utilizar para tratar las afecciones que pueden causar enfermedades. Se han clasificado en seis categorías:

      DIETA. Una alimentación adecuada es una de las categorías principales del auto-tratamiento. Todos tenemos que comer, así que ¿por qué no tomar alimentos que previenen la mala salud en lugar de causarla?

      ACUPRESIÓN Y MASAJE. El contacto curativo, ya sea aplicado por usted mismo o por otra persona, posee una cualidad curativa especial. Saber qué lugares del cuerpo tocar, presionar y manipular permite centrar esta curación donde más se necesita.

      RASPADO. Una vez que deje a un lado la extrañez que suscita esta antigua técnica, comprobará que constituye un tratamiento preventivo sencillo y eficaz.

      TAPPING. Dar unos golpecitos suaves al cuerpo con unos bastoncillos de madera puede a veces ser mucho más rápido y requiere menos esfuerzo que manipular o dar un masaje a una zona, y también puede ser extremadamente efectivo.

      EJERCICIOS DE ESTIRAMIENTO. Junto con la dieta, estos ejercicios son esenciales para prevenir la mala salud. No requieren mucho tiempo, son muy repetitivos y los puede hacer casi todo el mundo.

      CONSEJOS SOBRE EL ESTILO DE VIDA. No es fácil cambiar los hábitos. En ocasiones son los propios hábitos los que perjudican la salud, y quizá sea el momento de terminar con ellos para siempre.

      No es preciso llevar a cabo todas estas terapias simultáneamente. Las he incluido todas para dar más opciones, ya que a veces una terapia puede ser inapropiada, o poco práctica. Una combinación de tres o cuatro de ellas, aplicadas regularmente, puede suponer una gran diferencia para restituir el equilibrio interior.

      La cuarta parte le ayudará a localizar los diversos puntos de acupresión sugeridos en el libro: en el cuerpo, las manos, pies y orejas. Algunos pueden ser difíciles de encontrar; la clave es seguir la descripción dada y hallar un punto que duela un poco al presionarlo. Puede que sea el punto exacto que se indica en el libro, o bien que se encuentre cerca de éste.

      En la quinta parte se presentan los desequilibrios más frecuentes que se dan en el cuerpo y se explica cómo tratarlos. Estos desequilibrios son independientes de cualquier enfermedad o dolencia; incluso las personas de aspecto sano y en forma pueden tener algún tipo de desequilibrio. Una de las claves para mantenerse fuerte y sano es asegurarse de que estos desequilibrios no llegan a ser extremos.

      En la sexta parte se presenta una relación de problemas de salud habituales, elegidos basándose en la frecuencia de aparición en pacientes de mi clínica. Por supuesto, podría haber incluido muchas otras dolencias. Si no lo he hecho, simplemente es porque no las observo tan a menudo.

      Es posible que las personas aprensivas, o hipocondríacas, lean la lista de síntomas y crean que los presentan todos. En realidad, la mayoría presentamos varios desequilibrios básicos, que se dan simultáneamente, y para modificarlos puede ser necesaria una combinación de varios tratamientos.

      Con frecuencia también constatamos síntomas que corresponden a distintas afecciones o enfermedades. En este caso, la manera de proceder es muy similar a como lo haría un acupunturista para diagnosticar a un paciente: decide qué síntomas son los principales