Karen Clippinger

Anatomía y cinesiología de la danza


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de insuficiencia activa de los isquiotibiales sirve para practicar extensiones de cadera con un uso mayor del músculo glúteo mayor.

      Al diseñar un ejercicio de estiramiento para un músculo dado, el método es diferente. La postura que se emplea en este caso es la opuesta a al menos una de las acciones principales del músculo, de modo que éste se elongue. Como se describió antes, 3 repeticiones de 30 segundos del estiramiento, aplicado con lentitud y una intensidad de baja a moderada, parecen ser eficaces para mejorar la flexibilidad. Este método de estiramiento, en que se mantiene una postura, se denomina estiramiento estático. Otro método eficaz, llamado contracción-relajación de FNP (facilitación neuromuscular propioceptiva), aplica una contracción de 5 a 10 segundos en el músculo deseado, seguida de inmediato por un estiramiento de 10 a 20 segundos, y esta secuencia se repite tres veces (Shrier y Gossal, 2000; Tanigawa, 1972; Tallin et al., 1985). Si bien se usan con frecuencia para practicar estiramientos fuera de clase, se emplean menos repeticiones de estos estiramientos y de duración más corta en las clases de danza para la mayoría de los grupos musculares, debido a otros aspectos de la programación como la fluidez de las clases, el mantenimiento de la temperatura elevada del cuerpo y la falta de tiempo por la necesidad de abordar muchos otros objetivos esenciales de la clase.

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      Con músculos biarticulares, la postura deseada para el estiramiento a menudo se consigue mediante la elongación del músculo en las dos articulaciones, al menos en cierto grado. Por ejemplo, cuando se estiran los isquiotibiales, un bailarín más flexible es probable que use una postura de flexión de cadera y extensión de rodilla que genere una intensidad eficaz de estiramiento, como se ve en la figura 2.23A. No obstante, este empleo combinado podría generar una intensidad demasiado grande durante el estiramiento o no permitir una postura adecuada del cuerpo en el caso de una persona menos flexible. En tales casos, la rodilla se puede flexionar ligeramente para adoptar una postura correcta y generar la intensidad adecuada del estiramiento en sedestación o en decúbito supino, como se aprecia en la figura 2.23B. La gravedad se puede utilizar de muchas formas durante el estiramiento de los músculos. No obstante, se emplearán con frecuencia posturas en que la gravedad tienda a aproximar el segmento proximal o el distal de forma que aumente la intensidad del estiramiento. En el estiramiento de isquiotibiales en sedestación de la figura 2.23A, la gravedad tiende a acercar el tronco (segmento proximal) hacia el muslo para aumentar la flexión coxofemoral y la intensidad del estiramiento. En el estiramiento de isquiotibiales en decúbito supino que aparece en la figura 2.23B, la gravedad tiende a aproximar el muslo (segmento distal) hacia el tronco para aumentar la flexión coxofemoral y la intensidad del estiramiento. En el estiramiento avanzado de isquiotibiales en monopedestación que aparece en la figura 2.23C (practicado con el pie de la pierna levantada apoyado en una pared), la gravedad potenciará el estiramiento (flexión coxofemoral) cuando el tronco se incline hacia delante. No obstante, a medida que la flexibilidad mejore y la bailarina se acerque a la pared, la gravedad desempeñará un papel cada vez menor y los brazos se utilizarán para impulsar el torso más hacia delante.

      Cuando se piensa en los ejercicios apropiados para la prevención de lesiones y el tratamiento, es esencial conocer la mecánica subyacente y los principios que se asocian con una lesión dada. Por ejemplo, tal y como se expondrá en el capítulo 5, se cree que el desplazamiento (trayectoria) erróneo de la rótula está detrás de ciertas lesiones de este hueso. El músculo cuádriceps femoral, específicamente el músculo vasto medial, es vital para corregir la trayectoria de la rótula y por eso se recomienda el fortalecimiento específico del cuádriceps femoral como ejercicio para la prevención de estos problemas. La adición de secciones sobre lesiones en los capítulos 3 a 7 no sugiere que los lectores que no sean profesionales sanitarios diagnostiquen y traten sus propias lesiones, o las de sus estudiantes/asociados. El diagnóstico y tratamiento de lesiones corresponde sólo a profesionales médicos cualificados. La intención de estas secciones ha sido elucidar algunas de las relaciones que teóricamente se han establecido entre las lesiones y la anatomía y mecánica expuestas en el capítulo correspondiente, de modo que los bailarines puedan prevenir con más eficacia las lesiones y conozcan más a fondo por qué se recomiendan ciertos ejercicios en los programas de rehabilitación con prescripción médica.

      El músculo esquelético genera los movimientos de las articulaciones. El músculo esquelético contiene componentes elásticos y contráctiles. Los componentes elásticos desempeñan un papel importante en el estiramiento del músculo y en la contribución pasiva a la fuerza muscular. Los componentes contráctiles son los elementos activos del músculo. Según la teoría de los filamentos deslizantes, el acoplamiento de pequeños filamentos en el músculo genera tensión o contracción del músculo. Los músculos esqueléticos se insertan en los huesos mediante tendones o aponeurosis, y por eso la contracción de los músculos se traduce en movimientos rotatorios de las articulaciones. Dependiendo del equilibrio entre el torque relacionado con el esfuerzo muscular y el torque relacionado con la resistencia en una articulación dada, las contracciones musculares son dinámicas (concéntricas o excéntricas) o estáticas (isométricas). Estos tipos diferentes de contracciones musculares permiten a los músculos desempeñar funciones tan variadas como las de motores principales, antagonistas, sinergistas y estabilizadores.

      Los músculos individuales varían en su porcentaje relativo de fibras de contracción lenta y rápida, en su área transversal y en la disposición fusiforme o penniforme de las fibras, según las demandas funcionales en producción de fuerza, velocidad/movilidad o control postural. Al estudiar los músculos individuales es útil tener presente el significado de la raíz latina o griega de sus nombres y localizaciones. La localización de las inserciones proximales y distales de un músculo establece una «línea de tracción», y a partir de la relación de esta línea con el eje de la articulación, se pueden deducir las posibles acciones de un músculo. El conocimiento de las acciones de los músculos también se emplea para analizar los movimientos y predecir los músculos que intervendrán como agonistas en un movimiento dado. Para ser precisos, este análisis debe tener en cuenta el papel de la gravedad y los tipos de contracciones musculares que se producen en las distintas fases del movimiento. Conocer las acciones musculares también sirve para el diseño eficaz de ejercicios de flexibilidad y de fuerza, y para conocer mejor por qué ciertos ejercicios son valiosos para prevenir y tratar lesiones habituales en la danza.

      1. Cita las cuatro propiedades del músculo esquelético y explica su importancia práctica en la danza.

      2. Haz un diagrama sobre el mecanismo contráctil de un miocito, y etiqueta y define las siguientes estructuras: banda A, banda I, zona H, línea Z, actina, miosina y sarcómera.

      3. Describe la teoría de los filamentos deslizantes y su relación con las contracciones musculares concéntricas, excéntricas e isométricas.

      4. Estudia una pirueta y describe el momento en que los músculos de la pantorrilla (gastrocnemio y sóleo) trabajan concéntrica, isométrica y excéntricamente.

      5. ¿Qué diferencia habría que esperar en los tipos de fibras musculares de un maratoniano de clase mundial y de un saltador de altura?

      6. Si el BE de un músculo mide 3,8 centímetros y el BR mide 38 centímetros, ¿cuál será la ventaja mecánica? ¿Cuál es la importancia de esta ventaja mecánica respecto a la fuerza muscular necesaria para generar movimiento contra una resistencia?

      7.