Karen Clippinger

Anatomía y cinesiología de la danza


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      DEMOSTRACIÓN DE CONCEPTOS 2.5

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       Insuficiencia pasiva

      • Establecimiento de la insuficiencia pasiva. Crea una insuficiencia pasiva de los músculos isquiotibiales adoptando una postura opuesta a las acciones que generan estos músculos (p. ej., flexión coxofemoral y extensión de rodilla) o túmbate boca arriba y usa los brazos para llevar una pierna hacia el hombro manteniendo la rodilla extendida hasta sentir un estiramiento leve en el dorso de la pierna (véase la figura 2.23B en la página 67). Fíjate en este punto final.

      • Adición de flexión de rodilla. A continuación, flexiona ligeramente la rodilla y fíjate en que ahora la pierna se puede elevar más.

      –¿Por qué se puede levantar más la pierna con la rodilla flexionada?

       • Aplicación a otros movimientos de danza.

      –Reparando en el grado de movilidad pasiva que muestra el cuerpo con la rodilla extendida, ¿cómo afecta esto tu capacidad para practicar battements en avant o grand jetés?

      –Si un bailarín flexiona la cadera menos de 90° debido a una insuficiencia pasiva, ¿cómo influye esto en su capacidad para estirar los isquiotibiales sentado con las piernas extendidas hacia delante o en segunda posición?

       Paradoja de Lombard

      Otro aspecto especial de los músculos biarticulares interviene cuando el movimiento requerido en una articulación es en la dirección opuesta a la generada por ese músculo. Este fenómeno se denomina paradoja de Lombard (Rasch, 1989). El ejemplo clásico de la paradoja de Lombard es la cocontracción de los isquiotibiales y del cuádriceps femoral, como al alzarse tras un plié o al levantarse de una silla. Los isquiotibiales producen la acción deseada de extensión de cadera, pero también otra no deseada de flexión de rodilla. Por otra parte, el músculo recto femoral genera la acción deseada de extender la rodilla, y la no deseada de flexión de cadera. Entonces, ¿cómo se produce la acción deseada de extensión de cadera y extensión de rodilla mediante su cocontracción? Se podría pensar que, si se usan a la vez, neutralizarán sus acciones y no se producirá movimiento alguno. Sin embargo, éste no es el caso. La explicación de esta paradoja aparente es que los músculos multiarticulares a menudo tienen un efecto más pronunciado, por gozar de un mayor brazo de palanca y generar más torque, en una de las articulaciones que cruzan, como se muestra en la figura 2.18. En el caso de los isquiotibiales, presentan un brazo de palanca más largo y por eso generan más torque en la cadera que en la rodilla, predominando así su acción de extensión de la cadera. Por el contrario, el músculo recto femoral tiene un brazo de palanca más largo y genera más torque en la rodilla que en la cadera, predominando así su acción de extensión de la rodilla. Por tanto, su cocontracción genera el movimiento deseado en vez de otros no deseados o ausencia de movimiento. Por eso un músculo biarticular se puede utilizar de modo que su acción principal coincida con la acción deseada en una articulación, mientras otro músculo trabaja de forma sinergista para vencer el movimiento no deseado y generar la acción deseada en la segunda articulación.

      Ahora que se han expuesto algunos principios clave sobre la función de los músculos, el siguiente paso para entender los movimientos consiste en aprender los nombres, localización y acciones de músculos específicos. Hay aproximadamente 434 músculos en el cuerpo humano, siendo unos 75 pares los responsables de los movimientos del cuerpo y la postura (Hall, 1999). En las figuras 2.19 y 2.20 aparece una revisión de los principales músculos y una o dos de las acciones más importantes y conocidas de estos músculos principales. Estos y otros músculos aparecen más adelante y con más detalle al tratar regiones específicas, con un dibujo, una descripción de sus inserciones y una explicación más detallada de sus acciones en los capítulos 3 a 7. El capítulo 8 presenta figuras más completas y tablas de resumen de los músculos principales, útiles para el análisis de los movimientos. Aunque el proceso de aprendizaje de los músculos pueda parecer insuperable a los que se inicien en la anatomía, resultará más fácil si se aplica la lógica y no sólo la memorización. El siguiente es un método recomendado para aprender los músculos individuales.

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      1. Las raíces latinas y griegas aportan información. Fíjate en que muchas palabras usadas en anatomía, incluidos los nombres de los músculos, tienen raíces latinas o griegas. Cuando se estudian músculos específicos, a menudo es útil conocer el significado de estas raíces. El significado de las raíces escogidas aparece en la tabla 2.4 y está incluida en los capítulos 3 a 7 para los músculos clave. Si se entiende el significado de estas raíces, el nombre del músculo a menudo aportará información útil sobre sus características.

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      Las raíces latinas y griegas proporcionan la siguiente información sobre un músculo:

      · Su acción: aductor largo (que mueve hacia la línea media), elevador de la escápula (que levanta).

      · La dirección de las fibras: recto del abdomen, oblicuo interno del abdomen.

      · La localización: tríceps braquial (braquial = referido al brazo), pectoral mayor (pectoris = pecho).

      · Número de divisiones/inserciones proximales (cabezas): cuádriceps femoral (quadriceps = que tiene cuatro cabezas), tríceps braquial (triceps = que tiene tres cabezas), bíceps braquial (biceps = que tiene dos cabezas).

      · La forma: deltoides (delta = con la forma de esta letra, triangular).

      · El tamaño/tamaño relativo: glúteo mayor, aductor corto.

      2. Aprende el nombre y localización del músculo. A la vez que retienes el significado de las raíces útiles de las palabras, aprende el nombre y localización de un músculo específico.

      3. Deduce la línea de tracción del músculo y sus acciones. Una vez conocida la localización e inserciones aproximadas del músculo, deduce su línea de tracción. Fíjate en que la línea de tracción se traza respecto al eje de la articulación con el fin de determinar el tipo de movimiento que produce en ella cuando el músculo se acorta (p. ej., contracción concéntrica). Intenta desentrañar la lógica, en vez de memorizar sólo las acciones. Por ejemplo, en muchos casos, los músculos de localización anterior