Karen Clippinger

Anatomía y cinesiología de la danza


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genera el movimiento, y son los músculos flexores del codo los que trabajan excéntricamente para controlarla. Si los flexores del codo no se activaran, la gravedad haría que el peso descendiera demasiado rápido, con el riesgo potencial de causar una lesión articular. En este caso, el torque de la resistencia es mayor que el de los músculos. Es importante reparar en que, aunque se produzca la extensión del codo (por efecto de la gravedad), son los flexores del codo y no los extensores los que se usan para controlar esta extensión. Por tanto, el mismo grupo muscular trabaja durante las fases ascendente y descendente, sólo con una contracción concéntrica y excéntrica, respectivamente. Las contracciones excéntricas se suelen usar en la fase descendente de los movimientos de danza, como en el descenso de un plié, en la recepción de un salto o al bajar hacia los costados los brazos que estaban por encima de la cabeza.

      ÓRDENES EN LA DANZA 2.1

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       «Levanta las rodillas»

      Aunque algunas escuelas prefieren una postura más relajada, otras escuelas de danza animan a los bailarines a «levantar las rodillas» sobre la pierna de apoyo durante el trabajo en la barra o en el suelo en el centro de la sala. Esta indicación se ejercita mejor animando a los estudiantes a no dejar que los músculos del muslo se «relajen», ni que las rótulas queden «sueltas», ni que la rodilla de apoyo se doble u «oscile». esde una perspectiva anatómica, tensar el músculo cuádriceps femoral puede ejercer tracción sobre la rótula hacia arriba, crear la tensión deseada en el muslo, ofrecer estabilidad articular (gran componente paralelo estabilizador) y prevenir que la rodilla se doble. Aunque no se recomienda en muchas clases de danza una contracción máxima por razones estéticas, con el fin de evitar el hiperdesarrollo de los muslos, para lograr la eficacia de movimientos deseada, una ligera contracción del cuádriceps ayuda a estabilizar la rodilla de la pierna de apoyo y prepara los músculos para los ligeros y rápidos ajustes necesarios mientras se mueve la pierna que realiza el gesto. La tensión de los músculos alrededor de una articulación mejora la sensibilidad al estiramiento de algunos receptores musculares, y potencia mucho la propiocepción en esa articulación (Irrgang y Neri, 2000). También corrige la tendencia de algunos bailarines a depender demasiado de elementos pasivos de sustentación, como los ligamentos, para la estabilidad.

      No obstante, algunos bailarines tienden a adoptar una postura en hiperextensión de la rodilla al contraer el cuádriceps. En estos casos, suele ser útil pedir en voz alta que «relaje un poco la tracción sobre la rótula» o que «tense suavemente tanto la cara anterior como posterior de las rodillas». En este último caso, se busca generar una ligera cocontracción del cuádriceps y los isquiotibiales para lograr una estabilidad equilibrada, a la vez que los isquiotibiales (flexores de la rodilla) quedan preparados para impedir una posible hiperextensión de la rodilla, que a veces se asocia con una contracción excesiva del músculo cuádriceps femoral. Algunos ejemplos de registro electromiográfico del cuádriceps femoral, los isquiotibiales y los aductores de ciertos bailarines –que aparecen más adelante en este capítulo– demuestran la existencia de diferencias individuales en la activación muscular asociada con la «preparación» de pie en en dehors (véase Pruebas y mediciones 2.1, pág. 64).

       Contracción muscular estática (isométrica)

      Una contracción estática o isométrica (G. iso, igual, + metron, medida) significa grosso modo «de igual longitud» y comprende una contracción parcial o completa de un músculo sin que se aprecie ningún movimiento articular visible. En las sarcómeras, hay un ligero desplazamiento inicial de la actina hacia el centro de la sarcómera hasta que se llega al límite de la movilidad del complejo musculotendinoso en conjunto, instante en que se produce la formación cíclica de puentes cruzados en los mismos puntos. Por tanto, aunque el músculo implicado genere tensión activa, el torque generado por el músculo se contrarresta en igual medida por el torque de la resistencia, por lo que no se produce ningún movimiento neto.

      La resistencia puede proceder de fuerzas internas generadas por la contracción de músculos con acciones opuestas o de una fuerza externa como otra persona, un peso o la gravedad. Por ejemplo, una contracción isométrica de los músculos flexores del codo sería operativa cuando se sostiene una mancuerna en un ángulo dado y no se permite que se modifique ese ángulo (tabla 2.3B).

      Las contracciones isométricas también se usan posturalmente para mantener la posición de partes del cuerpo o de éste en conjunto. Por ejemplo, en ortostatismo, el músculo sóleo se suele contraer isométricamente para impedir que el cuerpo se precipite hacia delante.

      DEMOSTRACIÓN DE CONCEPTOS 2.3

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       Contracciones musculares concéntricas, excéntricas e isométricas

      Practica con mucha lentitud un développé en avant.

      • Análisis del tipo de contracción. Analiza si se usa una contracción isométrica, concéntrica o excéntrica de los músculos flexores de la cadera en las siguientes fases del movimiento:

      –Fase ascendente

      –Fase de mantenimiento

      –Fase descendente

      • Influencia del tempo. Practica el mismo movimiento con más rapidez y determina los cambios que se producen en la acción de los músculos, en especial durante la fase descendente.

      ÓRDENES EN LA DANZA 2.2

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       «Relajación y recuperación del peso»

      Algunos estilos y coreografías potencian que los bailarines «se dejen caer» o «relajen el peso» de su cuerpo para a continuación «alzarse» o «recuperar» el peso y crear una pausa o cambio en la dirección del movimiento. Cuando el centro de masas de un segmento corporal, como la cabeza, un brazo o el torso, se desequilibra, como al desplazar el segmento hacia delante, la gravedad tiende a provocar su caída hacia el suelo. En la danza, este dilema se resuelve de muchas formas. Una es usar los músculos que contrarrestan excéntricamente la acción de la gravedad de forma constante y controlada, de modo que el movimiento pueda detenerse en cualquier momento. Otra forma consiste en dejar momentáneamente que los segmentos corporales «se sometan» al influjo de la gravedad, para usar a continuación y con rapidez los músculos que se oponen excéntricamente a la gravedad para desacelerar los segmentos de acuerdo con el curso deseado del movimiento. Aunque la apariencia y percepción de los movimientos sean muy distintas, es importante darse cuenta de que los músculos necesitan modular el movimiento y oponerse a la gravedad. Por tanto, hay que tener cuidado y evitar dar órdenes que sugieran que los músculos no se usan, o que el movimiento puede proceder sólo de los huesos. Si no usáramos los músculos, nos derrumbaríamos en el suelo y no seríamos capaces de incorporarnos.

      En la danza, las contracciones isométricas desempeñan un papel vital en la prevención de compensaciones indeseables del cuerpo, así como en el mantenimiento de las posturas deseadas del cuerpo y sus segmentos. Por ejemplo, cuando el bailarín trabaja en la barra, las contracciones isométricas se utilizan para mantener las posturas deseadas de la pierna de apoyo, el torso y el brazo sobre la barra.

      Gran parte de este capítulo se ha centrado en los principios aplicados a un solo músculo; sin embargo, en la mayoría de los movimientos funcionales se produce una contribución orquestada de muchos músculos y articulaciones. Para entender estos movimientos corporales, hay que tener en cuenta elementos adicionales importantes, como el ciclo de estiramiento-acortamiento,