Karen Clippinger

Anatomía y cinesiología de la danza


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tradición de Platzer (1978) y Kreighbaum y Barthels (1996). Animo a los lectores a que inicien el aprendizaje de las acciones de los músculos de este modo en vez de memorizándolas con el fin de facilitar el aprendizaje, dotar de un medio de autoexamen y favorecer la retención de los datos. Si sólo se aprende la localización y línea de tracción de un músculo, las acciones son fáciles de imaginar aplicando la lógica, o bien se pueden evaluar acciones conjeturadas. Para facilitar este proceso, en los capítulos 3 a 7 aparecen figuras de resumen donde se muestran las líneas aproximadas de tracción de los principales músculos y sus respectivas articulaciones.

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      Bailarina: Merett Millar, del Sacramento Ballet.

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      Cuando se aplique el análisis de la línea de tracción a un movimiento específico, en vez de a un músculo concreto, la flecha de dos puntas se reemplaza por otra con una sola punta. La dirección de esta flecha refleja la tracción del músculo sobre el segmento corporal que se mueve en un momento dado.

      También es importante darse cuenta de que la línea de tracción de un músculo puede cambiar su relación con el eje de rotación de una articulación dada en distintas amplitudes de movimiento, causando que el músculo cambie su acción. Por ejemplo, la porción superior (clavicular) del pectoral mayor actúa como aductora del hombro cuando el brazo está abajo, como se aprecia en la figura 2.9B; pero, cuando el brazo se lleva arriba por encima de la altura del hombro (90° de abducción del hombro), la línea de tracción se desplaza por encima del eje de rotación del hombro, y la porción clavicular del pectoral mayor se convierte en abductora del hombro, como se ve en la figura 2.9C. En danza, el mismo cambio en la línea de tracción ocurre cuando se elevan los brazos a la quinta posición, y el bailarín puede palpar la contracción del músculo pectoral mayor en los grados finales de amplitud del movimiento.

      Cuando se aplica fuerza sobre un sistema que no ofrece oposición alguna en ningún punto, el movimiento se produce en línea recta; es decir, es un movimiento lineal. Sin embargo, como se ha dicho con anterioridad, en el cuerpo humano los huesos están sujetos en las articulaciones, y por tanto, cuando un músculo se contrae, sus inserciones generan la rotación del hueso o de segmentos corporales asociados sobre su eje o ejes articulares. Esta forma de movimiento se llama movimiento angular, y se da en todo tipo de articulaciones sinoviales (diartrosis), excepto en las anfiartrosis. Conocer el movimiento angular y las palancas es importante para asumir lo cambiante que resulta la configuración del cuerpo, pues pasar de tener la rodilla flexionada a extendida influye profundamente en las fuerzas necesarias para ejecutar un movimiento.

      Es más fácil comprender el movimiento angular si nos fijamos en la forma de trabajar de una palanca. En resumidas cuentas, una palanca es una barra rígida que se mueve sobre un punto fijo llamado eje, pivote o fulcro. En el cuerpo humano, los huesos actúan de palancas, y la articulación interpuesta sirve de eje (A). Los músculos se insertan en las palancas o huesos y, cuando se contraen, suelen generar movimientos angulares sobre el eje fijo o relativamente fijo de la articulación (en realidad, el eje de las articulaciones tiende a desplazarse ligeramente según los distintos grados de amplitud). Esta tendencia de los músculos a generar rotación en una dirección, llamada esfuerzo (E), se contrarresta con la tendencia de la resistencia (R) a producir una rotación en la dirección opuesta. El componente –esfuerzo, eje o resistencia– situado entre los otros dos determina a cuál de los tres tipos pertenece una palanca, como se muestra en la figura 2.10. Es más sencillo recordar las diferencias entre palancas si se recuerda que las letras de los componentes centrales medios forman la palabra «ARE» (axis-resistance-effort) cuando se pasa de las palancas de primera a tercera clase. Por tanto, en una palanca de primera clase, el eje se halla en el medio, y el esfuerzo y la resistencia se encuentran en los lados opuestos de este eje. Esta disposición sirve para mantener el equilibrio, o para generar una fuerza eficaz o alcanzar gran movilidad, dependiendo de las distancias relativas desde el esfuerzo y la resistencia al eje. Los balancines, las tijeras y las palancas de pie de cabra funcionan como palancas de primera clase. En el cuerpo, la articulación atlantooccipital (A) actúa como palanca de primera clase, donde el peso de la cabeza (R) se equilibra con la fuerza de los músculos extensores de la cabeza/cuello (E).

      DEMOSTRACIÓN DE CONCEPTOS 2.1

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       Distintas acciones del músculo pectoral mayor

      Las distintas funciones de las porciones clavicular y esternal del músculo pectoral mayor se muestran en el siguiente ejercicio.

      • Flexión y extensión de los hombros. Siéntate con las manos entrelazadas a la altura del hombro con ambos codos extendidos. Tira al mismo tiempo del brazo derecho hacia abajo (extensión del hombro) y del brazo izquierdo hacia arriba (flexión del hombro) de modo que no haya un movimiento neto de los hombros. Fíjate en la porción esternal del pectoral mayor, que se contrae en el lado derecho del pecho, y en la porción clavicular del mismo músculo, que se contrae en el lado izquierdo del pecho.

      • Aducción horizontal de los hombros. Ejerce presión con ambas manos y brazos uno contra otro de modo que no haya movimiento neto en los hombros (aducción horizontal isométrica). Fíjate en la contracción de las porciones clavicular y esternal del pectoral mayor a ambos lados del pecho.

      En una palanca de segunda clase, la resistencia se encuentra entre el eje y el esfuerzo, haciendo que la distancia entre el esfuerzo y el eje siempre sea mayor que la distancia entre el eje y la resistencia. Esta disposición multiplica la eficacia del esfuerzo, refiriéndose a la aplicación de menos fuerza para vencer una resistencia dada. La carretilla, el cascanueces y la llave para apretar y aflojar tuercas funcionan como palancas de segunda clase. Probablemente este tipo de palanca no exista en estado puro en el cuerpo humano, si bien hay casos en los movimientos en cadena cinética cerrada en que el músculo actúa sobre el segmento proximal mientras el segmento distal (p. ej., el pie o la mano) está fijo, de modo que la porción distal del cuerpo actúa como una palanca de tercera clase. Por ejemplo, en un relevé, la bailarina se pone de puntillas (articulaciones metatarsofalángicas) (A), y el peso del cuerpo (R) es superado por la contracción de los músculos de la pantorrilla (E).

      En una palanca de tercera clase, el esfuerzo se halla entre la resistencia y el eje, siendo mayor la distancia entre la resistencia y el eje que la distancia entre el eje y el esfuerzo. Esta disposición favorece la amplitud del movimiento y la velocidad a expensas de la eficacia de la fuerza. Las pinzas y muchos implementos deportivos (bates, raquetas, palas) se utilizan como palancas de tercera clase. La mayoría de los músculos del cuerpo humano, cuando actúan en movimientos en cadena cinética abierta, funcionan como palancas de tercera clase. Un ejemplo es el músculo deltoides (E), que produce abducción del brazo (R) en la articulación glenohumeral (A).

       Torque (momento de una fuerza)

      Vamos a exponer este concepto con más detalle: la capacidad o eficacia de una fuerza para generar rotación se denomina torque (L. torque, torsión) o momento de fuerza. El grado de torque que actúa para hacer rotar un sistema dado se calcula multiplicando