Manuel Santos

Fotografía infantil


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      Los reflectores son superficies que reflejan la luz para poder dirigir las fuentes de luz ya existentes hacia otras zonas. Su uso más común es para reenviar algo de luz hacia las sombras de la cara del niño, de forma que no queden excesivamente oscuras en comparación con las zonas más iluminadas. Habitualmente los reflectores para fotografía son de color blanco, plata o dorado. Los metalizados reflejan la luz de forma más direccional, de forma parecida a como actúan los espejos; por lo que deberá tener cuidado y colocarlos a cierta distancia si no desea un efecto excesivamente intenso. Sin embargo, los reflectores blancos difunden la luz que reciben, configurando una iluminación suave desde el lado en que se coloquen.

      Existen varias marcas fabricantes –Lastolite, Polaroid, Neewer– de reflectores circulares o rectangulares en tejidos ligeros y que permiten ser plegados fácilmente para ocupar un espacio mínimo. Elija reflectores no demasiado grandes, pues son bastante incómodos y dado que la mayoría de los niños que retratará medirán por debajo de 1,50 metros, resulta más que suficiente uno rectangular de 90 x 120 cm. Adquiera también un pie y una rótula con pinza u otro dispositivo para poder sostener cómodamente el reflector. Si lo usa en exteriores, tenga cuidado con el viento dado que el reflector actuará como una vela de barco y puede ser arrastrado al suelo. Tome la precaución de llevar algún saquito para llenarlo de arena o piedras, situarlo en la parte inferior del pie y evitar su “vuelo”.

      TRUCO

      image REFLECTORES IMPROVISADOS

      Si no dispone de un reflector profesional busque otros materiales alternativos en su hogar. A veces un simple periódico abierto colocado en el lado opuesto a la fuente de luz es suficiente para rellenar las sombras de su bebé y mejorar notablemente su fotografía. También analice la habitación buscando posibles reflectores ya presentes, por ejemplo: si su salón dispone de un sofá de colores blanco o crema, puede situar al bebé sobre el sofá de manera que un lado de su cara reciba la luz directa desde la ventana y el otro lado reciba la luz reflejada por los cojines del respaldo del sofá.

      También le recomendamos que adquiera un par de cartulinas blancas, que puede disponer, por ejemplo, sobre una mesa delante del niño para reflejar la luz desde abajo si lo fotografía cuando el Sol está ya demasiado alto, para evitar unas sombras excesivamente oscuras debajo del cuello y los ojos.

      Si quiere un efecto de relleno más notable, seguro que en su cocina puede encontrar un trozo de papel de aluminio y pegarlo con cinta adhesiva a un cartón si desea un reflector metalizado, o también fijarlo con chinchetas a una pared para completar la iluminación de su retrato desde el otro lado.

      También puede usar una pared cercana de color claro para rebotar su flash y simular una luz de ventana lateral. Verifique que el color de la pared sea blanco o un tono muy suave para que no produzca dominantes de color. Asegúrese de que toda la luz de su flash se dirige hacia la pared y no hay ningún accesorio que la envíe directamente al modelo. Con esta iluminación se consigue una atractiva luz suave y con sombras de contornos poco definidos. Procure rellenar un poco desde el otro lado, por ejemplo si su flash lo rebota en una pared a la derecha del sujeto, coloque un reflector improvisado a la izquierda para que las sombras no sean excesivamente densas.

      Paraguas

      Es un accesorio muy usado, sobre todo fuera del estudio, porque es ligero y muy útil para suavizar la luz de fuentes luminosas puntuales como el flash portátil. También son interesantes por su reducido coste para las madres o padres aficionadas que desean configurar su pequeño kit de iluminación.

      En los paraguas reflectores el flash se rebota sobre ellos de forma que el cono de luz se amplia y se suaviza y resulta menos dura. En los paraguas difusores, la luz del flash pasa a través de la tela del paraguas resultando más difusa que provoca sombras con bordes más suaves. Existen paraguas que pueden configurarse para ser usados tanto como reflectores o como difusores.

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      A Alba Soler le fascinaba este pequeño rincón de un jardín pero la luz solar empezaba a escasear, de modo que decidió usar un paraguas de gran tamaño para recrear una luz suave de un día nublado. Para ello situó el paraguas reflector XL a la derecha y un poco por detrás de la posición de la niña, al objeto de que las sombras generadas dieran volumen al rostro y a sus piernas.

      Canon 5D Mark III, Sigma 50 mm f/1,4, ISO 500, f/3,5, 1/200 s.

      Los paraguas logran expandir mucho el pequeño cono de luz de un flash portátil permitiendo que ilumine un área extensa de manera más uniforme. Por ello son también muy apropiados para fotografiar grupos en interiores, por ejemplo los padres jugando con sus hijos. Le mostraremos en el capítulo 4 cómo iluminar en las casas de sus clientes con uno o dos flashes con paraguas. Los paraguas de gran tamaño, también denominados XL, tienen diámetros superiores a 100 cm y consiguen iluminaciones muy naturales en escenarios fuera del estudio donde escasee la luz.

      Ventanas

      Manuel González y Pepa Valero prefieren la luz de ventanas a la que se consigue con paraguas porque, sobre todo los pequeños, tienden a tener una fuerte variación de intensidad entre la zona central de la luz y los extremos, mientras que las ventanas logran una distribución más homogénea con intensidades más similares en esos puntos. En el caso de Manuel considera también que el reflejo de ojos es muy importante y prefiere un reflejo de ojos rectangular como el de una ventana que el octogonal o redondo de los paraguas; pues dependiendo que cómo situemos el ángulo de iluminación los reflejos redondos u octogonales se nos pueden meter en la pupila o incluso perderse, cosa que le molesta bastante. En las fotografías adjuntas puede observar una muestra de ambos reflejos en las cuales se aprecia perfectamente lo que Manuel nos cuenta.

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      Detalle de retrato hecho con Softbox Octogonal (izquierda) Retrato con Softbox Rectangular (derecha). Fotografías: Manuel González.

      Los accesorios de iluminación con forma de ventanas permiten transformar la luz puntual de su flash o bombilla en una luz similar a la ofrecida por una ventana con luz de día. Lo consiguen mediante un interior de material reflectante donde rebota parte de la luz del flash y una pantalla difusora que suaviza la luz transmitida, de manera que obtiene una luz más suave y con una distribución más uniforme que la proporcionada por un paraguas difusor. Además, las ventanas están completamente cerradas excepto en el lado frontal y no permiten que la luz salga por los lados, evitando así que pueda entrar luz directamente en el objetivo o que se proyecte accidentalmente sobre una zona de la escena no deseada, como sí puede suceder con los paraguas.

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      Pepa Valero usó una ventana de tamaño mediano situada en un lateral, aproximadamente a un metro a la izquierda de la niña para que la luz fuera suave en su rostro pero ofreciera sombras suficientes para moldear su volumen, así como los pliegues de la falda. Pequeños detalles, como las hojas secas de otoño, pueden introducir elementos discordantes que intrigan al espectador. ¿Dónde se encuentra la niña? Únicamente con esos elementos de atrezo Pepa Valero convierte su estudio en una casa abandonada, donde la preadolescente se refugia. Observe el cuidadoso ajuste del color en la postproducción digital, la imagen se articula en torno a dos gamas de colores poco saturados: azules muy grisáceos y fríos que contrastan con los tonos dorados y pardos de la piel, las hojas y los muebles. En los capítulos 9 y 10 se explican técnicas sencillas y rápidas para lograr estas atractivas armonías de colores.

      Nikon D800, Nikkor 50 mm f/1,4, ISO 800, f/1,4, 1/160 s.

      Para fotografía de niños se usan frecuentemente ventanas