con nuestra metáfora con el agua y la luz, hemos de decir que variar la sensibilidad del sensor equivale a hacer trampa y rellenar el recipiente con piedras. De esta forma es necesario aportar menos agua, lo que nos permite utilizar una manguera más estrecha o un tiempo de exposición más corto para alcanzar el nivel que necesitamos, ya que nos ahorramos aportar todo el líquido que desplazan las piedras.
Para el sensor subir la sensibilidad significa perder calidad en la toma. Pero si la opción es la de perder la fotografía, siempre será mejor un archivo con algo de ruido que no tener nada o sólo una foto movida en la que no se aprecia el detalle que nos interesa conservar.
A medida que elevamos la sensibilidad de nuestra cámara necesitamos una menor cantidad de luz para conseguir la exposición adecuada.
Pongamos un ejemplo para aclarar este tema aparentemente tan complicado en términos teóricos:
Imaginemos una mariposa que está ligeramente oblicua a la cámara en la que hemos seleccionado una sensibilidad de 100 ISO. Presionando el botón de previsualización de profundidad de campo llegamos a la conclusión de que necesitamos un diafragma de f/16 para conseguir que salga a foco la zona que más nos interesa. Para ese diafragma y sensibilidad el fotómetro nos recomienda un tiempo de exposición 1/15 s. Sabemos que la ligera brisa impedirá que salga nítida a no ser que disparemos al menos a una velocidad de 1/125 s. Entre 1/15 y 1/125 s tenemos los tiempos intermedios de 1/30, 1/60 y 1/125 s, es decir que entre ambas existen tres puntos de diferencia. Únicamente podemos hacer dos cosas, utilizar un diafragma de f/5,6, que es tres puntos más abierto que f/16 (11 - 8 - 5,6), o cambiar la sensibilidad de la cámara hasta 800 ISO (200 – 400 - 800) y compensar esos tres puntos que perdemos al incrementar la velocidad hasta 1/125 s. En las cámaras digitales podemos determinar la sensibilidad para cada toma concreta. Los nostálgicos de la película recordarán que era necesario cambiar todo el rollo, o llevar otro cuerpo cargado con película de alta sensibilidad. Este es uno de los grandes avances de la fotografía digital. Para no inducir al lector a errores de comprensión, hemos de precisar que existiría otra opción viable: aportar más luz con un flash.
Es importante exponer correctamente para evitar que las partes más claras de tomas como esta resulten quemadas y sin información.
Nikon D800 con MicroNikkor 105 mm 1:2.8 a f/4 y 1/500 con ISO 400. Flash rebotado en reflector.
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