y todas participan para crear una gran interpretación.
Hay un componente de magia en el proceso de la creación del personaje. Me explico. Una vez hemos realizado nuestro trabajo de análisis, debemos fluir, seguir a nuestra inspiración, a nuestro instinto. Arriesgarnos. «Si voy a caer —dice Denzel Washington—, prefiero no hacerlo de espaldas, sino hacia adelante».
EL PODER DEL ACTOR
Algunos actores son una especie de marionetas en las manos del director. Se limitan a memorizar sus líneas y a seguir las instrucciones que reciben. Otros —los que admiramos— son verdaderos creadores. En esto radica gran parte de su éxito. Ellos son ‘directores’ de sus personajes y de las historias que cuentan, al matizarlas.
Entre los guionistas existe una antigua discusión sobre qué conduce la historia, si es la trama o son más bien los personajes. Es una discusión parecida a, ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? Está claro, el huevo. Existen huevos de otras especies animales mucho antes de que existieran las gallinas. Pues igual de claro está que lo que conduce la historia son los personajes. Ante una misma situación dos personajes diferentes tomarán decisiones diferentes, dando lugar a distintas tramas.
Cuando comenzamos a diseñar un guion, definimos un protagonista, un punto de inicio y un punto final de la historia. En el momento en el que construimos al personaje, su personalidad, el personaje comienza a tomar decisiones de acuerdo con quién es, dirigiendo, conduciendo, lo que sucede. Cuando, debido a esto, la historia no se dirige hacia donde el guionista quiere, deberá regresar atrás para modificar algún aspecto de la personalidad o de la psicología del personaje, de forma que este reaccione para que la historia progrese de la forma pretendida. Por lo tanto, el personaje que creas, como actor, también dirigirá la historia. Ahora bien, como actor no partes de una página en blanco, como el guionista, por lo que tu personaje dirigirá la historia de una forma más sutil, matizándola.
Debe quedar claro que cada uno de los personajes cumple una función, por lo que no deberías cambiar la función de tu personaje de forma que cambie la historia que se esté contando.
Hemos señalado la importancia de que aprendas a ver con los ojos de un actor. Ahora te propongo un ejercicio que te ayude en esta labor y que te demuestre el poder del actor, no solo a la hora de crear un personaje, sino la trascendencia que tiene, dentro de una historia, el personaje que hayas creado.
Ejercicio:
Estás en una fiesta en una casa de Londres durante la Segunda Guerra Mundial. A los treinta segundos comienzan a sonar las sirenas de aviso de bombardeo y el sonido de las armas antiaéreas, y se escucha el silbido de las bombas al caer del cielo y el ruido de las explosiones cercanas.
Es un ejercicio sencillo que no te llevará más de unos minutos, pero que te servirá mucho. Así que te recomiendo que crees las circunstancias; tu personaje, tipo de fiesta, de casa, de gente en la fiesta, etc., y hagas el ejercicio.
¿Qué decisiones has tomado? ¿Cómo has interpretado la escena? Escribe las respuestas antes de continuar leyendo, ya que este proceso te ayudará a ser consciente de ti y, por lo tanto, a convertirte en tu mejor maestro.
Durante una clase de actuación un profesor les dijo a sus alumnos que subieran al escenario para hacer el ejercicio que te acabo de proponer. Los actores comenzaron a actuar en la fiesta; bebían, bailaban, charlaban, una pareja se besaba... El profesor dio una palmada, que señalaba el sonido de las alarmas de aviso de bombardeo, y los actores reaccionaron. Todos corrieron asustados a encontrar refugio, ya bajo una mesa, en el marco de una puerta, junto a una columna Algún hombre valeroso abrazaba a una mujer de forma protectora, etc. Todos menos uno. Un actor permaneció impasible sentado en una silla.
¿A quién crees que seguirían los ojos del espectador que observaran la escena? Al de la silla, ¿verdad? Al que hizo algo diferente.
Bien, los dos tipos de reacciones son “correctas”. La primera reacción instintiva es huir y protegerte —relación lineal entre el comportamiento y la emoción implícita—, luego esa reacción es correcta. Pero quedarse sentado también. Al verle sentado nuestra mente se involucra para intentar comprender esa reacción. Entendemos que sabe que no hay lugar en el que esconderse de una bomba que ya está cayendo. Entendemos que sabe que, si se mueve del lugar en el que está, es posible que vaya al lugar en el que caerá la bomba. Entendemos que no es el primer bombardeo que sufre, que ya está “harto y cansado”, y que espera su destino, sea el que sea.
En este caso el actor creó asociaciones no lineales en las relaciones entre la emoción y el comportamiento. El actor, por medio de su propuesta, se ha convertido en “director” al conseguir dirigir la mirada del espectador e involucrar su mente para intentar comprenderle. Además, ha dirigido sutilmente la escena dotándola de un significado ligeramente diferente.
En estas decisiones creativas habría que valorar no solo lo que haces, sino cómo lo haces.
¿Qué decisiones creativas tomaste tú? ¿Cómo reaccionaste?
Si tomaste la decisión de buscar refugio, como el resto, tomaste una decisión que no te hará sobresalir. Si reaccionaste quedándote sentado o hiciste cualquier otra cosa, como seguir bailando, abrir los brazos dando la bienvenida a las bombas, o gritabas improperios mientras retabas a los bombarderos, o te quedaste sentado paralizado por el miedo, o buscaste refugio de una forma “diferente” al resto de los actores, o hiciste cualquier otra cosa diferente... entonces estás en el buen camino para conseguir crear personajes que no pasen desapercibidos. Estás en el buen camino para convertirte en un actor como esos que admiras.
En este ejemplo, con esa “sencilla” decisión, el actor consigue atraernos y comunicarnos mucho más sobre la esencia de su personaje que si hubiera tomado la decisión de huir a protegerse como el resto. Pero estas decisiones no deberían surgir de una ocurrencia, sino de la comprensión profunda de tu personaje y de la historia que cuenta el guion.
Sobre este asunto debo señalar que, de la misma forma que un guion debe presentar lo que el espectador espera, pero no de la forma en la que lo espera, como actores debemos darle al espectador lo que espera, pero no de la forma en que lo espera. Nunca permitas que la audiencia sepa cómo lo vas a hacer. Sorpréndela. Encuentra una forma de hacerlo que no se haya hecho nunca. «Si uno no se pone a hacer algo original de vez en cuando —decía Marlon Brando—, la gente acaba aburriéndose. No basta con ser buenos actores, es preciso suscitar en el público curiosidad e interés».
Las obras de teatro, las películas o las series no son como la vida. Son como la vida condensada, como la esencia de la vida. Si no fuera así, la gente no iría al teatro, al cine o vería la televisión: simplemente se sentaría en un café a observar la vida. El escenario y la pantalla enmarcan y magnifican todo. Por esto debemos crear algo que sea digno de ser enmarcado y magnificado.
Ahora bien, deberemos desarrollar un cierto “gusto estético” a la hora de tomar estas decisiones creativas e introducirlas en su justa medida. Recuerda el dicho de que “menos es más”.
Existe una regla no escrita en nuestra profesión, la regla del 3, que viene a sugerir que no hay que repetir algo más de tres veces. En caso contrario se vuelve regla general y ya no provocará el impacto deseado. Aunque las reglas están hechas para romperse, de ti depende.
«Otros han visto lo que es y se preguntan por qué —decía Pablo Picasso—. Yo he visto lo que podría ser y me pregunté por qué no».
Las decisiones creativas del actor
Las decisiones creativas son la clave a la hora de desarrollar un personaje, ya te apoyes en una ocurrencia o en una decisión creativa que te surja de la comprensión profunda de la historia que cuenta el guion y de tu personaje. En el siguiente ejercicio no se trata de valorar lo acertado o no de las decisiones creativas, sino de que aprendamos a detectarlas.
Ejercicio:
Ve la película Los mercenarios 3 (Patrick Huges, 2014), al menos hasta que parten a la misión con Galgo, y escribe tus impresiones. Intenta apreciar alguna aportación de Antonio Banderas a su personaje de Galgo, más allá de la