Urantia Foundation

El Libro de Urantia


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un cuerpo de sabiduría que se va acumulando lentamente, con discernimiento cada vez mayor que está haciendo contribuciones de servicio cada vez más extensas para el bienestar y el establecimiento futuro del séptimo superuniverso.

      40:10.8 (453.3) Cuál será el destino último de estas órdenes estacionarias de ciudadanía en el universo local y en el superuniverso no lo sabemos, pero es muy posible que, cuando los finalistas paradisiacos sean pioneros en las fronteras en expansión de la divinidad en los sistemas planetarios del primer nivel espacial exterior, sus hermanos fusionados con el Hijo y con el Espíritu de la lucha evolucionaria ascendente contribuirán aceptablemente al mantenimiento del equilibrio experiencial de los superuniversos perfeccionados, mientras se mantendrán prontos para dar la bienvenida a la corriente de ingreso de peregrinos al Paraíso que puedan, en ese día distante, pasar por Orvonton y por sus creaciones hermanas como un vasto torrente de búsqueda espiritual proveniente de estas galaxias actualmente desconocidas y desiertas del espacio exterior.

      40:10.9 (453.4) Aunque la mayoría de los que se fusionan con el Espíritu sirven permanentemente como ciudadanos de los universos locales, no todos lo hacen. Si alguna fase de su ministerio universal requiriese su presencia personal en el superuniverso, entonces se producirían en estos ciudadanos transformaciones del ser que les permitirían ascender al universo más alto; y a la llegada de los Guardianes Celestiales con órdenes de presentar a estos mortales fusionados con el Espíritu ante las cortes de los Ancianos de los Días, así ascenderían, para no regresar jamás. Se vuelven pupilos del superuniverso, sirviendo como asistentes de los Guardianes Celestiales y permanentemente, excepto aquellos pocos que a su vez son llamados al servicio del Paraíso y de Havona.

      40:10.10 (453.5) Como sus hermanos fusionados con el Espíritu, los que se fusionan con el Hijo no atraviesan Havona ni logran el Paraíso a menos que hayan sufrido ciertas transformaciones modificadoras. Por razones buenas y suficientes, estos cambios se han efectuado en algunos sobrevivientes fusionados con el Hijo, y estos seres se encuentran de vez en cuando en los siete circuitos del universo central. Así pues algunos de entre los mortales fusionados con el Hijo o con el Espíritu efectivamente ascienden al Paraíso, logran un objetivo de muchas maneras equivalente al que aguarda a los mortales fusionados con el Padre.

      40:10.11 (453.6) Los mortales fusionados con el Padre son finalistas potenciales; su destino es el Padre Universal, y lo logran, pero dentro de los límites de la edad universal presente, los finalistas como tales, no logran su destino. Permanecen siendo criaturas no completadas, espíritus de la sexta etapa, y por lo tanto no activas en los dominios evolucionarios de estado pre-luz y vida.

      40:10.12 (454.1) Cuando la Trinidad abraza a un finalista mortal —se torna un Hijo Trinidizado, tal como un Mensajero Poderoso— entonces ese finalista ha logrado el destino, por lo menos para la presente edad universal. Los Mensajeros Poderosos y sus semejantes pueden no ser en el sentido exacto espíritus de la séptima etapa, pero además de otras cosas el abrazo de la Trinidad los dota de todo lo que un finalista alguna vez logrará como espíritu de la séptima etapa. Después de que los mortales fusionados con el Espíritu o con el Hijo son trinidizados, pasan a través de la experiencia en el Paraíso con los seres ascendentes fusionados con el Ajustador, siendo idénticos a éstos en todos los asuntos que pertenecen a la administración del superuniverso. Estos Hijos Trinidizados de Selección o de Logro son, al menos por ahora, criaturas completadas, en contraste con los finalistas, que actualmente son criaturas no completadas.

      40:10.13 (454.2) Así pues, en el análisis final, difícilmente sería apropiado utilizar las palabras «más grande» o «menor» al comparar los destinos de las órdenes ascendentes de filiación. Cada hijo de Dios comparte en la paternidad de Dios, y Dios ama a cada uno de sus hijos de la misma manera; no hace diferencia de los destinos ascendentes tanto como no hace diferencia de las criaturas que logran tales destinos. El Padre ama a cada uno de sus hijos, y ese afecto es nada menos que verdadero, sagrado, divino, ilimitado, eterno y único —un amor donado a este hijo y a ese hijo, individual, personal y exclusivamente. Y ese amor eclipsa totalmente todos los demás hechos. La filiación es la relación suprema de la criatura con el Creador.

      40:10.14 (454.3) Vosotros como mortales podéis ahora reconocer vuestro lugar en la familia de filiación divina y comenzar a sentir la obligación de aprovecharos de las ventajas tan libremente proveídas por el plan del Paraíso de supervivencia mortal, tal plan ha sido tan grandemente enaltecido e iluminado por la experiencia de vida de un Hijo autootorgador. Todas las facilidades y todos los poderes han sido provistos para asegurar vuestro logro último del objetivo paradisiaco de perfección divina.

      40:10.15 (454.4) [Presentado por un Mensajero Poderoso temporalmente asignado al personal de Gabriel en Salvington.]

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      Documento 41

      41:0.1 (455.1) EL FENÓMENO espacial característico que diferencia a una creación local de todas las demás es la presencia del Espíritu Creativo. Todo Nebadon está impregnado de la presencia espacial de la Ministra Divina de Salvington, y dicha presencia termina en los límites exteriores de nuestro universo local. Lo que impregna nuestro Espíritu Materno del universo local es Nebadon; lo que se extiende más allá de su presencia espacial está fuera de Nebadon, siendo éstas las regiones espaciales extra-Nebadon del superuniverso de Orvonton —otros universos locales.

      41:0.2 (455.2) Aunque la organización administrativa del gran universo revela una división clara entre los gobiernos del universo central, los superuniversos y los universos locales, y aunque estas divisiones tengan paralelos astronómicos en la separación espacial entre Havona y los siete superuniversos, no existen líneas claras de demarcación física en las creaciones locales. Aunque los sectores mayores y menores de Orvonton (para nosotros) son claramente distinguibles, no es tan fácil identificar los límites físicos de los universos locales. Esto se debe a que estas creaciones locales están organizadas en cuanto a su administración de acuerdo con ciertos principios creativos que gobiernan la segmentación de la carga total de energía de un superuniverso, mientras que sus componentes físicos, las esferas del espacio —los soles, las islas oscuras, los planetas etc.— se originan principalmente en las nebulosas, y éstas hacen su aparición astronómica de acuerdo con ciertos planes precreativos (trascendentales) de los Arquitectos del Universo Maestro.

      41:0.3 (455.3) Una o más —aun muchas— de estas nebulosas pueden estar comprendidas dentro del dominio de un universo local, así como Nebadon fue formado físicamente a partir de la progenie estelar y planetaria de Andrónover y de otras nebulosas. Las esferas de Nebadon son de ancestro nebular diverso, pero todas tuvieron cierta uniformidad mínima de movimiento espacial que fue ajustada de esta manera por los esfuerzos inteligentes de los directores del poder, con el objeto de producir nuestra agregación presente de cuerpos espaciales, que viajan juntos como unidad en las órbitas del superuniverso.

      41:0.4 (455.4) Tal es la constitución de la nube estelar local de Nebadon, que hoy en día gira en una órbita cada vez más establecida alrededor del centro Sagitario de ese sector menor en Orvonton al cual pertenece nuestra creación local.

      41:1.1 (455.5) Las nebulosas espirales y otras, las ruedas matrices de las esferas del espacio, son iniciadas por los organizadores de la fuerza paradisiacos; y después de la evolución nebular de la respuesta a la gravedad, las reemplazan en su función superuniversal los centros de poder y los controladores físicos, que de ahí en adelante toman la plena responsabilidad de la dirección de la evolución física de las generaciones